Todavía tengo pesadillas de lo que pasó.
Randall trató de alcanzarnos por todo el lugar, parecía un animal furioso que por accidente había dejado escapar a su presa.
Pero conseguimos huir de la escuela y el infierno se terminó por un rato cuando lo perdimos. Hasta que nos detuvimos por un milésimo de segundo y Johnny no pudo hacer más que dejarse caer en el suelo por el insoportable dolor que aquejaba su brazo. Teníamos que llevarlo al hospital, y tú estuviste más que de acuerdo cuando te adelantaste y llamaste rápidamente a emergencias hacia la calle en la que estábamos.
Traté de calmar a Johnny lo mejor que pude, hablándole de videojuegos y que pronto lo retaría a alguna partida. Tú también intentaste ayudar, dejando suaves caricias en su brazo herido y sonriéndole reconfortantemente de lado.
"Vas a estar bien."
Era la primera vez que te escuchaba hablar tan calmadamente, aunque ya había escuchado tu voz varias veces, esta vez se me hizo distinta.
Con tus ojitos castaños en ambos, brillando con esperanza mientras tus mejillas dejaban ver unos pequeños hoyuelos al sonreír. Era simplemente una escena que amenazaba con quitarme el aliento a cada segundo.
