Tinta

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Pasaron dos meses desde que conocí a Sabrina, salíamos frecuentemente. Habíamos quedado en ir al cine este fin de semana, pero por desgracia me resfrié y tuve que avisarle a Sabrina que lo mejor sería posponerlo.

Estaba en mi habitación, escuchaba música y dibujaba todo lo que me llegaba de repente a mi mente, en serio el dibujo es la mejor forma de distraerse y divertirse cuando no hay mucho que hacer.

Al pasar unos minutos escuché la puerta principal ser tocada. No le tomé importancia pues seguro era alguna amiga del trabajo de mi madre, pero al escuchar la voz de mi mamá llamarme diciendo que alguien me buscaba me quedé pensativa y bajé para verificar quien era. Al notar que era Sabrina me sorprendí y la saludé con una sonrisa

— Sabrina... ¿Qué haces aquí?— Pregunté algo ansiosa

— Pues... Como dijiste que estabas resfriada decidí venir y pasar la tarde contigo... Traje unos pasteles también... — dijo mostrando la caja decorada que tenía en sus manos

— Me parece buena idea... Sube— Dije mientras le tomaba de la mano y comenzaba a subir con ella las escaleras y entrar en la habitación.

Nos sentamos en la cama y comenzamos a charlar y comer pastelillos juntas. También le di un dibujo de le había echo hace un tiempo, pero como soy una persona olvidadiza, no recordaba llevárselo a la escuela.

Desde que comencé a andar con ella empecé a sentir cosquilleos y algo de nervios, aún no sabia el porqué, a pesar de que intentará buscar una respuesta.

Me nos habíamos reído y divertido tanto que no nos percatamos que ya estaba oscuro oscuro.

Fui junto con ella hasta la puerta principal para despedir me, pero no muy lejos se escucharon disparos que lograron aturdir nuestros oídos t ambas entramos a la casa nuevamente cerrando la puerta. Mi madre fue hasta nosotras y miró a la pelinegra, no quería que se fuera después de escuchar aquello no muy a lo lejos.

Yo tampoco quería que saliera después de escuchar esos disparos al aire, por lo cual le pregunte a mi madre si se podía quedar, ella asintió y le dijo a Sabrina que le avisara que iba a quedarse en mi casa y el porqué.

Debía admitir que la idea me emocionaba.

Ambas fuimos nuevamente a mi habitación y le presté una de mis pijamas y entré al baño para vestirme y dejar que ella lo hiciera. Volví y ya estaba lista.

Por suerte la cama era grande y estaríamos cómodas.

Al apagar la luz y acostarnos le di la espalda y comencé a sentir sus manos rodear me la cintura

— Uhh... Estoy acostumbrada a abrazar mi almohada... — Dijo en un tono dulce mientras se aferraba a mi. Yo sólo sentí un rubor en mis mejillas y un cosquilleo— ¿No te molesta verdad?— pregunto algo nerviosa y yo solo negué levemente.

Toda la noche fue muy diferente a las otras, sentía comodidad y una calidez muy agradable.

Al despertar por la mañana abrí mis ojos algo somnolienta y miré a Sabrina la cual seguía muy aferrada a mi mientras dormía, se veía muy tierna, debo admitirlo.

Cuando intenté levantarme, golpeé sin intención la mesita de noche que estaba a mi lado, haciendo que una pequeña perola de tinta cayera y derramando su líquido formara un corazón el el suelo.

Eso fue extraño, pero me hizo sentir una extraña sensación en el pecho, como si mi corazón se hubiera envuelto y bañado en tinta.

Esperó que estén disfrutando de la historia uwu/ nos vemos en la siguiente página

Twitter: @Tifandub_love

Esto no está prohibido... (ChicaxChica)Where stories live. Discover now