Capítulo diez.

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Ethan sale corriendo detrás de ella y la alcanza antes de que pueda, si quiera, acercarse a la puerta de su casa.

Tira de su brazo, como al parecer se le ha hecho costumbre hacer, y hace que voltee quedando ambos frente a frente.

-¿Por qué huyes de mí?- Pregunta suavemente mirándola a los ojos.

-Yo no huyo de nadie.- Susurra desviando la mirada.

-Lo haces.- Posa su mano en la mejilla de ella y hace que lo mire.- Y tampoco me miras a los ojos, ¿por qué?

Alex suspira y conecta su mirada con la de él, intentando buscar en sus ojos algún indicio de falsedad, de maldad. Ella no estaba lista para entregar todo su ser a alguien para luego ser despedazada, sí ella estaba enamorada de él, pero no podía asegurar que el sentimiento fuera recíproco, porque hasta hace un tiempo, él ni siquiera sabía su nombre, mucho menos sabía de su existencia, y ahora, se habían casi besado dos veces, efectivamente ella había salido huyendo y él había ido tras ella, y aquí estaban ahora, bajo la lluvia, mirándose directamente a los ojos, sin decir nada, sólo sintiendo las gotas de lluvia mojarlos, o caer a su alrededor.

-¿Qué es lo que quieres de mí?- Pregunta ella confundida mirando a sus ojos.- ¿Por qué yo?

-No te entiendo, ¿a qué te refieres?- Pregunta él un poco confuso.

-Hace unos meses ni siquiera sabías mi nombre, y ahora casi me besas, dos veces.- Susurra apartándose de él.- No sé que es lo que quieres de mí, así que te pido que me lo digas.

-Sólo quiero estar cerca de ti.- Se acerca a ella tomando sus manos.- ¿Es tan malo eso?- Pregunta desconcertado.

-¡Sí!- Exclama ella soltándose de su agarre.- ¡Si es malo! ¡Porque me confundes!

-¿Yo te confundo?- Pregunta él incrédulo.- Todo en mi vida tenía un perfecto orden, pero cuando me acerqué a ti todo cambio, diste vuelta mi mundo con tus sonrojos repentinos, tus balbuceos sin sentido y tu extrema dulzura.- Vuelve a acercarse a ella.- Así que no digas que yo te confundo, porque si tú estás confundida, imagínate yo.

-Yo no estoy confundida sobre mis sentimientos, yo sé bien lo que siento.- Susurra mirándolo a los ojos.- Me confunde no saber que es lo que tú sientes, me tratas bien, eres cariñoso, compresivo y te preocupas por mí.

-¿Tus sentimientos?- Pregunta suavemente.-¿Qué sientes por mí, Alex?- Pregunta mirándola a los ojos.

-¿Jamás te diste cuenta?- Pregunta incrédula. Ethan niega con la cabeza, aún esperando por una respuesta.- ¡Estoy enamorada de ti, joder! ¡Lo he estado hace mucho!

Ethan abre la boca para decir algo pero, como nada sale de sus labios, vuelve a cerrarla, repitiendo el proceso varias veces, sin poder formar una oración clara en su mente. Lo que Alex acababa de decirle, realmente lo había sorprendido, debió imaginarlo por la forma en que se ponía cuando el andaba cerca, o como se sonrojaba de la nada ante su sola presencia, pero ese pensamiento jamás había cruzado su mente, ni una vez.

-He dejado que me uses desde que nos conocimos.- Comienza ella al ver que él no tenía nada para decir.- Y seguramente seguiré dejando que me uses por mucho tiempo más, hasta que por fin entienda que no sientes nada por mí.

-No sé lo que siento Alex.- Susurra él un poco apenado, pues ella tenía razón, él la había usado para su beneficio muchísimas veces, y jamás le dijo un mínimo gracias.- Ese es el problema.

Ella niega con la cabeza y se aparta un poco de él.

-A veces el problema es que tu mente no quiere aceptar, lo que tu corazón ya sabe.- Susurra ella sin perder el contacto visual.- ¿Y sabes algo? No me arrepiento de haberte confesado lo que siento, porque somos jóvenes, no tenemos porque ahorrarnos palabras, tenemos que vivir, arriesgarnos, y nunca quedarnos con la duda, es mejor mirar atrás y decir "No puedo creer que hice eso" a decir "Me hubiera gustado hacer eso".- Se encoje de hombros.- No me gustaría quedarme con la duda de "¿Qué hubiera pasado si...?" Yo te dije lo que tenía que decir, es todo lo que puedo hacer, no puedo obligarte a que me correspondas, porque uno no manda sobre el corazón, y cuando esté se enamora, pierdes todo uso de razón.

-¿Así se siente enamorarse?- Pregunta él mirándola a los ojos.

-Enamorarse es como quedarse dormido, primero lentamente y luego de golpe.- Sonríe dulcemente.- Eso decía mi madre, cuando te enamoras, no te das cuenta, simplemente lo sabes, lo sabes cuando al ver a esa persona, tu día se ilumina, te sientes completo cada vez que estas con ella, y quieres estar todo el tiempo con esa persona, sólo ella te importa y quieres cuidarla y protegerla.- Suspira con una pequeña sonrisa.- Así se siente enamorarse.

-¿Y si te dijera que creo que estoy enamorado?- Pregunta él cuidadosamente.

-Tienes novia, obviamente vas a estarlo.

-No, no me refiero a Holly, creo que estoy enamorado de otra chica.

-Ah, ¿y cómo es ella?- Pregunta desviando la mirada.

-Es muy dulce, divertida, tímida, hermosa.- Sonríe al recordar a esa persona especial.

-Suena como una gran chica.

-Lo es.

-Genial.- Es todo lo que ella dice y vuelve a alejarse de él.- Debería entrar, mi ropa esta empapada.- Susurra con la mirada baja.

-Espera.- Susurra y la atrae hacia él tirando de su brazo.

-¿Ahora qué ?- Pregunta ella rodando los ojos.

-Hay una cosa más que no te dije sobre ella.- Susurra acercándose a ella lentamente, soltando su brazo para rodear cintura.

-¿Q-qué?- Pregunta nerviosa por la cercanía que estaban teniendo en ese momento.

Ethan sonríe al percibir su nerviosismo y con una de sus manos acaricia su mejilla. La lluvia seguía cayendo a su alrededor, pero para ellos no existía nada más que los ojos del otro en ese momento, sólo podían mirarse y esperar expectantes algún movimiento o palabra del otro.

-Esa chica eres tú.- Susurra suavemente mirándola con cariño.

-¿Q-qué?- Pregunta confundida.

-Me gustas Alex.- Susurra suavemente.

Ella abre la boca para decir algo, pero vuelve a cerrarla al comprobar que las palabras no salían de su boca. Ethan se acerca aún más a ella y junta sus frentes.

-Dice algo por favor Alex.- Súplica cerrando sus ojos.

-¿Estoy soñando?- Pregunta ella desconcertada.

-No, esto es real.

-¿Cómo estás tan seguro?- Pregunta suavemente cerrando sus ojos también.

-Sólo hay una forma de averiguarlo.

Sin más que decir, termina con los pocos milímetros que los separaban, juntando sus labios en un pequeño beso. Un beso dulce y lento, que sin palabras, expresaba miles de sentimientos y allí Ethan se dio cuenta.

Ella tenía la ternura torpe de alguien que no había sido besada y debía improvisar.

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