KageHina [2]

8.5K 683 427
                                    

—¿No han notado estos últimos días más unidos a Kageyama y Hinata? —preguntó Sugawara a Daichi y Asahi, los tres estaban sentados a un lado de la cancha, ya que era el descanso del entrenamiento, observando desde la lejanía como Hinata abrazaba por la espalda a Kageyama.

La escena era muy cómica, ya que por la altura, Hinata parecía una garrapata al estar abrazado de esa manera con Kageyama.

—¿De qué hablas? —responde con una pregunta Asahi, mirando a ese par con una sonrisa de oreja a oreja— Ellos siempre han sido así, aunque Kageyama ya no golpea o insulta tanto a Hinata, supongo que sería la única diferencia...

—Yo si los he notado raros...—habla Daichi, uniéndose a la conversación.

Mientras los de tercero debatían entre la relación tan cercada que han tenido estos últimos días los de primero, la pareja seguía en su propio mundo, sin mirar las miradas que se ganaban por parte de su equipo.

—Kageyama...—susurra el pequeño pelinaranja, que se encontraba sentado en el suelo de aquel gimnasio, junto a Kageyama— Últimamente siento que nos observan mucho...—le hace saber a su novio, quien lo mira despreocupado y sin interés en lo que le comentaba el 10 de Karasuno.

—Pues la gente tiene ojos para mirar, Hinata tonto —insultó al pequeño, se removió en su lugar acercándose un poco más al lado de Shoyo, en busca de más contacto con él.

—Ahora que lo recuerdo nunca le dijimos a los del equipo que estábamos saliendo...—posa una mano en su barbilla, pensando en el asunto.

—No creo que sea de importacia —comenta encogiéndose de hombros, soltando un suspiro.

Kageyama se acercó un poco más a Hinata, ambos están sentados por lo cual estaban muy apegados, en un movimiento rápido Kageyama rodea la cintura del más pequeño, quien voltea a verlo con confusión, sin contenerse más, Kageyama con la otra mano libre que tenía, toma la mejilla de Hinata, acariciando está, hasta que junta un poco más su rostro y deposita un pequeño beso. Los labios de Hinata se movían suavemente, lentos pero seguros, disfrutando de aquel beso, al igual que Kageyama, que se vio interrumpido por toda la gente que lo rodeaba.

—¡QUIERO UNA EXPLICACIÓN AHORA MISMO! —grita exageradamente Nishinoya.

—NECESITO SABER QUE RAYOS ACABA DE PASAR —grita esta vez Ryu.

—¡CÁLMENSE TODOS! —ordena Daichi, mirando con confusión a ese par de chicos que hace no más de un momento, se estaban besando.

Hinata parpadeó un par de veces y su mirada se posó en la de Kageyama, que estaba igual o más confundido que él. Ambos se levantaron del duro piso del gimnasio, Kageyama echó un bostezo, mientras que Hinata se veía aturdido ante tantos gritos y preguntas.

—¿Que pasa de que o como que? —pregunta Hinata, desconcertado.

Sugawara lo tomó de los hombros y agitó de estos.

—¡Dime qué es lo que acabo de ver! —exige saber el setter de Karasuno.  

—¿Un beso? —responde lo obvio Kageyama, sin mucho interés en el escándalo que estaba haciendo todos.

—ESO LO SÉ PERFECTAMENTE...—gruñe entre dientes, no satisfecho por la respuesta de su Kohai— Me refiero a porqué razón se estaban besando —explica ya más tranquilo, tratando de guardar la calma.

—Estamos saliendo —explica de lo más tranquilo Hinata.

—¿Desde cuándo? —pregunta con curiosidad el pequeño pecoso, recibiendo una mala mirada por parte de Tsukki.

—Hace dos semanas —aclara Kageyama—, no sé por qué tanta pregunta ¿Tanto les sorprende?

—Pues sí —admite Enoshita—, tal vez nadie se lo esperaba, por lo menos yo no.

—Aunque se notaba a millas —rie divertido Kinoshita, junto con Narita.

—Pudieron decirlo, somos amigos después de todo —dice entristecido Asahi, Noya se puso a un lado de él y lo abrazó.

—Me siento tan indignado como tú Asahi-san —mueve su cabeza de manera negativa—, me duelen...

—Lo sentimos, no queríamos herir sus sentimientos...—dice cabizbajo el pequeño anaranjado, mirando a todos con pena.

—Ahora ya lo saben —habla esta vez Kageyama—, no dramaticen tanto...—suspira cansado el setter, tomando de la mano a Hinata, entrelazando su mano con la contraria— Vamos Hinata.

El 9 de Karasuno jalonea un poco a Hinata, llevándolo fuera de aquel gimnasio para calmar el ambiente.

—Debemos ir a pedir explicaciones —agrega insatisfecho Tanaka, cruzándose de brazos por no haberles sacado más información con respecto a la tan repentina relación de esos dos.

—Dejalos, abra mucho tiempo para eso, debemos dejar que vivan su momento —opina Sugawara, ensanchando su sonrisa al ver a esos dos tan felices, tuvo sus sospechas pero jamás creyó que fueran ciertas.

—Opino los mismo que Suga —apoya Daichi la opinión del peligris.

Kageyama llevó a la parte trasera de Karasuno a Hinata, para calmarlo, ya que él sabe que se siente mal por haberles ocultado eso a sus amigos. El lugar era casi desierto, solo los acompañaba una agradable y fresca brisa, junto con unas cajas viejas y finalmente un verdoso pasto, perfecto para poder echarse o sentarse a descansar un momento. Kageyama sin pensarlo mucho se sentó en el agradable pasto, estirando sus piernas y apoyando sus brazos delante de él.

—Ven, relájate un poco, siéntate acá —palmea sus piernas, indicándole que se siente en ellas.

Un pequeño rubor se asomó por el rostro de Hinata, quien sin quejarse hizo caso a lo que le decía su novio. El pequeño al instante de sentarse sintió como los brazos de Kageyama rodeaban su cintura, escondiendo su rostro en el pequeño espacio que había en su cuello.

—Kageyama...—menciona a su novio.

—¿Qué?

—Te quiero...

Kageyama al escuchar eso solo atinó a dejar pequeños besos en el cuello de Hinata, este último solo sentía un cosquilleo en su estómago.

—Lo sé, yo te quiero más...mi pequeño idiota...

—Seria lindo que fueras así de tierno todos los días —rie divertido sintiendo como recibe un pellizco en la mejilla—. Auch...¡Malo! —se quejó enfurecido el pequeño.

—Te lo tenías ganado —sonrie echando una carcajada.

—No me importa que me lastimas, si sigues riendo de esa manera podría aguantar cualquier cosas...—el pequeño se ruborizó demasiado.

Kageyama proceso todo y solo atinó a abrazar aún más fuerte a su pequeño anaranjado, sintiéndose extremadamente afortunado y feliz por tenerlo a su lado, nada se compraba a él, y jamás lo dejaría ir, lo seguirá hasta el fin el mundo, ya que no es nada si no esa con ese pequeño que justamente como un solo, alumbró toda su vida.

—Jamás te dejaré...

—Yo menos, Bakayama...







✨✨✨
Lamento tanto la demora, no puedo decir nada, me siento apenada, lamento mucho tardar tanto pero trataré de estar más activa en este libro.

Sin mas espero les hay gustado ❤

Los amo mucho UwU

🌟¡Cuidense!🌟

Haikyuu!! YaoiWhere stories live. Discover now