Tape #2/ Cassette #1/ Side B

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Una fría sensación se agolpaba en su pecho, continuaba admirando la paradoja que le resultaba el amanecer desde los mullidos asientos de su auto.

Había apagado la radio porque no tenían algo bueno de qué hablar. Eran dos meses en donde no paraban de jactarse con la muerte de Taehyung, nombraban el mínimo hecho para dar de que discutir, armar una mesa redonda y volver a repasar cada detalle incluyendole dos o tres rumores bochornosos; sacar especulaciones se había convertido en una nueva sección de noticias.

"Sufría de bullying".

"Problemas psicológicos".

"Oí que la agencia los explotaba".

"No soportó el trabajo ni su propio mundo".

"Haters".

"Romances que resultaron una tragedia".

"Esfuerzo físico".

"La lejanía con sus compañeros".

Todo se basaba en lo mismo, no podía olvidar, pero era doloroso que con tan sólo respirar pudiera recordar.

Como si no fuera suficiente tener que vivir con el hecho de que él fue quien lo encontró... Cada mísero pormenor se plagaba en su mente, no podía borrar la marca que había sido vivirlo en carne y hueso.

Blanquecino, casi gris.

Frío cual hielo.

Duro como una piedra.

Bañado en su propia sangre.

Y con los ojos cerrados como si estuviese dormido...

Quedaría por siempre en sus pesadillas.

Le seguiría el trauma por toda la vida y le succionaría la susodicha.

Se hizo de las latas de cerveza que compró y fue a por los cigarros al rato. Las marcas baratas causaban lo mismo que las costosas, lo vino notando de un tiempo para acá. Deslizó su mano por la guantera, dando con la cajetilla, y llevando a consumir uno o dos puros antes de volver a caer desplomado en el asiento.

Observó a la despoblada tienda de conveniencia en su costado y se preguntó porque nadie le daba un intento a ese buen ramen, con aquel fideo hecho en casa, que vendía el menudo y simpático dueño quien al mismo tiempo atendía la caja. Poco en la madrugada había cambiado de dirección y tomado la ruta por Incheon, se había detenido en la estación de gasolina, más adelante del aeropuerto; y aún se preguntaba eso.

Sus orbes recorrieron el hermoso follaje que tenía de frente. Tal vez la gente no venía porque temían de lo que pudiera salir del bosque.

No excusaba a la hora ya que Corea contenía una amplia vida nocturna, no descansaba nunca. No hizo mucho en Daegu. Tampoco era que pudiera hacer demasiado. Sólo fue a la oficina de correspondencia y dejó dinero en un sobre, compró unas estampillas y se ocupó de que llegaran a manos de los pequeños Kim, o a un representante, que en este caso sería su abuelo, según se enteró era éste quien estaba encargado de su cuidado. Sus padres no se hallaban capacitados para hacerlo aún.

Amaba a esos niños, anheló adoptarlos en algún momento, jugaba con Taehyung diciendo que sería hermoso tenerlos de hijos. Él sabía cuánto los extrañaba su hermano mayor, lo vio llorar muchas veces cuando contactaban mediante llamadas y exasperarse por que la única forma que tenía para sentirse cerca de ellos fuese esa.

El trabajo les quitó demasiado...

Jungkook sólo tuvo la oportunidad de verlos dos veces en persona, en la primera cayó enamorado de ellos, casi tanto como con su hermano; en la segunda..., tuvo que verlos llorar apegados a los pantalones de sus padres, cuando se trató del funeral de este hermano. Ese día los apretó a su pecho fuerte, como si pudiera oprimir el dolor de aquellos seres.

Tae's Reasons→BTS/AUWhere stories live. Discover now