Extra - Dulces Galletas con Queso

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Un pequeño extra... Porque estoy de muy buen humor :v

Al día siguiente.

Desperté con muy buen ánimo, hice mis ejercicios de rutina para calentar mis músculos y me puse un short negro con una blusa magenta manga corta, salí a encontrarme con mi casero, quien seguramente se encontraba como siempre en la cocina, evitando que yo me acercara a ella Jajaja.

Nick podía ser gracioso a veces.

Increíblemente, no se encontraba allí, ni siquiera había desayuno hecho ni nada... eso sí que había sido una sorpresa para mí. Por supuesto decidí aprovechar la oportunidad, iba a hacer el desayuno, Jaja, esa pequeña disputa diaria por el derecho a la cocina, era lo que hacían mis días en esa mansión tan especiales.

Decidí hacer algo simple, huevos con tocino, pan tostado, café y jugo de naranja. Desayuno americano.

Fui hacia la nevera recordando que tenía algo especial en ella, algo que me gustaría compartir con él, aunque fueran sólo unas cuantas. Al abrir la puerta y buscar con la mirada mis galletas ya no estaban, busqué como una loca, mis deliciosas galletas de avena y miel hechas por mi madre, ¿donde estaban?

En ese momento escuché un crujido detrás de mí, me erguí por completo para mirar a mi casero, vestido cómodamente con una camisa manga corta azul naval y pantalones grises... con la bolsa de galletas en sus manos. Tenía tantas ganas de matarlo...

- Señor Wilde... ¿qué está comiendo?- él me miró desentendido y encogió los hombros.

- Unas galletas que encontré en la puerta de la nevera esta mañana... están muy buenas...- me llevé la mano a la cara.

- Son las galletas que me trajo mi mamá ayer... Mis galletas...- él me miró mientras descaradamente seguía masticando.

- ¿Ah si?- se metió otra a la boca como sin darse cuenta- están algo secas pero de sabor están increíbles...

- Si... y se las sigue comiendo...

- Así parece...

Nos quedamos un minuto mirándonos en silencio, sólo escuchando el crujir de mis galletas cada vez que las sacaba de la bolsa y se las metía a la boca.

- ¡¡¡Dame mis galletas, maldita sea!!!- me lancé sobre él y este alzó la bolsa por encima de su cabeza.

- ¡Wow! Alto ahí, zanahorias. ¿Tus padres no te enseñaron las palabras mágicas?- habló con la boca llena sólo para hacerme enojar.

- ¡Voy a matarte!

- Jajaja, qué salvaje coneja...- luego de eso se alejó y siguió comiéndose MIS GALLETAS. ¡Es tan malditamente infantil!- pídelas por favor, y tal vez te deje probar alguna...

- ¡Te abriré el estómago con una cuchara!

- ¡Wow! No más Juegos del Miedo para ti, zanahorias...

- ¡¡¡¡Wilde!!!!- me abalancé sobre él para hacerlo caer sobre el sofá, seguía riendo mientras yo, completamente furiosa, le daba golpes con las manos.

- Jajaja, se acabaron, Hopps. No hay galletas para malcriadas como tú- realmente me había molestado, me senté a un lado con el ceño fruncido. Estaba muy frustrada.

- Eres un necio...- él me abrazó por la espalda tratando de calmarme- ¡no me toques!- le di un manotazo.

- Vaya temperamento, zanahorias- me volví a verlo.

- ¡No entiendes nada! Detalles como esos, esa clase de obsequios que me hacen mis padres son únicos para mí, son especiales y muy preciados, pero a ti no te importa nada, sólo haces las cosas para hacerme enojar...- me limpié las lágrimas- y la peor parte es que lo consigues y me da rabia porque... porque haces lo que te da la gana...

Bajo El Mismo Techo Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin