[Capitulo II] Las fotografías

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Aún metida en mis pensamientos, comencé a idear una forma para poder encontrar a Camila y hablarle, siento un extraño sentimiento, una sensación casi como una afirmación, que me dice que hay algo en esas imágenes que no es del todo cierto, de todas formas ella intento comunicarse conmigo hasta que la corrí de mi casa un viernes por la noche, era un día muy helado y yo de solo coraje la eche a la calle sin importarme el riesgo a que algo le sucediera, ella siempre trato de explicarme las cosas, pero yo, segada por el dolor, jamás le di la oportunidad, quizás es el momento, aunque algo tarde, de volver el pasado, retroceder la película y adivinar el enigma que arruino mi vida.

Me recosté en mi cama mirando el techo, en un nido de dudas sin fin ni comienzo… ¿Cuándo la vi por última vez? Hace cinco años… ¿Dónde? En mi casa… ¿Por qué? Pues… Porque iba a darme explicaciones, porque según ella las cosas no eran como parecían… Esas fotos no eran del todo reales… Eso decía… ¿Fotos? Si, las que alguien me envió por email para mostrarme  que Mila me era infiel… Un momento… ¿Email? ¡Bingo! En el email encontraría la respuesta, allí sabría quién me mando las fotografía ¿Cómo no lo pensé antes?

Decidida, me levante y fui nuevamente hasta mi escritorio a prender la computadora, mientras tanto me serví un café, para mi suerte desde que tengo unos catorce años que no he cambiado de email, porque de otra forma no recordaría la contraseña. Regrese e inmediatamente ingrese a mi correo electrónico, fue una ardua y larga tarea encontrar un mensaje tan antiguo, pero lo lograría. Luego de casi una hora entendí porque nunca se me ocurrió ver quien me enviaba las imágenes ¡Porque el maldito email tenía un emisor falso! Tan solo era una extraña combinación de letras y números al azar.

Sin embargo, las fotografías aún estaban allí, intactas en la carpeta, dude un segundo si volver a verlas, por un lado eso me podría hacer sufrir mucho, pero por otro… Puede que haya algo en lo que nunca me haya fijado.

Eran solo dos imágenes, en una un chico abrazaba a Camila cerca de un árbol, no podía identificar donde era pues estaba muy oscuro, probablemente eran algo así como las once de la noche, se podían ver unas luces como de una fiesta atrás del árbol, la siguiente era exactamente en la misma posición y lugar solo que ahora también se besaban… Había algo que no vi cinco años antes, la posición de Camila, sus manos estaban apoyadas en el torso del chico, como queriendo que se alejara, pero eso era solo una posibilidad, no sabía cuánto de cierto habría en eso.

Fijándome un poco más note algo de especial… Yo conocí ese lugar cuando tenía solo diez años, fui por primera vez a la fiesta de la patria, cada año montaban a unas cuantas calles una feria de juegos y eventos para el público, pero en ese lugar había algo que siempre destacaba e incluso estaba inscrito en el municipio como monumento histórico: El árbol con 700 años, ubicado en la Plaza Central, puesto como una atracción turística, entonces aquellas fotografías fueron sacadas en ese lugar, pero había algo de especial, el ángulo en que estaban sacadas parecía algo elevado, como si hubiese sido desde un segundo o quizás tercer piso, ¿Qué lugar estaría abierto a esa hora como para que alguien pudiese sacar las fotos? Hasta dónde recordaba no había ningún bar o pub en aquella plaza, quizás debería ir para verificar esa teoría.

Rápidamente me levante y tome las llaves para salir de casa, busque mi bolso y eche eso y mi celular demás de las llaves del auto.  Entre en mi Toyota Yaris azul claro y partí en dirección a la Plaza Central.

Cuando me fui de Miami supuse que algunas cosas cambiarían allí con el tiempo, era algo bastante obvio, pero jamás pensé que fuera tanto.  La plaza ya no era un lugar tan histórico, más bien ahora era algo más turístico, los típicos museos y bibliotecas habían sido remplazados por tiendas más modernas, algunas de ropa y otras de comida, las estatuas monumentales en honor a hombres que en algún momento de la historia dieron su vida por la patria aún continuaban allí, pero ahora no los rodeaban mesas para que la gente disfrutase del día, sino muchas más áreas verdes y artistas callejeros entreteniendo al público, se destacaban algunos magos, otros malabaristas, unos comediantes y algunos jóvenes bailando Break Dance al ritmo de la música que sus parlante emitían. Ahora mucha más gente visitaba el lugar… Todo eso en tan solo cinco años, pero había algo que no había cambiado ni un poco, algo que en definitiva jamás se iría de aquel lugar… El gigantesco árbol.
Por suerte antes de irme guarde las fotografías en mi celular, ahora las abrí, me acerque por entre a la multitud a la gran obra natural, llegue hasta una placa de metal puesta en el tronco en la cual se podía leer su historia y sus características, al observar la imagen en mi teléfono note que esta placa también se veía desde la imagen, así que quien saco la fotografía, lo hizo desde el lugar que estaba a mis espaldas, me di vuelta y ¿Una cafetería?

Extrañada ya que no recordaba ese lugar, entre a verificar mi hipótesis.

El lugar tenía un ambiente rustico, prácticamente todo era de madera como tratando de atrapar la naturaleza y crear un ambiente mágico, creo que hasta lo lograba. Un exquisito olor a café y pastel flotaba en el aire dándote la bienvenida, no había tanta gente, pero la suficiente para lograr crear ese murmullo típico de la gente conversando, llamó mi atención algo ubicado justo en la esquina derecha, una escalera de madera en forma de caracol se alzaba impotente, dándome paso al segundo piso. Sin llamar la atención de nadie subí, arriba el lugar era muy amplio habían más mesas y una pequeña estantería con libros aptos para el público, también un mesón con utensilios que seguramente utilizaban los encargados cuando el segundo piso se llenaba de gente, en esto momento estaba vacío; frente a mí, atención se desvió al gran ventanal que daba vista, desde una perspectiva de esquina, a toda la plaza, se podía ver de extremo a extremo sin problema y sobre todo, cualquier persona que se asomase por allí podría ver el gran árbol que se asomaba gigantesco. Saque mi celular y puse la cámara, probablemente la cámara de mi móvil era más avanzado que el de la persona que en ese tiempo saco las fotos, pero si mis cálculos no fallaban, este era el lugar perfecto para fotografiar a las personas como en la imagen que tenía, así que estaba un 90% segura de que había logrado encontrar el lugar, pero ¿Quién fue? Quizás podría hablar con él o la dueña, puede que en verdad sea alguien que conozco y me vincule con él, porque estoy casi segura que quien envió esas fotografías fue  una persona que me conocía y sabía cuan enamorada estaba.

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⏰ Last updated: Jul 13, 2019 ⏰

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