Parte sin título 3

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La verdad nunca fui muy unido a mi madre, nunca estuvo con nosotros, y nunca nos mostró afecto alguno. Ella era una persona triste y resentida con el mundo, e incluso se podría decir que sentía asco de sus hijos, (a lo mejor porque fuimos producto de sexo de una noche), era como si nosotros solo fuéramos peces a los que solo se les debe dar comida, pero todo esto tenía una razón. En su último año de bachiderato, mi madre fue violada por un grupo de estudiantes de su salón en uno de los baños del colegio a donde ella asistía, primero la drogaron y la golpearon, y para cuando ella despertó, estaba desnuda en la oscuridad del baño, tirada en el suelo y con un dolor insoportable en la parte trasera de su cuerpo, tiempo después tuvo un hijo que murió a los pocos días de nacer por malformaciones congenitas.Ella nunca se recuperó de ese episodio de su vida, y cada día nos hacía saber que aquellas imágenes estaban en su cabeza: a veces en medio de la cena un sentimiento de tristeza y odio se apoderaba de ella y sin razón aparente comenzaba a llorar, o en la noche cuando hacíamos tareas en la sala, ella explotaba y nos decía las cosas más hirientes que algún padre puede decirle a sus hijos.

En una mañana de octubre, dos años después haber despertado me encontré con que mis hermanas se habían suicidado con una sobredosis de diazepam, un medicamento para el estrés y una mezcla de otras drogas prescritas para conciliar el sueño. Días antes el mundo se había enterado por medio de una filtración de archivos de la NASA, que al morir todos íbamos a otro lugar, y no necesariamente era el paraíso, este lugar del que todos hablaban era una especie mundo natural y tranquilo, pero unos años después informaron públicamente que aquel lugar no era algo tangible, y que con seguridad todos aquellos que se suicidaron terminaron en la infinidad de algún lugar en medio de la nada.

La ciencia puede llegar a tener pequeños inconvenientes o absurdos en mi opinión. El proceso de criogenización te mantenía con vida durante demasiado tiempo, pero eso no significaba que tus órganos no envejecieran. Me miraba al espejo y veía el rostro de un chico pecoso de doce años, pero por dentro mis órganos eran los de un señor de 60 años, y no solo eso, mi cara comenzó a envejecer a una velocidad aterradora y para cuando había cumplido 7 años después de haber finalizado el proyecto, había pasado de un rostro angelical al rostro de un anciano decrepito. Y a lo largo de los meses ya no soportaba más dolor, mi corazón se enfermó, mis riñones fallaron, y el aire contaminado hizo que el cáncer apareciera en los pulmones, y para cuando la cura del cáncer estaba por ser una realidad, el cáncer hizo metástasis al cerebro. Ya no se podía hacer nada, la ciencia me mantuvo con vida en medio de la oscuridad, para después despertarme y hacerme sufrir lo que no había sufrido en esos años de incertidumbre.

Mientras miraba por la ventana de la habitación me di cuenta que no hice ni una mierda en mi vida. Nunca me enamore, o tuve sexo, nunca me drogue o me escape, nunca fui a nadar, nunca vi una tortuga y nunca vi a mi madre sonreír. No pase tiempo con mis amigos, nunca leí un libro, pero lo que más me hirió en esos momento fue recordar que nunca dije cuanto amaba a mis hermanas, cerré mis ojos y ya con mis últimas fuerzas pensé en la posibilidad de que existiera un dios, cerré mis ojos entregándome a la muerte como si fuera mi debilidad, y le dije adiós a la vida, o eso creía. El manto oscuro me volvía a abrigar en medio de la infinidad de la nada.

"el secreto"Where stories live. Discover now