Infiel © [T.O.P y Tú]

Capítulo 6 ~ Más

A pesar de que muestro mi lado fuerte con mis seres queridos por dentro todo se desmorona, seguir en la casa no es una buena idea porque mi cabeza recuerda muchas cosas que he pasado con mi esposo.

Las conversaciones de noche cuando ambos estábamos cansados por el trabajo, la mirada de amor que expresan más que las palabras, los detalles para cada fecha especial y la más importante nuestro aniversario. ¿Ahora no queda nada? Solo un simple recuerdo que guarda mi memoria para atormentarme cada día.

¿Qué hice mal? ¿Por qué me es infiel? ¿Acaso no le presté atención? ¿Ya no me ama? Seguro que ya no... El otro día encontré el anillo de bodas en el estudio, seguro su amante cree que no es casado.

El estudio, ese lugar donde me siento insignificante por el simple hecho de que guarda muchos secretos que desconozco de Seung.

Mi corazón me dice que necesito revisar su computadora, pero tengo miedo... Tengo miedo de encontrar más cosas que me lastimarían, tomó el valor y la confianza que necesito y empiezo a buscar en los cajones.

¿Qué es lo que quiero encontrar? ¿Más cabellos? ¿Más pistas? Su computadora me dice la respuesta, encuentros en varios hoteles lujosos de la ciudad. Su correo está lleno de recibos de hoteles. ¿Me lo merezco?

Aunque no encuentro ningún correo sospechoso, lo que hace que dude. ¿En verdad Seung me engaña? Siempre he confiado en él y me ha demostrado que me ama. Aún no estaba claro esta situación.

Mis ojos se dirigen al sonido de la puerta. ¿Qué está haciendo aquí? Se supone que está trabajando.

— ¿Qué haces con mi computadora? — pregunto molesto.

Se acercó a pasos agigantados, quitó la laptop de mis manos y me miró desafiante.

— No toques lo que no se te ha perdido — tomó su computadora y salió del estudio.

¿Lo que no se me ha perdido? Sí, se ha perdido mi esposo en un mundo lleno de lujuria y deseo. Salí del estudio para enfrentar a Seung. No sabía que decir, pero agarré su mano con fuerza.

— ¿Qué te está sucediendo? — su mirada me hizo temblar.

¿Porque? Tenía miedo de que me maltrate como lo hizo aquella vez.

— Sé que es muy importante tú trabajo y ¿nuestra familia? — mi corazón late fuerte — ¿Ya no estamos en tus planes? Si es correcto, solo dime y me iré de tu vida...

—No es eso, yo me preocupo por ustedes — note su sinceridad en sus palabras.

— No se nota — dije con ironía.

No podía perdonarlo, ha descuidado tanto a nuestros hijos que ya no sienten afecto por su padre. ¿Es justo eso? No, y la tradición... ¿No cuenta?

— El contrato con Kwon Ji Yong dura seis años, debo esforzarme mucho para que todo salga bien. (...) yo no soy el malo de...

— ¿Quieres que esperemos seis años para que todo vuelva a la normalidad?

Solté su mano con mucha decepción, no dije nada más y entre en la cocina. Así que seis años de traición, no es justo.

Tenía que decidir qué hacer, no podía seguir viviendo ese infierno. Luego del almuerzo mi mamá vino a la casa, le conté lo que había dicho Seung y solo negó con la cabeza. Estaba decepcionada.

Para relajarme fui a la academia, tal vez encuentre un poco de paz, pero hablé muy rápido. Antes de irme a casa Young Bae sujeto mi abrigo.

— ¿Podemos hablar? — dudé un poco, no creo que sea malo.

Fuimos a su casa, debo admitir que es muy elegante. Nos acomodamos en la sala acompañado con tasas de café.

— (...) ¿todo está bien?

Él me conocía muy bien, como negarlo si toda mi vida está de cabeza. El único consuelo era ese viejo amigo que me confesó sus sentimientos, pero empeoraría las cosas.

— Creo que mi esposo me engaña...

— (...) ¿Por qué no le pagas con la misma moneda?

No estaba segura si en verdad Seung me engaña, pero qué es lo que quería Young Bae. Acaso el sería mi amante, el solo quiere beneficiarse.

— Yo te amo y no me importa ser tu amante.

— Basta — me levanté furiosa por la osadía de Dong.

— Piénsalo...

Salí de su casa y tomé un taxi. Era una locura, jamás engañaría a Seung porque yo lo amo.

Abrí la puerta de la casa y encontré a Seung sentado en el sofá admirando el reloj de la pared, busqué con la mirada a mamá, pero no la encontré.

— ¿En dónde estabas? — me miró enojado.

Pasé por su lado sin contestar ni una sola palabra, subí rápido las escaleras porque sentí que Seung me estaba siguiendo.

Me encerré en la biblioteca que teníamos en el segundo piso. Golpeó varias veces la puerta, pero no hice caso, empujé el librero hacia la puerta. Necesito estar sola.

Como lo había previsto, él fue por las llaves, pero no pudo abrir por el peso del mueble.

— (...) necesito hablar contigo.

Insistió varias veces y se cansó. Por fin podíallorar en paz.