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El atardecer de aquel jueves parecía ahora tan lejano, estaba fragmentado y los recuerdos al pasar los días eran cada vez más borrosos, quizás si mis ojos se cerraban aun con más fuerza no podría olvidar aquella tarde en la que las nubes parecían esponjosos algodones de azúcar, los rayos del sol las tintaban en un pálido color naranja, el cielo estaba teñido de colores cálidos, ¿Cómo podría olvidarlo?

— ¡Hyung! Ya casi llegamos — su pequeña mano se aferraba de la mía, y mis ojos viajaban de un lado a otro en busca de miradas curiosas —. ¡Es ahí Hyung!

La emoción que emanaba de su pequeño cuerpo me erizaba la piel, yo estaba feliz, pero no podía demostrarlo, aun no.

—Jimin, ¿Cuántas veces te tengo que decir que no debes tomarme de la mano en público? — mi corazón se comprimió cuando Jimin cambió la sonrisa por una mueca de culpabilidad.

—Lo siento Yoongi, fue la emoción — sus mejillas se encendieron y relamió sus labios —, no volverá a suceder.

—Bien.

Me sentía como un criminal ejerciendo uno de los peores delitos, no quería que alguien me mirara, era la primera vez que tenía una cita con Jimin fuera de aquella privacidad que nos rodeaba dentro de su casa, insistí en quedarnos esa tarde viendo alguna película de estreno, pero él insistió en salir, ahora sé que debí aferrarme a hacerle cambiar de idea así estaría evitándome toda esta sensación de querer ocultarme de cualquier mirada.

—Siéntate Hyung — su mano palmeó el pasto verde, mire una vez más a mi alrededor, no había nadie, así que cedí —, hace tiempo no vengo aquí, mis padres solían traernos a mi hermano y a mi cada fin de semana, era cómodo venir porque casi no es visitado por nadie, por eso quise traerte aquí Yoongi.

Sonreí y asentí lentamente, comenzaba a sentirme seguro, así que mi mano buscó la suya, estaba a centímetros de mí, se posaba en el pasto así que la cubrí con la mía, sus ojos dejaron de ver el horizonte para mirarme a mí, me sonrió, amaba verlo sonreír, sus mejillas se abultaban y sus ojos se iluminaban de una manera peculiar antes de formar dos medias lunas, era perfecto. 

— ¿Hyung, podemos jugar un juego? — el sol se ocultaba cada vez más a cada segundo —, será divertido.

—De acuerdo Jimin.

—Eh traído un objeto... — lo interrumpí, me sentía curioso.

— ¿Qué es?

—No puedes verlo aún, solo debes cerrar los ojos, tus sentidos se estimularán y deberás adivinar lo que he traído, ese es el punto, después será tu turno Hyung, ¿lo entiendes Yoongi Hyung?

—No realmente, ¿por qué me haces pasar por estas cosas Jimin? — cerré mis ojos dejándome caer en el pasto. Un puchero adornó su rostro, y termine asintiendo —. ¿Qué debo hacer?

—No abras los ojos, solo abre tu boca.

—Tu, no estas planeando algo... vulgar, ¿cierto? — su risa tímida lleno mis oídos, podría apostar que sus mejillas se tornaron de un color rojo carmesí.

Arrugué el entrecejo cuando escuche una envoltura romperse, segundos después, Jimin pasó sobre mis labios un pequeño trozo, era suave...

— ¿Lo sientes Hyung?

Asentí, y me concentré en el dulce aroma que llegaba a mis fosas nasales, instintivamente abrí mis labios, Jimin metió a mi boca el pequeño trozo de chocolate, era mi favorito, el sabor cálido y dulce llenó mis papilas gustativas, sonreí cuando el trozo de chocolate se derritió dentro de mi boca. Abrí lentamente los ojos, su rostro estaba ahí, me observé dentro de sus ojos, su mirada irradiaba amor, un amor puro, tan real como aquellas sensaciones, lo amaba, pero no podía ocultar aquel temor de ser quien realmente soy.

—Es tu turno Hyung — me regaló el honor de mirar su sonrisa una vez más.

—Pero, yo no traje nada...

—Debes ser creativo Yoongi Hyung — me senté sobre el pasto cruzando mis piernas y deteniéndome a pensar, coloqué mi rostro sobre mis manos.

—Entonces solo cierra los ojos Jimin...

Sus ojos se cerraron sin pensar, miré un poco a mi alrededor, entonces, tomé su rostro entre mis manos, mis labios encajaron con los suyos a la perfección, escuche los latidos acelerados de su corazón, sus manos temblaron cuando tocó mi mejilla, por un momento nos olvidamos del mundo real, solo estábamos los dos en ese pequeño mundo creado a partir de lindas palabras, el sabor de sus labios era exquisito, sus labios tan suaves y la perfecta forma de ellos me hacían enloquecer.

En el último instante apreté su labio inferior con los míos y cerré los ojos tan fuerte como me era posible, quería que aquella sensación permaneciera en mi memoria, pegué mi frente con la suya manteniendo en mis manos sus mejillas.

— ¿Eres tu Yoongi? — Tan rápido como escuche su voz aparté de mi a Jimin, mi cuerpo tembló cuando su mirada cargada de odio me fulminó — ¿Maldita sea que estás haciendo?

—H-Hoseok, no es lo que parece... — El miedo invadió mi cuerpo, Hoseok era homofóbico, ¿Cómo podría explicarlo?, todo se habría ido a la basura.

—Me decepcionas Min, debiste decirme que eras un asqueroso maricon.

—Yo no soy un maricon Hoseok, él me tomó a la fuerza... yo... ¡Yo no fui!

Tan rápido como pude caminé a lado de Hoseok, incluso me burle cuando Seok lanzó un insulto a Jimin, caminé al lado de mi mejor amigo, eso era lo correcto.

—Me alegra saber que no eres un maricon, no soportaría tener un amigo homosexual, me repugnan, lo sabes.

—Sí, también a mí, no sé en qué estaba pensando cuando acepte venir con él.

— ¿Que estabas haciendo con Park? — pasó su brazo alrededor de mis hombros.

—Me ha engañado, me dijo que tenía las fotografías del próximo examen de literatura, cuando menos lo esperé el solo me beso.

— ¡Yoongi! — Hoseok y yo nos giramos en dirección a Jimin, permanecía sentado en el pasto. Una lágrima resbaló de su mejilla y cerró con fuerza sus ojos — Lo siento.

 Una lágrima resbaló de su mejilla y cerró con fuerza sus ojos — Lo siento

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✿ Epitafio ✿

Hello... it's me

Un nuevo YoonMin para tu corazón.

Te amo por leer.

San Ramón te bendiga, ve  en paz hermana.

EpitafioWhere stories live. Discover now