二十二

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pues como mencione, aqui esta el fin de la historia. de verdad les agradesco a esas personitas que votaron en esta historia y siguieron hasta su fin, de verdad muchisimas gracias!

espero les gustara tanto la historia como a mi.

en multimedia es kaoru.

aqui el cap.

aqui el cap

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Los años pasaron libremente haciendo que las relaciones se estrecharan más, las parejas se fortalecieran junto a su amor, los caminos se restauraran y la naturaleza viviera resplandeciente.

En medio de la vida tranquila de la villa, Sorato se alzó tratando de colgar la ropa que recién había lavado, pero le resultaba muy difícil y se sentía cansado. Bendita sea la hora en la que decidió embarazarse... de nuevo.

Dejó de hacer esfuerzos al intentar colgar la ropa y se sobó el gran vientre que tenía, su cachorro se movía vigoroso, estaba tan inquieto y solo Albert lograba tranquilizarlo con su voz, pero aún no era tiempo de que el rubio volviera, apenas era mediodía, Albert estaría en casa en el ocaso.

Se sentó con cuidado y vio a las libélulas pasear libres en busca de agua, los pequeños rayos de sol que se filtraban por las nubes y el cielo tan celeste; un perfecto día de verano.

El poco viento lo arrullaba, manteniéndolo sereno, así que, con cariño, comenzó a sobarse la barriga mientras cantaba una melodía que conocía como la palma de su mano, y casi lloró cuando después de un rato lo sintió quedarse quieto. Miró las flores balancearse con la gracia del viento y a la yerba alta moverse al unísono, conformando un delicado baile.

Sorato apreciaba esas pequeñas cosas.

Su carrera en el baile se había disparado y ahora era un famoso bailarín e intérprete de obras, lo habían contratado para desempeñarse en varios papeles importantes de obras reconocidas, claro estaba que a él no le gustaba mucho la fama y realmente no se beneficiaba de ella, a él le gustaba su vida tal como era, le gustaba la villa donde nació y no tenía razones para irse a vivir a la capital, a pesar de eso, se alegraba de poder ser tan bueno en lo que hacía y de llevar casi 7 años de trayectoria, lo que lo convertían en un veterano en el mundo de la danza.

En estos momentos había pedido un descanso hasta que su cachorro naciera, tal como había hecho con su primera cría.

Escuchó susurros provenir de afuera de su casa así que se levantó como pudo y se quitó la tierra, luego caminó en dirección a la puerta principal y la abrió, notando a su hermano callando a saori, la hija de Ai y Nozomi.

—¡Shhh, no ves que lo despertarás! —dijo en susurros el Alfa.

Y fue ahí que Sorato notó a su pequeño retoño durmiendo profundamente en los brazos de Kaoru, claro que, si tuviera la fuerza y no una enorme panza, él mismo lo cargaría para arrullarlo.

El Sexto CaminoWhere stories live. Discover now