• 1 •

190 5 0
                                    

Zaphyr

Odiaba desde lo más profundo de mi ser existencial pertenecer a una familia de alto renombre, era completamente fastidiante oír de manera constante: "En el futuro ustedes (mi hermano y yo), serán los representantes de nuestro linaje","deben ser excelentes en todo" , "no deseamos que manchen con sus niñerías el gran apellido de esta familia" y bla, bla, bla.

Mi madre siempre nos decía eso desde que puedo recordar, pero con el paso del tiempo he quedado solamente yo a oírlo. Mi hermano mayor ya había sido enviado a distintos lugares para aprender el manejo de los negocios familiares y demás cosas.

Lo echaba mucho de menos, cuando estábamos juntos éramos inseparables, pero mi madre solo decía que el compartir nos distraía de nuestras "obligaciones" y decidió enviarlo al extranjero junto a mi padre. Desde ese día, ella y yo no llevamos una relación muy buena que digamos, pero logramos convivir juntas bajo el mismo techo.

—Hemos llegado, señorita —oí por el parlante de la limusina la voz del chofer.

—Gracias, Frederick —respondí antes de soltar un suspiro.

Pasados unos segundos sentí como la puerta a mi derecha era abierta por lo que me dispuse a bajar. Me encontraba frente a mi nueva escuela (la cuarta en lo que va del año), me había encaprichado en este último tiempo con mi madre que como castigo me había cambiado nuevamente. Esta vez, a una en el horario nocturno.

El chofer se despidió de mí no sin antes de avisar que me recogería más tarde, solo asentí y me limité a verlo partir. Giré para observar la gran entrada y dar los primeros pasos a mi nuevo lugar de reclusión por los próximos meses. Iba observando a mi alrededor por lo que no me percaté de que me venían siguiendo, hasta que sentí como sujetaban con delicadeza mi brazo izquierdo.

—No puedo creer que estés aquí —oí aquella voz tan familiar la cual me hizo girar inmediatamente para ver a aquel chico.

—¿Fate? —cuestioné anonadada antes de reaccionar y abrazarlo con fuerza.

—El mismo, señorita Holtzer —me correspondió de la misma forma—. Te extrañé mucho.

—Y yo a ti —dije separándome un poco para poder observar aquellos ojos grises tan bellos que poseía—. ¿Qué haces aquí?

—El señor Ward decidió inscribirme en este lugar luego de haberle insistido en que ya no deseaba estar lejos de casa —contestó con una sonrisa triunfal.

—Tu padre y mi madre son todo un caso.

—Y que lo digas. ¿En que salón estás? —cuestionó sacando un pequeño papel de su bolsillo.

—Me tocó el segundo A.

—¡Seremos compañeros! —exclamó feliz pasando su brazo por encima de mis hombros—. Que bueno que al menos tendré a mi mejor amiga conmigo.

—Lo mismo digo —contesté animada y caminando junto a él hacia el edificio.

Nuestros padres eran amigos y tenían negocios en conjunto, por lo que Fate y yo desde niños hemos sido unidos al igual que nuestros hermanos. Ellos, así como nosotros saben lo irritante, molesto y cansador que es tener padres que deseen que seas perfecto en todo.

Transcurrieron aproximadamente dos años desde que nos habíamos separado ya que su padre, al igual que mi madre tuvo la brillante idea de mandarlo a Italia por ciertos estudios. Estuvimos en contacto cerca de medio año hasta que mi progenitora empezó a prohibirme la utilización de todo elemento que me "distrajera", por su culpa llevo meses sin saber de mi hermano.

Llegamos frente al salón que nos habían designado, estábamos por entrar cuando observamos a un hombre con traje acercarse hasta nosotros apresuradamente.

—¿Son los nuevos alumnos? —preguntó algo agitado.

—Sí—respondió Fate antes de darme un leve golpe en el brazo y sonreír, captando el mensaje en segundos: aquel hombre había llegado sobre la hora.

—Esperen un momento hasta que los anuncie —pidió el que dedujimos era nuestro profesor y asentimos para luego verlo desaparecer tras la puerta.

Pasado un momento oímos como saludaba a los presentes en el salón y luego decir un "adelante". Fate me cedió el paso como todo un caballero, por lo que deslicé la puerta y me adentré al lugar, sintiendo un aura algo pesada en él.

—Ellos serán sus nuevos compañeros, por favor preséntense.

—Soy Zaphyr Holtzer.

—Y yo Fate Ward.

—Espero sean amables con sus nuevos compañeros. Pueden elegir sus lugares, en un momento iniciamos.

Asentimos y nos dirigimos a la última fila, me ubiqué cerca de una chica rubia mientras que Fate se quedó en el lugar junto al mío. La clase inició siendo algo aburrida, puesto que ya había repasado todas las cosas que el profesor explicaba, lo mismo pasaba con mi amigo.

De pronto noté que algo golpeó mi mano de forma suave, era un pequeño papel hecho bolita, lo tomé y coloqué bajo mi pupitre para poder revisarlo.

Le pase el papel a Fate con cuidado de no ser vista por el profesor, habíamos iniciado la conversación más vieja y divertida de todas: hablar con tu compañero de al lado mediante un papel

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Le pase el papel a Fate con cuidado de no ser vista por el profesor, habíamos iniciado la conversación más vieja y divertida de todas: hablar con tu compañero de al lado mediante un papel. Él estaba a punto de pasármelo de vuelta cuando oímos el resonar leve del timbre que daba por finalizada la clase.

—A la vuelta seguiremos con este tema —declaró el profesor antes de abandonar el lugar.

—¿Podemos salir de aquí a tomar aire fresco? Juro que oír los errores del profesor me causaron dolor de cabeza —pidió Fate parándose junto a mi lugar—. Para mañana traeré mis audífonos —declaró con cierta frustración.

—¿Y si averiguamos donde está la cafetería? Quisiera tomar algo —dije poniéndome de pie y pasándole una cajita negra.

—¡¿Qué es... —iba a preguntar algo cuando abrió lo que le entregué y observó el contenido que creo, fue el paraíso—. ¡Eres la mejor! —exclamó abalanzándose sobre mí antes de regalarme una gran sonrisa.

—Sí, sí... sólo espero que me lo devuelvas al finalizar todas las clases —advertí, le había prestado los audífonosnque me había comprado hace poco.

—Por supuesto que sí —contestó enganchando su brazo con el mío—. Vayamos a por su bebida, bella dama —respondió con aire galante y no pude evitar sonreírle en respuesta, en verdad que lo había extrañado.    


*-*-*-*-*-*-*-*

He vuelto!!

Esta vez con una historia distinta, espero les guste 😊😊

Besos 😘😘

Clau ♥

Opposite Worlds (Subaru Sakamaki) - Diabolik LoversWhere stories live. Discover now