Uno » Paleta

11.3K 1.4K 379
                                    


Día nublado y calles cubiertas de nieve, en pocas palabras: Clima perfecto para la jovencita Son Chaeyoung, quien se encontraba caminando para ir al kiosco de su abuelo postizo.

—Se-señor Ki-Kim... - Dijo con dificultad mientras entraba al negoció.

— Chaeyoungie, ¿Que te trae por aquí? — Dejo de acomodar unas cajas de golosinas para mirar a la pequeña, y antes de que ella diga alguna palabra, el hombre prosiguió. - Déjame adivinar, ¿Una paleta?

La niña asintió con una hermosa sonrisa; Una hermosa sonrisa que no todos tienen la oportunidad de ver.

—De cereza, ¿Cierto? —Fue hasta el mostrador para agarrar el dulce y entregárselo a la pequeña, pero un ruido que provenía de su bolsillo interrumpió su acción. Era su móvil. — Debe ser mi medico... El viejo Kim esta un poco enfermo, cariño. — Soltó una carcajada y, antes de responder su celular, llamó a uno de sus empleados para que atienda a Chaeyoung. — Jung, ven aquí y atiende a mi cliente favorita.

— Con gusto, señor. — Cuando el adolescente entró a la sala Chaeyoung empezó a sentirse sofocada e irritada; no quería saber nada sobre él. Nunca antes lo había visto y era un completo desconocido.

Aun así el sexagenario se fue a la calle, dejando a los dos menores a solas.

El muchacho agarró la paleta que había dejado el mayor en el mostrador y estiro su otra mano para que la chica le diera el dinero.
Esta, sin mirarlo a los ojos, negó con la cabeza dando como respuesta que no tiene ni un centavo en sus bolsillos.

—Entonces no puedo darte la paleta, lo siento.— Contestó seriamente y guardo el dulce en su lugar correspondiente.

Chaeyoungie puso su cabeza gacha y, tratando de controlar su ira, abrió la puerta para salir de allí, pero al no prestar atención se chocó con otro cliente regular del kiosco que justo estaba por entrar.

— Disculpa.—La extraña se sacó los auriculares de sus orejas. — Esto me pasa por escuchar música mientras camino...

Chaeyoung no le respondió, ni siquiera le presto atención a sus palabras, estaba realmente molesta y necesitaba la consolación de su madre cuanto antes.

La otra joven siguió caminando hasta el mostrador y pronunció una palabra que para Chaeyoung era muy familiar; llamando su atención.

—Dame un dulce... —De repente sintió como alguien o algo tironeaba de sus pantalones, haciendo que esta se diera vuelta asustada y confundida. Sus ojos vieron a la mismísima jovencita que se había chocado anteriormente, agarrada de sus prendas.

— D-dulce, p-por fa-favor.

Candy || MiChaeng [Line: Luv Yourself]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant