Capítulo 1.

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Soy ___ Smith, tengo 16. Vivo en una casa humilde en Londres, se qué dirán que porque vivo aquí debo tener dinero, pero no es así. Mi familia no es rica, ni tampoco tan pobre. Creo que estamos en un estatus normal. Mi vida no fue ni es nada fácil. Últimamente todo está empeorando, ya no me siento con las mismas energías que antes.

Cuando tengo momentos en los que exploto, en los que ya no puedo más… Simplemente como y devuelvo. Meto mis dedos en la garganta sintiendo como ese líquido ácido sale por mi boca. Pero solo lo hago cuando estoy sola, o dependiendo de mi estado de ánimo. Vomito esa maldita comida.

Eso no es todo… Cuando me siento triste, me encierro en el baño y llevo una pequeña navaja que me habían regalado en un campamento al que había ido hace unos años. Me siento en el piso del baño y la apoyo sobre mi muñeca izquierda. Comienzo apretando despacio, y luego fuerte haciendo presión. La sangre sale, como si las venas ahora estarían sobre mi piel. Después solo desinfecto y tapo mi herida con pulseras o la manga de mi buzo o campera, sea lo que sea que tenga puesto.

Cuando tenía 12 años, iba a una escuela pública que estaba cerca de la casa de mis padres. Pensé que los niños iban a ser buenos conmigo, que me iban a aceptar. Yo era bastante gordita y todos comenzaron a reírse de mí cuando e pare frente a todos para presentarme. Miraba las caras de mis compañeros, una por una y veía como todas mostraban una sonrisa burlona. Ese año, llegaba todos los días a mi casa llorando. Un día, estaba sentada en una de las gradas del colegio, cuando una niña se me acercó y me preguntó cómo me llamaba.

*Flashback*

X - ¡Hola!

Tú - ¿Vos también te vas a burlar?

X - ¿Qué?

Tú- Es que… Todos los de mi aula se me burlan porque soy gorda…

X- Hay, no les prestes atención. Lo dicen solo para hacerte sentir mal, además ahora yo voy a estar con vos.

La miro, era una linda niña de cabello castaño y ojos color café.

Tú- Gracias.

X- Soy Marina *Sonríe*.

Tú- Y yo ___.

*Fin Flashback*

Desde ese día siempre estábamos juntas, prometió nunca separarse de mí. Por supuesto, ella no iba conmigo en el aula, pero la veía en los descansos. Todo iba bien, hasta que ella tuvo que mudarse fuera de la ciudad, ya que su padre había conseguido un trabajo en Westminster. Ese día, me sentía destrozada, sentía que me iba a abandonar para siempre y que nunca más nos volveríamos a ver. Sentía que me iba a reemplazar por otras amigas.

Termine el año soportando insultos y cuando por fin terminé la primaria, comencé la secundaria en una escuela pública de la ciudad de Londres. Pensé que este año iba a ser diferente, pero en las vacaciones tuve que ir al dentista. Me dijo que tenía que ponerme aparatos. Cuando mencionó eso no me importo, era algo que hacía por mi bien.

Empecé la secundaria y todo iba bien. Hasta que llegó Verónica al colegio. Una chica morocha de ojos claros y un cuerpo que todas envidiaban. Todos los días sentía su mirada, luego de unos segundos reía junto a sus amigas que parecían sus clones. Desde ese día comenzaron a decirme ‘patito’ por ser tan fea y por mis aparatos.

En este entonces yo tenía 13 años. Cuando mi mamá se enteró, habló con las profesoras del instituto, pero no hubo caso. Decían que conocían a Verónica y que era incapaz de hacer eso. Qué respuesta más hipócrita, sólo decían eso porque sus padres tienen dinero. No pueden perder a una ‘buena’ alumna como ella, mejor dicho, no pueden perder el dinero que sus padres le otorgan al colegio.

Mi madre sabía la situación por la que estaba pasando y comenzó a pasar más tiempo conmigo,  no es que no quería pasar tiempo con ella… Pero yo necesitaba una amiga para hablar de cosas que a veces es difícil contarle a una madre. Fue en ese momento en el que deje de comer, estaba cansada de ser como era. Mis padres estaban preocupados por mí, pero no me importaba.

Cuando tenía 15 años, es decir el año pasado, mi madre murió en un una toma de rehenes que se había producido en uno de los supermercados a los que solía ir. No sabía lo que era la depresión, hasta que sucedió este hecho. Mi padre nunca se dio cuenta, porque siempre que él estaba conmigo yo fingía. No quería que nadie tenga lástima por mí.

A principios de éste año, mi padre comenzó una relación con otra mujer, Soledad. Fue duro de aceptarla, pero luego me acostumbré. Ella tiene un hijo, Louis. Nunca lo conocí, ya que él vivía fuera de Londres y casi nunca venía a visitar a su madre. Espero tener la dicha de no conocerlo.

Pasaron apenas 3 meses desde que mi padre está con esta mujer. Mi relación con él se está alejando cada vez más y ahora solo nos saludamos en las mañanas cuando nos levantamos y a veces antes de ir a dormir con un simple ‘Buenas noches’. Pero no me preocupo porque siempre fue así. Si se comportara de otra manera, creo que sería extraño.

*

Durante la cena, mi madrastra nos dio una noticia a mi papá y a mí. Como todos dicen, que la suerte no dura por mucho. Louis vendrá a visitarnos el fin de semana y se quedará por unos meses. Ese no es el gran problema, porque podría soportarlo, el mayor problema es que en la casa hay solo dos habitaciones.

Soledad- Espero que no les moleste ya que él también ahora es parte de la familia *sonríe*.

Yo solo jugaba con la comida, no había probado ni un bocado del trozo de carne con puré que Soledad había preparado.

Tú- ¿Y dónde va a dormir?

Tu Padre- Contigo, si no es mucha molestia.

Lo miro de mala manera a él y a ella.

Soledad- ¿No vas a comer?

Tú- No *me paro* Gracias por la comida, voy a mi cuarto.

Soledad- ___ - me voy vuelta y la miro – *Suspira* Buenas noches.

Tú- Buenas noches a los dos.

Subo a mi cuarto y me meto en el baño. Miro mi reflejo en el espejo, ¿Por qué soy tan horrenda?

Mis muñecas me duelen, levanto la manga de mi camisa… Están sangrando. Busco algodón, gasa y alcohol para desinfectarla y cubrirlas nuevamente. Abro el grifo y dejo correr el agua, lavo cuidadosamente la herida y luego la seco con un trozo de papel. Pongo el alcohol sobre el algodón y lo pongo sobre mi herida, arde mucho. Luego de unos segundos, enrollo una tira de gasa y la ato con unos trozos de cinta. Me saco la camisa, el pantalón y las zapatillas y me pongo una ropa cómoda.

Mañana tengo que volver al instituto. Será un largo día, al igual que todos. Por suerte por tres días no tenemos clases así que voy a poder descansar un poco. Martes, miércoles y jueves en casa sin hacer nada.

Que aburrimiento.

Juegos De Espejos - Louis Tomlinson. [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora