Corazones inmarcesibles [Wolfstar]

Humo y Fantasma

Sirius estaba catatonico hace no más de dos días, piensa Remus; sentado ahí en la cama con los ojos abiertos mirando a la nada, sin hablar, con la garganta lastimada y el cuerpo cubierto de moretones. Hace no más de cinco días, piensa Remus, el corazon se le había quedado en silencio y un pitido intenso había resumbado en su oido cuando le vio aparecer por la chimenea de los Potter, sangrando, llorando y con la ropa a medio poner; creía que nada podía doler más que la luna llena, que nada le iba a destrozar como el monstruo en su interior. Pero el lobo tambien amaba a Sirius.
Sabe que James no pudo moverse con la rapidez acostumbrada y que Euphemia Potter soltó el plato de ensalada por la misma razon por la que él corrió y cayó de rodillas junto a Sirius.
Ahora es igual. Sirius esta en el suelo, cubierto de su propio vomito y tiene los ojos desorbitados pintados de un ligero color amarillo, y no puede evitar pensar que esta muerto. Pero su pecho se mueve, al menos momentaneamente; así que mientras James grita fuera de si, arrancado para siempre de su realidad perfecta, él se arroja de rodillas, lo voltea y lo hace vomitar, metiendo dos dedos dentro de su garganta casi sangrante.
Se ha tragado colillas encendidas de cigarro, piensa mientras lo hace y la idea de perderlo le rodea el cuerpo con velocidad.
Se pregunta cuantas pastillas para dormir se trago junto con el vodka y la pena, se pregunta si ha valido la pena para él. Remus se pregunta si él se mataría si Sirius se muere.
Nazz abre la puerta torpemente, temblando, el corazon se le relaja cuando la ve con la mochila medica y los ojos bien abiertos.
Euphemia llora, Flaemont maldice, James grita fuera de si. Es como haber sido arrojados dentro de un cubo con agujas. Donde quiera que voltearas, algo te haría daño.
Apesta a alcohol, a sudor y cigarros, y cuando vomita es una mezcla de ambos que más que asco causan ganas de llorar. Remus no le suelta la cabeza cuando Narcissa le inserta un maldito tubo de plastico endeble por la garganta, cuando el liquido blancusco corre dentro de su cuerpo y le hace temblar. Nazz esta llorando.
- ¿Oxicodona?- la voz nerviosa de la rubia lo hace temblar
- Podria ser cualquier cosa, se las bajo con vodka- susurra, su voz medio despierta a Sirius que, incomodo, se sacude para intentar sacar de su garganta el incomodo tubo- Sssh, Sssh, cariño- le pide, acariciando su rostro- Vas a estar bien.
- Hay que llevarlo al hospital- grita Euphemia
- Si quieres que lo encierren- alza los hombros falsamente despreocupada
Sirius recupera el aliento de golpe, como si la adrenalina se le inyectara en el corazon de la nada. Bruscamente los empuja, con fuerza se quita el tubo, unos treinta centimetros de incomodidad dentro de si y vuelve a vomitar.
- Ahora-gruñe Nazz, manchada de salpicaduras de vomito oscuro, lo sujeta del borde de la mandibula- ¿Que te tomaste?
- Basta, Nazz- le dice nervioso Flaemont- Solo...
- James, llevatelos-sentencia ella- Ahora.
Narcissa tiembla con la aguja cargada entre los dedos y Remus solo puede mirarla con temor, con ese miedo oculto tras la calma. Sirius se tambalea sobre sus rodillas, con los ojos desorbitados, fuera de si, murmurando disculpas y tonterias. Moony memoriza su rostro, el tono de gris correcto en sus ojos, los angulos de sus mejillas. Lo hace como si creyera que va a perderlo.
- Va a estar bien- dice Nazz de mala gana- Le dolerá todo y la garganta le arderá como un hijo de puta pero...
- ¿Que era eso blanco?
- Le limpié el estomago, hubiera sido más facil de otra forma, se lo merece
- Nazz-exclama casi fuera de si- No puedes...no puedes simplemente...
- no puedo ¿No?-sonrie de costado- Ya lo hice.