Hoy desperté decidida a hacer muchas cosas. No recuerdo lo que soñé, pero por algún motivo me levanté con la mente despejada. Tengo que organizar la semana para conversar con seriedad con varias personas y acomodar las piezas del rompecabezas. He pensado, pensado y pensado en cada palabra y en cada asunto. En mi cabeza resuenan incluso posibles discursos y conversaciones que quizá nunca se llevarán a cabo.
Hoy es lunes y, a pesar de ello, tengo el presentimiento de que las cosas comenzarán a marchar pronto con más claridad. Cabe la posibilidad de que algunos pasos sean difíciles e irritantes, pero son necesarios para alcanzar mi meta: una vida tranquila.
Estoy harta de preocuparme por todo. A veces incluso no me reconozco a mí misma. Me pregunto dónde habrá quedado la Mila disparatada a la que nada la importaba más allá de aprobar sus clases y de leer. No entiendo qué ha pasado con esa versión de mí misma. Temo que se ha escurrido entre mis dedos.
Necesito que mi confianza salga a flote una vez más. Debo enfrentarme a aquello que me incomoda. He estado huyendo de las soluciones por miedo a lo que pueda ocurrir en el camino, y he comenzado a odiarme por ello.
"Recobraré el control sobre mi vida".
No quiero más miradas de reojo en la escuela, tampoco obsequios que intentan comprar mi cariño. Me cansé de sentirme un trofeo y el objeto de chisme de mis amigos. No quiero escuchar más "hacen una linda pareja". No quiero más citas dobles. No quiero oír más indirectas. Solo deseo averiguar quién es el maldito chico de la mala gramática para poder hablar con él en persona y pedirle que deje de acosarme. ¡Y que se vayan todos al demonio! Quiero que me dejen en paz. Soy una persona solitaria desde que era pequeña, me cuesta mucho interactuar con otros y forjar lazos. Prefiero que se alejen. No sé cómo manejar las relaciones con las demás personas.
Creo que todo este asunto del romance no es para mí.
El plan que tengo para hoy es hablar con Elena después de clases. Es el mejor comienzo organizativo que podría desear. No hay nada como una buena charla con tu mejor amiga para despejar cualquier duda y obtener segundas opiniones. Además, sé que ella puede ayudarme a seguir el rastro del joven misterioso. No conozco a nadie con mejores habilidades deductivas que las de Elena. No será Sherlock, pero siempre que leemos un libro o miramos una película policial, ella descubre al criminal y sus motivos incluso antes que el protagonista. Confío en que logrará hallar la conexión entre el chico de la mala gramática, su mejor amigo y mi profesor. No puede ser tan complicado, ¿o sí? Él me pidió que no lo buscara, pero yo nunca accedí a ello. Y soy curiosa.
Mañana intentaré hablar con Julián y con Gabriel, claro está, por separado.
Al primero de ellos le voy a aclarar mis sentimientos y mi rotunda negativa. Le pediré que deje de hacerme regalos y le agradeceré por los que me ha entregado hasta el momento. Seré tan sincera como me sea posible, pero intentaré no sonar demasiado ruda. Espero que las palabras no se me queden atragantadas otra vez. Quiero que Julián comprenda que es una gran persona, pero que necesita dejar de esforzarse tanto porque no está obteniendo resultados. Ojalá no se enfade conmigo, no es un mal chico. Las cosas están como están porque me cuesta decirle que no a la gente. Y sé que soy bruta para hablar. Me cuesta poner filtros y mis palabras hieren a los demás sin que esa sea mi intención. Justamente por ello es que es mejor para mí seguir sola.
Con el segundo necesito discutir consejos para jugar a League of Legends. Quizá pueda incluso programar una clase práctica al respecto. Quiero llegar a nivel cinco lo antes posible. El juego no me interesa en lo más mínimo y tan solo deseo cumplir con la estúpida promesa que hice. Todo sea por ganar tiempo y averiguar la verdad. El único impedimento es que Gabriel siempre parece ir con prisa de un lado al otro. Tal vez lo llame por teléfono después de clases. Espero que me atienda.
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El chico de la mala gramática (COMPLETA)
Teen Fiction★ Mila está obsesionada con los chicos perfectos que aparecen en sus libros. Julián está decidido a conquistarla, pero ella solo es capaz de ver sus defectos. ★ **** Una tarde, recibí una declaración de amor anónima que estaba colmada de errores, ¡e...