Futuro (Final)

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Todo se volvió un caos a mi alrededor; pasé de estar asustado por DongHae a sorprendido y luego a aliviado en cuanto me di cuenta que había salido ileso de entre aquel forcejeo. Después del disparo, Sehyun cayó sobre DongHae herido por la bala; no estaba muerto, -lo supe después- pero si estaba lo suficiente mal como para caer inconsciente al instante.

-Hyuk - Gimió Hae desesperado mientras intentaba quitarse el cuerpo de SeHyun de encima. Me abalancé hasta llegar a él y con cuidado le ayudé a salir de debajo, hasta que lo pude acunar entre mis brazos y el respondió a mi abrazo con fuerza.

-Jamás te engañaría o traicionaría. La orden sí fue levantada y el dinero que le di a Sehyun era de algunos ahorros. Jamás te haria daño... Ja-jamas te abandonaria, no después de todo lo que me has dado. - Susurró él, apretando con más fuerza sus brazos a mi alrededor. Yo ya lo sabía... Habia algo que me convencia de que el no podria haberme mentido y engañado. Confiaba en él y sabía que lo que había hecho no había sido más que por el miedo de verse en manos de Sehyun.

-No espero que me pagues por nada,- recalqué - y tampoco lo que él dijo importa.- Susurré alejándome, rompiendo el abrazo para poder verle a los ojos.- Lo que importa es que estás bien.

A lo lejos las sirenas de las patrullas policiacas se escuchaban. Pronto estuvieron lo suficientemente cerca para saber que venían por nosotros; alguien había alertado a la policía, probablemente cuando habían escuchado los disparos.

Minutos después, policías y paramédicos llenaban la sala de estar, moviéndose de un lado a otro mientras DongHae y yo éramos interrogados por diferentes personas. En ningún momento nos separamos. Él se mantenía sobre mis piernas mientras respondía a los cuestionamientos y era revisado por los paramédicos, siempre sosteniendo mi mano y apretándola de vez en cuando. Era su forma de soportar todo y al mismo tiempo, la mía para demostrarle mi apoyo.

Para el día siguiente a medio día y después de un viaje a la estación, DongHae y yo ya estábamos de vuelta en casa. Habíamos sido liberados después de que las autoridades comprobaran que Sehyun había quebrantado la orden de restricción, el hospital hubiera asegurado que habían encontrado alto contenido de estupefacientes en su sangre y se hubiera levantado una demanda por intento de homicidio que lo dejaría por un buen tiempo en la cárcel.

Muy lejos de DongHae. De nosotros. Porque sí, esperaba que siguiera habiendo un nosotros, después de lo que habiamos enfrentado.

Tras cerrar la puerta que dividía nuestro hogar con el resto del mundo, cambiar su ropa manchada y acurrucarnos en la cama, juntos, de frente y mirándonos a los ojos, las miles de emociones que había estado reteniendo, - desde lo que había pasado con Sehyun, la confesión, el disparo y el estrés provocado por los interrogatorios- salieron a flote en forma de acaudaladas lágrimas que inundaron mis ojos y emborronaron la vista de su rostro.

Sus dedos fueron hasta mis mejilas y luego a las comisuras de mis ojos y con delicadeza comenzaron a apartar cada gota que resbalaba por ellas... parecía imposible su tarea pues no paré de llorar hasta que él no hubo encontrado otra forma, bastante inesperada por cierto, para que dejara de hacerlo.

Acercándose lo suficiente como para posar sus labios en mi mejilla, besó/absorbió una de mis lágrimas y lo repitió varias veces más sobre las nuevas que brotaban y descendían, hasta que de pronto y sorprendiéndome, su lengua hizo aparición y recogió una de las gotitas que había resbalado hasta la comisura de mis labios. Esa acción fue tan repentina, sensual, cálida y excitante que de momento me encontré nervioso y expectante ante su cercanía, lo miré y me encontré con sus ojos entrecerrados, mirándome fijamente. Entonces no pude evitar jalar su cuerpo hasta ternerlo sobre el mí para poder besarlo de una forma que jamás había creído poder besar a una persona: apasionadamente.

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