50 cosas sobre ti.. /JOERICK/

Número 12

Escuche la puerta del departamento abrirse y salí corriendo hacia el baño encerrándome en este de un portazo seguido de colocarle el seguro, lo ultimo que quería era ver su cara y caer ante él, esto es algo que no podría perdonarle, no tan fácil, no después de lo que me hizo.

Los golpes no tardaron en aparecer, aturdiendo mis oídos. 

Erick ábreme.. amor -hablaba detrás de la puerta.

Escuchar su voz me hacia mal, me destruía más por dentro y que me llamara "amor" solo lograba que mi llanto creciera cada vez mas.. ¿cuántas veces habrá llamado también así al frenton? 

Por favor, se que estas ahí -seguía hablando y golpeando simultáneamente.

No quiero verlo, no quiero oírlo, no quiero nada.. apoye mi espalda sobre la pared y sin más fuerzas mi cuerpo cayó deslizándose por esta.

Erick, háblame bebe -su voz se notaba triste, yo por mi parte no podía emitir mas que mis sollozos.

Deje el cuaderno sobre el piso y tape mis oídos con ambas manos presionándolos lo suficiente para dejar de escucharlo, lo se una actitud muy infantil, pero oírlo en este momento me estaba matando. Solo quería que se fuera, que me dejara solo.

Jamas alguien me había lastimado de esta manera, me dolía saber que la persona que juraba amarme me traiciono de la peor manera. 

Erick.. por favor, estas equivocado, no es lo que crees -logre escuchar sus palabras aun con mis oídos tapados.

Vete Joel -susurre tragando fuerte sobre el nudo en mi garganta, cerré mis ojos fuertemente. 

Quería desaparecer en ese mismo instante, sabia que no se iría fácilmente y eso era lo que mas me dolía, necesitaba estar solo de verdad.

Otra vez los golpes y los gritos a través de la puerta volvieron a aparecer, cada vez mas insistentes, ahí fue cuando note que había dejado de hacerlo por no se cuanto tiempo.

Tome mi cuaderno y la pluma, intentando mantener mi pulso fijo logre hacer una ligera anotación

12. Jamas dejas de insistir, eres demasiado persistente.

Erick - su voz volvió a inundar mis oídos- yo te amo, escúchame por favor.

Después de algunos minutos en silencio, respire hondo, saque el seguro de la puerta y volví a mi posición sobre el frió piso del pequeño baño.