En el que ella le impacta.

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EN EL QUE ELLA LE IMPACTA.

Mi alarma me despertó en una mañana soleada de un viernes. Los rayos de sol me apuntaban directamente a la cara, por lo que me giré para que parasen. Una sonrisa surcó mi cara ante el maravilloso pensamiento de que hoy era mi último día de trabajo.

Me levanté de la cama con un pequeño baile. Amaba mi trabajo y ayudar gente, pero, ahora, seré finalmente libre de hacer lo que quisiese con mis clientes.

Trabajar en un centro de rehabilitación para personas heridas no era tan simple como parecía. Algunos pacientes que tenía que ayudar me odiaban por cómo lucía. Estaban intimidados por mi "buen" ver, así que me trataban mal. No entendía por qué la gente se sentía tan intimidada, pero nunca dije nada. No era nada especial, pero cada vez que iba a un sitio, la gente se giraba para verme y no entendía por qué. ¿Tenía mal aspecto u olía mal?

De todas formas, no dejaba que eso arruinase mi humor.

Canté y bailé de camino a la ducha para prepararme. Tenía una nueva y especial asignación hoy y nada iba a hacerme infeliz.

~~~

De camino a mi último día en la oficina, devolví la llamada a mi madre, ya que estaba duchándome cuando me había llamado. Sonó dos veces antes de que mi madre respondiese.

—Hola, Bear* —respondió. Mi familia me había puesto el mote de Bear Bear, lo que a veces se reducía a Bear. Era un sobrenombre bonito, así que no me importaba llevarlo.

—Hola, ¿llamaste? —hablé.

—Sí. ¿Hoy no era tu ultimo día en la facultad? —preguntó mi madre. Sonreí por el pensamiento de ser libre.

—Lo es, ¿por qué? —pregunté, girando en el aparcamiento.

—He reunido a varias personas y quería hacer una pequeña celebración por tu último día. Ven a casa sobre las seis y media, estaremos todos aquí. —Pude notar una sonrisa en su voz. Estaba feliz y de buen humor... Raro.

—Mamá, no tienes que hacer todo esto. Voy a seguir trabajando, solo que no en el edificio —traté de explicarle y ella resopló.

— ¡No tiene nada que ver! Recuerda traerte salsa. Tengo que irme, te veo luego, Bear —colgó y suspiré, aparcando en mi sitio habitual.

Salí del coche rápidamente, lista para acabar el día. Cogí la mochila y el teléfono, entré al edificio. El Bywater Health and Rehabilitation Center estaba conectado a un centro comercial local. La ciudad de Bywater era totalmente lujosa, pero era lo que me gustaba de ella. El centro estaba conectado al Meridian Mall, lo que significaba que me tiraba toda mi vida ahí dentro; podría, literalmente, tirarme todo el día comprando. Había también un Target, uno grande con ascensor, y tiendas de dulces, así que, literalmente, no tenía que ir a ningún sitio más.

Anduve hacia el almacén y puse mis cosas en la taquilla. Mis "hola" fueron destinados a aquellos que me felicitaron por tener mi propio paciente durante el verano. Estábamos a veintidós de mayo, por lo que el uno de junio sería responsable de la vida de alguien.

El día pasó lentamente mientras hacía mis cosas. Ayudar a que los pacientes anduviesen por el edificio y en el gimnasio. Incluso ayudé a una chica de cuatro años a andar en nuestro curso para bebés.

Era la hora del almuerzo, así que me dirigí fuera del edificio hacia el centro comercial, a la zona de comida.

—Tyves, ¡espera! —Oí a Nadia llamarme desde atrás.

—Hola —sonreí y esperé a que se acercase.

— ¿Dónde estás yendo? —habló y me lo pensé un momento. No sabía para qué tenía humor, así que me decidí por Sbarros. Un bol de pasta con bastoncillos de pan con queso me iría bien.

Bound To It → j.b → spanish versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora