Especial 1 K

4K 338 29
                                    



Eran un día soleado, demasiado hermoso una de esas tardes de verano tranquilas con el solo canto de las chicharras y el sonido de la risa de los niños de ese parque, en el cual, un niño precioso de cabello rojizo jugaba a alcanzar una mariposa mientras su mamá iba al súper a una cuadra más adelante.

Fue entonces que lo vio.

Era un niño de su edad y por eso no dudo ni un segundo en acercarse al verlo solo, pero fue entonces que noto el por qué ese niño estaba alejado del resto.

-¿Por qué lloras?- pregunto el niño, el infante que se encontraba sentado junto a un gran árbol levanto la vista.

-No te incumbe- respondió el niño de cabello azabache.

-Tienes razón- respondió el otro sin embargo no mostró signo de quererse ir del lugar.

Pero justo cuando iba a mandarlo a volar llorando por hablarle mal -Oi ¿Qué haces?- solo pudo decir eso al ver como el "intruso" se había sentado a su lado.

-No seas egoísta, este gran árbol da mucha sombra, está bien que no me quieras contar lo que he ha puesto tan triste, no me meteré en tus asuntos, solo déjame quedarme a tu lado hasta que estés mejor... o mi mamá venga por mí, lo que suceda primero- dijo el pelirrojo sin despegar su vista del hermoso cielo azul, así pasaron algunos minutos donde solo los dos.

Tal vez fue el pelinegro, tal vez fue el pelirrojo, ninguno de los dos ya se acordaba quien había dicho la primera palabra el uno así el otro, sin embargo poco les importaba ya que se estaban divirtiendo a su manera discutiendo la forma de las nubes.

Uno diciendo que era un pato el otro alegando que era un dragón

-¡Cómo sería un dragón si nunca has visto uno!-

-¡Los libros, en los libros viene!-

La gente pasaba y al oírlos soltaba una risa llena de ternura, al ver como combinaban perfectamente las dos cabelleras, al escuchar las dulces vocecitas de aquellas dos personitas discutiendo sobre un tema que para los demás no tenía sentido, pero para ellos era como debatir política. Se había pasado el tiempo volando entre risas y pequeños sonrojos adorables por la cercanía del uno hacia el otro para apuntar alguna nube o para tratar de darles forma con sus pequeños dedos. No se había dado cuando fue que la madre del pelirrojo se había situado atrás de ellos, solo supieron que había llegado la hora de despedirse y eso no les había sentado muy bien en sus pequeños pechos.

-Adiós- se dijeron mutuamente mientras el pelirrojo era jalado de la mano por su madre mirándose a los ojos un poco tristes.

-Mi nombre es He Tian ¡No lo olvides!- grito el pelinegro.

No recibió respuesta de su nuevo compañero, pero él creía haber recibido algo mejor que el nombre del niño con el cual había discutido.

Porque cuando el pequeño se había soltado del agarre de su madre solo para correr hacia el pequeño llamado Tian para darle un suave beso en la mejilla y regalarle una sonrisa. Para luego volver a la mano de su madre.  pero esa acción le había hecho que su corazón saltara de su lugar e hizo que su cara ardiera jamás olvidaría esa sonrisa que era tan deslumbrante, tan hermosa a su parecer, y ni que hablar de su primer beso (de otra persona que no fuera alguien de su familia).

He Tian hubiera corrido tras él, a no ser que escucho la varonil voz de su hermano llamándole.

-Todavía no puedo creer que te hubieras perdido- decía el adolecente tomado de la mano de su pequeño hermano.

El niño se sonrojo fuertemente -Es tu culpa hermano tonto-

-Estuviste llorando mientras te buscaba- soltó el mayor en burla

-Para nada- contesto desviando la mirada el pequeño.

El mayor sonrió burlonamente -Entonces porque puedo sentir tu corazón latir como loco-

Al recordar el por quien su corazón latía como loco se puso nervioso-Po...Por...Porque... porque... porque... estuve caminando buscándote- tartamudeo.

-Aja claro- contesto el otro sin creerle.

Mientras tanto un niño muy emocionado le contaba su pequeña aventura que había tenido en la tarde con su nuevo amigo.

-Qué bueno que te hallas divertido, Guanshan- dijo dulcemente la mujer.

Sin entender lo que sentían, olvidaron su nombre, su rostro.

He Tian después de mucho tiempo sin pensarlo, sin buscarlo, vio como un adolescente de su edad sonreía a una mujer, entonces sintió su corazón latir como no lo hacía en años, fue ahí cuando lo supo, tal vez no recordaba la cara de aquel niño, tal vez no fuera el mismo, pero lo supo.

Él quería ver esa sonrisa siempre, durante toda su vida. No por nada ahora lo molestaba todo el tiempo, pero que podía hacer si él tal vez era su primer amor desde la infancia.

¿Porque yo?Where stories live. Discover now