maratón 3/3

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Sentia el sentía el movimiento desde la desde la camilla cuando me llevaban hacia la unidad de cuidados intensivos, sabía que estaba despierta pero de algún modo parecía que aún no hubiera despertado, es más no quería despertar, no en un mundo sin mi mejor amiga.
Los médicos decían que ella seguía inconsciente y yo podía notarlo. Podía escuchar todo lo que decían a mi alrededor sobre mí, sobre mi familia,  sobre Jess, todo. Escuchaba las voces de mis hermanos pero de algún modo no quería volver a despertar porque sabía que ella no estaría. Habían médicos que aún tenían esperanzas,  otros se rindieron cuando vieron que yo despertaba y ella seguía en el mismo estado. Me encontraba cerca pero a pesar de todo me sentía distante como en otro mundo, era un sitio oscuro y sin una sola prueba de vida, supongo que ese era el estado del coma, aunque hacía días que había salido de él.
De golpe las voces de mi alrededor pararon y se empezaron a escuchar pequeños pitidos,  parecían míos pero no lo eran, me di cuenta que era una máquina que contaba los latidos de algún corazon cercano, el cual de repente había parado de latir.
Intentaba con todas mis fuerzas abrir los ojos pero no podía, por mucho que quisiera, no paraba de sonar ese pitido hasta que al cabo de pocos segundos se convirtió en un sonido uniforme y agudo. Las voces que habían estado gritando durante el instante pararon de repente, asi que estaba claro, fuese quién fuese había muerto y en mi cabeza solo podía parecer un nombre, el nombre de Jessica.
Pasaron 2 días hasta que pude despertarme, y volver en si, me encontraba rodeada de todos mis hermanos quienes me abrazaron al instante. Los medicos se alegraron de mi vuelta, no dijeron ni una sola palabra útil, solo balbuceaban largos nombres de medicamentos para el dolor, y anecdotas durante mi estado de inconsciencia, pero ni una sola palabra de ella, fueron al grano, y enseguida fui trasladada fuera de la unidad de cuidados intensivos.
Antes de irme, observe  una cama vacía al lado de la mía, totalmente limpia, y sin ninguna arruga, pero no le di importancia pensé que era un simple lugar vacío.
Una vez llegué a la habitación de ingreso temporal me dijeron que tendría que estar durante unas 24 horas bajo control hospitalario solo por precauciones, simplemente asentí moviendo la cabeza, fingiendo que escuchaba algo,  pero mi mente estaba en otro lado. Pude observar las miradas de mis hermanos y me sorprendió que  por una vez no podía leerles la mente.
Una vez hecho el sermón, me recomendaron dormir unas horas asentí para que me dejaran sola,  necesitaba pensar y analizar todo lo que había pasado en las diversas horas. Intentaba recordar todo lo que había escuchado durante el estado del coma pero por alguna extraña razón,  no podía.
Mientras estaba en ese estado de resignación hacia mí misma llamaron a la puerta,  cosa que era extraña ya que los médicos tenían órdenes de dejarme sola durante al menos 2 horas y mis hermanos habían ido a casa a buscarme ropa para mañana,  así que no tenía ni idea de quien podía estar llamando a la puerta en esos momentos. Una melena castaña atravesó la puerta, igual de ondulada y brillante como siempre, pensé. Era la madre de Jessica, parecía cansada y apagada, cosa inusual en alguien como ella, ya que era un rayo de luz entre las tinieblas, siempre daba luz a la hsbitación cada vez que entraba. Esta vez parecía, perdida, ausente. Se sentó a mi lado y sin decir ni una sola palabra se lanzó mis brazos y me dio un fuerte abrazo, de esos que de verdad te marcan, tal que no hicieron falta las palabras, solo con ese abrazo y sin decir nada, me lo dijo todo.
Me miró fijamente a los ojos  y sujetándome la cara firmemente, me dijo: "no puedo creer que hayas vuelto, me alegro tanto, tantísimo, cariño, no te va a pasar nada,  ya estas de vuelta, todos pensábamos que te habíamos perdido, es un alivio, Jessica preguntaba tanto por ti". No puedo terminar la oración se levantó y me dijo que tenía que ir un momento al baño, me había dejado desconcertada, había dicho "preguntaba" en tiempo pasado como si Jessica ya no lo hiciera. Des de luego que fue algo extraño, sonó como si ella siguiera aquí pero al mismo tiempo hubiera muerto, y  esa indecisión no me gustaba en absoluto, no quería ni imaginar que hubiera pasado lo inimaginable.
Al cabo de poco tiempo su madre salió del baño, se volvió a sentar a mi lado y me miró de nuevo a los ojos fijamente, y con una voz llena de dolor, suave pero rota me dijo: "Cameron, Jessica te quería muchísimo". No la deje continuar simplemente me lance a sus brazos y empecé a llorar y a negar con la cabeza solo podía balbucear: "no, no es posible, esto no está pasando! ¿dónde está? quiero verla! dime dónde está!!! quiero hablar con ella, no se puede haber ido,no sin mí, no sin decir adiós, no por mi culpa".
Solo intentaba consolarme pero por muchas caricias e intentos para acallar mi dolor,  eran inútiles, nada podía aliviar el malestar que sentía en esos momentos.
No estaba lista para aceptar que mi mejor amiga había muerto y que todo era por mi culpa.
Además de que no havia podido decirle adiós, no había tenido la ocasión de decirle lo mucho que me importaba,  lo mucho que la apreciaba, ni darle las gracias en todo lo que me había ayudado, por estar  en las buenas y en las malas. Era injusto, todo esto no tendría que haber pasado, no es lo que planeamos juntas,  ¿qué ocurriría ahora con nuestro futuro? ¿con nuestro lema desde pequeñas hasta ancianas?
¿Que voy a hacer yo sin mi mejor amiga? , sin mi compañera en los crímenes, sin mi asistenta de moda personal,  sin mi consejera, sin mi hermana con distinto ADN...

Hermanos Sobre-protectores Where stories live. Discover now