Buscando La Llave Hacia Tu Corazón

Capitulo 20 - Eres Mi Ángel

-Narra Christopher-

Después de más de dos horas por fin llego a la hacienda, al entrar veo salir a la señora Blanca y al menos es un alivio, podre ver a Dulce, este fin de semana ha sido eterno sin ella y mucho más ayer en la fiesta para Fabiola, aunque apenas estuve un par de horas y con la ayuda de Victoria nos salimos cuando fingió encontrarse mal.

Bajo del coche, agarro mi maleta y veo justamente a Darío y un par de empleados más llegar al mismo tiempo.

Darío: ¡buenas tardes! ¿Cómo te fue el fin de semana?

Chris: bastante aburrido, ya extrañaba la hacienda.

Darío: o a la señorita...

Me sonríe y no puedo evitar hacerlo yo también, mi relación con Dulce es un secreto a voces pero se que ninguno de ellos dirá nada.

Chris: bueno... es lo normal cuando amas a tu novia ¿no? ¿acaso tu no esperas el fin de semana con muchas ganas?

Darío: por supuesto que sí ¿te digo algo?

Asiento y Darío se acerca para contarme lo que parece un gran secreto.

Darío: Federico me acaba de decir que los patrones no se encuentran y que la señorita está sola en la casa.

Chris: Darío... Darío...

Se ríe y dándome una palmada en el hombro se va hacia la casa de empleados. Agarro mi maleta y aunque deba ir a mi cuarto para dejarla allí no puedo resistirme y voy hacia la casa grande, necesito verla ya.

Chris: buenas tardes madrina.

Soledad: hola hijo ¿Cómo te fue el fin de semana?

Chris: bien madrina ¿Cómo fue todo por aquí?

Soledad: como siempre hijo ¿porque traes la maleta?

Mira la maleta y sonríe, creo que logra hacerme sonrojar y me hace un gesto.

Soledad: mi niña está en su cuarto y ni el señor Fernando ni la señora Blanca están en la casa, tampoco el señor Bernardo.

Chris: eres una vieja bruja pero te quiero muchísimo.

Soledad: yo me encargo de tu maleta, corre.

Asiento y besando su mejilla voy hacia el cuarto de Dulce.

-Narra Dulce-

Pone una mano sobre mi boca para callarme y comienza a besar mi cuello mientras su otra mano sujeta las mías sobre mi cabeza.

Intento deshacerme de él pero es mucho más fuerte que yo.

Elías: no sabes cuanto he deseado esto... estás tan...

No termina la frase pero su mirada cargada de lujuria me provoca arcadas, por fin quita la mano de mi boca y yo ruego porque alguien me escuche.

Dulce: ¡Elías suéltame! ¡no me hagas nada por favor!

Elías: no te preocupes preciosa, esto te va a gustar... te lo prometo.

Intenta besarme pero lo esquivo por todos los medios, de repente se incorpora y desabrocha su camisa y sus pantalones, en un descuido me deshago de su agarre pero antes de que pueda levantarme me golpea de nuevo dejándome aturdida... siento que me arde el labio y entonces se pone de nuevo sobre mí.

Elías: ¡no necesitarás esto!

Se deshace de mi toalla dejándome completamente desnuda y comienzo a gritar llorando mientras el sujeta mis manos inmovilizándome y comenzando a acariciarme y a besarme por todo el cuerpo.