Capítulo 30 (Maratón 1/3)

2.6K 146 37
                                    

Después de descubrir que al parecer afortunadamente yo era la única donante, la última posibilidad que tenía para ayudar a Jess, estaba feliz. Por fin podría serle de provecho a mi mejor amiga en esta estúpida y dolorosa batalla para ella.

Hoy empezaban las pruebas. Las pruebas que acabarían de concretar si mi médula era compatible con la de Jess. No era tan fácil como parecía ni mucho menos se parecía al simple análisis que nos habían echo a todos al principio, al parecer solo era para ver que grupo sanguíneo era compatible. Las pruebas de verdad, con el posible donante, osea una servidora, eran como unas diez que no concretaban al cien por cien la compatibilidad entre nosotras, algo preocupante. Hoy era el día de las pruebas. Jess se enfadó conmigo cuando le dije que yo era la única posible donante pare ella, maldijo su grupo sanguíneo por ser igual que el mío, lo cual fue gracioso, todo esto solo porque no quería que me pasara nada.

Ahora me encuentro en la primera prueba, junto a James, el cual firmó los papeles dándome el permiso para poder ser la donante, no saben lo que me costó convencerlo, al parecer esos papeles son algo escalofriantes, ya que te informan que en caso de muerte o otras alteraciones causadas por la participación voluntaria del donante durante el trasplante no son a cargo del hospital, y al parecer eso a mis hermanos no les gustó mucho que digamos. Pero ya pueden comprobar que lo conseguí ya que ahora mismo me están sacando medio litro de sangre para posteriormente analizarla en un laboratorio, y este proceso también se lo están haciendo a Jessica.

Una vez sacada la sangre, me dieron comida y un zumo para recobrar fuerzas, descansé durante unas dos horas. Después debía hacerme una eco-grafía para comprobar que mi médula espinal estaba entera y lista para el trasplante. Una vez echa la segunda prueba pasábamos a la tercera, sacar con una aguja enorme un poco de mi médula para como no, analizarla en el preciado lleno de mi ADN laboratorio. Esa prueba no fue muy agradable, digamos que me oyeron gritar desde Rússia.

Las otras siete pruebas, fueron sencillas, muestras de saliva, orina... Comprobar que todo mi organismo está en buen estado y listo. Todo esto nos llevó toda la mañana y parte de la tarde.

Ya eran las cinco de la tarde, los resultados estaban por salir. Me encontraba en una sala completamente blanca con un escritorio y tres sillas. Jess estaba a mi lado. El doctor encargado del laboratorio estaba explicándole los resultados al cirujano encargado del trasplante. Evidentemente se encontraban en otra sala. A solas con Jess había un enorme pero raramente nada incómodo silencio. Hasta que ella lo dijo, dijo las palabras que nunca quería que fueran nombradas, dijo lo que no quería ni esperaba oír.

- Cam me estoy muriendo- Dijo seca.

- No, no lo estás por eso estoy aquí para evitar precisamente eso- Dije mirándola.

- Cam no puedes evitarlo, por mucho que lo quieras- Dijo mirándome tristemente.

Simplemente quedé petrificada, tenía razón, siempre tenía la maldita razón, no puedo evitar que se muera, no puedo, no... Ella no, no puede perder, no quiero, no es justo, no...

Pero mis pensamientos fueron interrumpidos.

-Cam no tienes porque estar enfadada contigo misma, no puedes cambiar el destino, y aunque los doctores digan que esta es mi última oportunidad, yo se que ya la perdí, perdí la batalla, lo se no soy estúpida- Dijo como si me hubiera leído la mente- Y está bien, has hecho de mi vida una increíble maravilla y por eso quiero pedirte un favor, mi último favor.

- Jess yo- Dije tristemente- Claro que haré tu último favor- Dije esta vez entre lágrimas.

- Gracias- Dijo ella secándome las lágrimas.

Ese hermoso y triste momento fue interrumpido por el ahora doctor sentado enfrente de nosotras, ahí iban, los resultados, los cuales me dosificarán una dosis de esperanza o me mataran ya de golpe.

-Señoritas- Dijo haciendo una pausa- Me temo que tengo- Dijo volviendo a parar- Que tengo unas muy buenas noticias.- Dijo observándonos con una cara de felicidad.

Yo también sonreí animada mientras que Jessica creo una sonrisa un tanto falsa. Oh si es verdad, lo que me contó. No me gusta que piense que todo ha acabado, los médicos están luchando por ella, el problema aquí es que creo que ella ya no puede luchar más, está perdiendo su cuerpo, su fuerza, su esperanza, y lo más importante sus ganas de vivir.

Salimos ya de la consulta, solas, ya que mandé a James a casa. Y hoy le dejaban salir a Jess. El último día antes de la gran operación, que podría salir increíblemente bien o terriblemente mal. Estábamos saliendo de el hospital cuando Jess dijo.

- Te voy a llevar al favor, al último favor que quiero que hagas- Me dijo.

Simplemente asentí. Mientras caminábamos por la calle, me distraía dándole golpes a una pequeña piedra cuando Jessica me paró. Con una sonrisa de par en par me dijo: entra. Estábamos en una iglesia?

- Jess pero que es esto?- Dije, pero ella seguía con una hermosa sonrisa en su rostro.

- Nosotros también nos preguntábamos eso- Dijeron unas voces detrás de mí. Eran los hermanos y los padres de Jessica.

- Los he traído hoy aquí, porque quiero ver mi funeral, llamen-lo un pre-funeral- Dijo ella muy convencida de si misma- Se que no estaré aquí por mucho tiempo, pero por eso os he traído, papá, mamá , Josh, lily, kevin, y Cam, ya que el día que sea mi funeral no podré escucharlo me gustaría hacerlo ahora. Este es mi último favor, estar en mi propio funeral- Dijo Jess ya finalizando.

Todo el mundo se quedó en silencio, estábamos petrificados ante esas palabras, su último favor era asistir a su propio funeral. No podíamos decir que no. Así que la ceremonia empezó. Ella lo que simplemente quería era ver los discursos. Todos hicieron uno, hasta Lily y Kevin, sus hermanos pequeños.

Todos fueron hermosos, pero el que a mí más me tocó fue el de su madre.

- Señoras y señores hoy estamos todos aquí reunidos para presenciar el fallecimiento y dar el pésame, de Jessica Jonhson, a una maravillosa adolescente, hija, amiga y hermana que nos dejó demasiado pronto. Voy a empezar por el principio, querida hija, desde que naciste fuiste una luchadora, fuerte y implacable, creciste feliz a pesar de nunca tenerlo todo, siempre diste todo lo que tuviste a aquellos que más lo necesitaban, siempre tuviste un apoyo, Cameron gracias- Dijo mirándome entre lágrimas- Siempre fuiste una heroína, a pesar que tu decías que esa era yo, no lo era, siempre fuiste tu- Dijo haciendo una pausa mientras se secaba las lágrimas- Y lo que más me duele es enterrar a mi propia hija, cuando esto no tendría que ser así, una madre no debería pasar por esto, perder a su hijita, a su pequeña , su princesa, no te haces a la idea de lo que te echaré de menos Jessica. Te amo, mamá- Dijo para finalizar.

Todos nos secamos las lágrimas, menos Jess, ella lloraba pero sin borrar su sonrisa. La admiraba tanto.

Ahora era mi turno.

- Quien pensaría que hoy me encontraría yo aquí, hablando sobre la persona que más a marcado mi vida, la persona que ha cambiado mis días más negros en grises, la persona que siempre ha estado a mi lado, en las locuras, en las rupturas, en las sonrisas y en las lágrimas, mi mejor amiga Jessica Jonhson.- Dije haciendo una pausa- La conocí hace unos diez años, y desde entonces ella siempre ha estado a mi lado, ella nunca me ha fallado, nunca se ha rendido, cuando yo quería tirar la toalla, ella estaba a mi lado, cuando yo ganaba ella lo celebraba a mi lado y cuando yo lloraba ella me lloraba a mi lado. Nuestra amistad no fue un camino lleno de baches que digamos, pero tampoco fue un camino liso. Discutimos alguna vez, pero nunca nos distanciamos. Mi vida no sería la misma sin ti. Y desde el año pasado, cuando le diagnosticaron, esa enfermedad hoy en día incurable, llamada cáncer, desde el primer momento ella luchó, nunca de dio por vencida. Pero estos últimos meses de batalla con la enfermedad para el control de su propio cuerpo, fueron duros, ya no quedaban energías dentro de ella, no tiró la toalla, la toalla tiro de ella. No es que no quisiera luchar sino que ya no tenia fuerzas. Desde el día que la conocí ella ha estado a mi lado, siempre la he y siempre la admiraré, y hoy más que nunca te amo, Jess.- Dije con las lágrimas cayendo de mis mejillas.

Bajé del estrado y la abracé, la abracé como si no hubiera un mañana. Abracé a mi mejor amiga, casi por última vez.

Esa noche me fui a dormir pensando en el trasplante de mañana, pensando si habrá valido la pena, si después de todo Jess no tenía razón y le serviría. Pensando en todo lo que podría pasar mañana, a mi, a mi cuerpo, pero sobre todo a Jess y a su cuerpo.

Hermanos Sobre-protectores Where stories live. Discover now