Phi (Fi)

207 17 15
                                    

El viaje para mí dura poco y en menos de lo que pienso, el profesor Maks detiene el auto y escucho que el motor deja de ronronear. Hemos llegado.

–¿Puedo? –pregunto curiosa, entonces levanto un poco la corbata que está tapando mis ojos. Pero siento su mano sobre la mía y me detiene.

–¿Aún quieres continuar? –su voz se escucha un poco ronca. Demás lo siento demasiado cerca de mi rostro, seguramente lo tengo enfrente.

–S-Si. –respondo con un poco de duda en mis palabras.

–¿Segura? –ahora lo escucho en mi oído, su aliento cálido recorre toda mi piel y siento un pequeño escalofrío.

–Si. –repito con más seguridad. Entonces siento que mis muñecas son desatadas con cuidado, pero Maks aún no ha destapado mis ojos.

–Es una sorpresa así que no te quites eso hasta que te lo ordene. –me explica.

–Está bien, amo. –respondo de nuevo y no puedo evitar sonreír para mí misma. Lo escucho suspirar, en eso, puerta del auto se abre y se vuelve a cerrar unos segundos después. Luego escucho como la mía es abierta y el profesor Maks toma mi mano para ayudarme a salir, él me guía y su mano me sostiene con firmeza.

–Haz sido una chica muy mala. –habla mientras damos unos pasos hacia, supongo, el edificio en donde se encuentra su departamento. Yo sólo río bajo, debo mostrarme muy inocente y tierna ¿No?

En ese momento nos detenemos y el sonido de un timbre muy familiar llega a mis oídos –Puedes quitarte eso. –me ordena él. Entonces llevo mis manos hacia la corbata y me la quito. Mi vista sólo tarda unos segundos para ajustarse a la luz, mis ojos me muestran una puerta frente a mí y mi corazón se detiene al reconocer que estamos en la entrada de mi casa.

–¿Si? –mamá se asoma por la puerta y me sonríe –¿Quién es usted? Me parece familiar. –le dice al beta mientras yo estoy con la boca abierta. No puedo entender lo que está pasando, así que escucho la respuesta del profesor para mi mamá.

–Buenos días, soy el profesor Maksim y estoy encargado de la clase en donde su hija es una de mis alumnas. –se presenta y estrecha la mano de mi mamá –Hoy di un examen y Camelia tuvo problemas. –veo como él le entrega mi hoja en blanco a mi mamá y ella me mira confundida.

–Esto es terrible. –murmura ella, su celo fruncido está dirigido hacia mí. Ahora deseo que me caiga un meteorito encima.

–Eso no es todo señora Griera, hablé con su hija y le dije que debía reprobarla. Pero no lo aceptó y recurrió a sus encantos de omega para seducirme y hacer que cambie de parecer.

–¡¿Qué?! –exclamo al escuchar sus palabras, no puedo creer que lo diga con tanta normalidad. Hasta me hizo pensar que estaba de acuerdo. ¡Él me engañó!

–¡Cam! ¿Por qué hiciste eso? –mamá me mira con mucha vergüenza y me toma de los brazos para haceme entrar a la casa –Lo lamento tanto, ella jamás había hecho algo así antes. –ahora se dirige al profesor Maks y él asiente sin palabras de por medio.

–Bien, espero que no se vuelva a repetir, porque así no se comporta una señorita. Que tenga un buen día. –él se despide de mi madre y camina hacia su auto como si nada. Y ahora yo debo enfrentar la ira de mi mamá por su culpa.

Versión OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora