𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝 {[ oliver wood y tu ]}

𝘀𝗮𝗯𝗲𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼

- Hey, ¿podemos hablar?
- ¿Qué pasa?-Respondió Oliver.
- ¿Me has enviado esto?-Le mostró la carta anónima.
- Esa no es mi caligrafía, además esas cursiladas no son de mi estilo.-Contestó tras analizar el mensaje.
- Está bien.-Se alejó la joven.
- ¡Espera, Laura! ¿Ya está?-La castaña se giró para mirarlo con confusión.-Acabo de tener una conversación contigo después de semanas, y eso me hace... Feliz, ¿En serio vas a irte como si nada?

La bruja lo meditó por unos segundos y volvió a mirarlo a los ojos.

- Sí.-Continuó su camino.
- Idiota.-Murmuró Oliver.
- Por esto, es por lo que me voy como si nada.-Añadió antes de desaparecer por la esquina del pasillo.

- Buenos días señorita Delacour, llega tarde.-Saludó el profesor Snape.
- Lo siento.-Se disculpó mientras cogía asiento al lado de Sophie.
- ¿Estás bien?-Cuestionó la rubia.
- Sí, estaba hablando con tu hermano. ¿Jugamos a la ouija?
- Es un juego muggle, ¿cierto?
- Escuché a Granger hablar de ello con  las gemelas horror, se supone que sirve para comunicarse con espíritus.
- ¿Las gemelas Patil? Las odio.-Rió Soph.
- Wood, Delacour.-Les llamó la atención el profesor.
- Perdón.-Dijeron al unísono.
- ¿Lo hacemos?-Preguntó Laura en susurros de nuevo.
- Claro, ¿avisamos a los chicos?.
- Vale, dame un trozo de pergamino.
- Mira la cara de Potter.

Ambas estallaron en carcajadas al observar el adormilado rostro del elegido.

- Suficiente, fuera de mi aula.-Ordenó Severus.

Las dos brujas asintieron y abandonaron el aula aún entre risas. Mientras caminaban por los largos pasillos, vieron que habían colgado las notas de los ultimas exámenes que habían hecho.

- Tu madre se sentiría orgullosa de ti.-Habló Sophie admirando los extraordinarios de su mejor amiga.

La castaña la miró y rieron nuevamente.

- Sabes que no.-Respondió en un tono divertido.
- Tienes razón.

Ambas brujas parecían estar bajo el efecto de alguna droga muggle o bebida alcohólica en esos momentos y el hecho de que la profesora Mcgongall pasaba  por ahí en esos instantes no ayudó.

- Señoritas, ¿me podrían explicar que es todo este alboroto?
- Lo sentimos, hoy es simplemente un buen día.-Respondió Laura señalando a sus notas.
- Vayan a sus salas comunes o a sus clases, no deberían merodear por los pasillos.- Indicó la profesora.

Las chicas asintieron y fueron en dirección a su habitación. Por el camino, la castaña localizó una platinada cabellera que se le hacía conocida, quiso acercarse para saludar pero su corazón se detuvo por unos instantes. Una estaca atravesaba su corazón, lenta y tortuosamente. No podía parar de mirarlos, ni siquiera disimulaba, en cualquier momento se darían cuenta, pero ella estaba tan dolida que ni si quiera se daba cuenta.

- ¿Por qué tan callada? ¿Ya te has echado atrás con el juego muggle?-Rió Sophie una vez llevaban un rato en su habitación.

Laura levantó su cabeza de la almohada y miró a su mejor amiga, sus ojos estaban rojos e hinchados, acompañados de unas grandes manchas negras debidas al maquillaje.

- Ven aquí.-Dijo la rubia haciendo un hueco en su cama.

La francesa fue a su cama y se acurrucó a su lado, Wood pasó un brazo alrededor de ella y la abrazó con fuerza mientras contaba cosas random para calmarla. No preguntó ni juzgó, simplemente estuvo ahí para ella.

No todos harán eso y cuando te des cuenta será demasiado tarde, ese fue otro de sus errores.

- Hola.-Susurró Sophie viendo entrar a Blaise.
- ¿Qué ocurre?-Preguntó este en el mismo tono observando a su mejor amiga.
- Está enamorada de Draco, no lo admitirá ni me lo dirá, pero lo sé.-Respondió la rubia.
- Draco está en negación, no quiere aceptar que la ama.-Se sentó en la cama de la castaña.
- Siempre pensé que tú y ella acabaríais juntos.
- Yo también.

Wood lo miró con sorpresa y él rió con cierta incomodidad.

- Yo también pensé que acabaríamos juntos hasta que me di cuenta de que me gustaban los chicos un poco más que las chicas. Y..., Cuando ella encontró al amor de su vida con Draco y yo con Theo.-Explicó el moreno.
- ¿Tú y Theo?-Sonrió.
- ¡No! Ya me gustaría.-Negó con cierta vergüenza.
- Acabareis juntos.-Habló Laura con un tono de sueño.