Bad Boy ×Ticci Toby×

.Capítulo seis.

Astrid's P.O.V.

Mordí la uña de mi dedo anular, mientras terminaba de leer por milésima vez el expediente de Tobías. Buscaba algo que pudiera significar más de lo que parecía; mis ojos se detuvieron en un párrafo en específico.

"[...] Presenta síntomas de duelo, aparentemente, por su hermana. Entrevistas con el paciente dieron a entender que su psicopatía es debida a lo que, según sus palabras, fue un "accidente ocasionado por otro aún peor". Es sabido que agredió a su padre hasta la muerte. [...]"

Hermana. ¿Qué había pasado con su hermana?

Según lo que se investigó, en síntesis, el dolor emocional lo había llevado a la locura. Pero yo sabía que había algo detrás de todo eso; que no fue una muerte más.
"Accidente ocasionado por otro aún peor".
¿A qué se refería con eso?

Suspiré y opté por cerrar la carpeta, meterla en mi casillero, el cual estaba abierto a un lado mío mientras yo me encontraba apoyada en otros.

Tendría que averigüar las cosas por mi cuenta, de alguna u otra forma. Quizá sería la oportunidad que tanto necesitaba para conseguir finalmente su confianza.

Caminé por el pasillo, al que de a poco me acostumbraba, mientras le daba más y más vueltas al asunto; ¿por dónde empezar?

Cabe decir que era una gran fanática de los progamas de investigación de crímenes; lo cual me llevó a hacer una guía de los pasos a seguir.

1-Encontrar el problema, y formular una pregunta basada en éste.

¿Cuál fue el accidente al que Tobías se refería?

Paso uno, listo.

2-Buscar una fuente de información.

Un testigo; alguien que pueda decirme una parte de lo que había pasado, o por lo menos, darme una pista.

Antes de seguir con el paso tres, obviamente, necesitaba cumplir el paso dos.

Al llegar a mi destino, la puerta de Tobías, abrí la pequeña ventana con rejas que ésta tenía a la altura de los ojos, para poder ver si estaba cerca de ésta. Recorrí la habitación con la mirada, percatándome de que estaba acostado en la cama, al parecer dormido.

Antes de entrar, sentí como alguien tocaba mi hombro, por lo cual me dí la vuelta, encontrándome con los ojos de Megan.

-Me gustó salir contigo de nuevo, Astrid. ¿Nos vemos hoy en mi casa? -sonrió, mostrando sus dientes.-

-Claro, linda. Solo mándame un mensaje con lo que quieres que lleve, y allí estaré. -contesté alegre, dándole la espalda a la puerta. La chica dejó un beso en mi mejilla, y se alejó de mí caminando.

Últimamente, éramos más cercanas; se podría decir que hasta nos gustábamos mutuamente. Volví a darme la vuelta, y entré a la habitación, en la cual el chico me miraba atentamente, sentado en su cama.

-Tobías, pensé que estabas durmiendo. -dije cerrando la puerta detrás mío.- vamos, hay que ir a la sala de recreación.

-¿Es tu novia? -preguntó con un leve tono de molestia en su voz, mientras fruncía el ceño- no sabía que eras una lesbiana. Qué, ¿van a hacer una tijera sobre el escritorio de la vieja de tetas caídas? ¿O prefieren los dedos? Mh, a ti te veo cara de usar bien la lengua. -se burló, risueño.-

-Suficiente.- contesté algo abrumada por sus palabras.- no es mi novia, y de todos modos, a tí no te importa. Vamos. -metí las manos en mis bolsillos y saqué la llave del candado de la camisa de fuerza de Tobías, para así sacárselo y dejarlo en la cama. Volví a guardar la llave, pero noté que había olvidado algo; los putos sedantes. Suspiré y tomé nuevamente la camisa de fuerza para ponérsela, hasta que sus palabras me detuvieron.-

-No me la pongas, tengo los brazos dormidos. Anda, es solo un minuto hasta que vas a buscar los sedantes. No voy a hacer nada, lo juro.

¿Como se dió cuenta de que buscaba los sedantes? No era tan estúpido, supongo.

-Bien. Te sientas en la cama y te quedas ahí, si veo que hiciste algo cuando vuelva, te vas a aislamiento, te lo juro. ¿Entendido?

Asintió, lo único que él odiaba más que la camisa de fuerza era ir a aislamiento. Había estado ahí un par de veces, y fueron suficientes para corregirlo aunque sea en los errores que había cometido. Sin más, salí de la habitación, trabando la puerta atrás mío.

Tobías's P.O.V.

¿Novias? No podía creer que Astrid saliera con la perra de Megan. De igual manera, debía dejarle un par de cosas en claro a esa lesbiana.

Y es que yo podría jurar que Astrid era la persona más idiota en la faz de la tierra; había dejado la ventanilla abierta. Por suerte, su estupidez me jugaba a favor. Me acerqué a ésta y me asomé, mirando a los lados.

Ví como la novia de Astrid pasaba por el pasillo, y decidí llamar su atención.

-¡Megan! Astrid se desmayó, dijo que no había comido en todo el día, ¿me ayudas? Por favor, está en el suelo, si no me crees, mira por la ventanilla. -hablé con falsa desesperación, notando como ella se acercaba preocupada.

Una vez que estuvo lo suficientemente cerca, saqué mi mano lo más que pude por la ventanilla y la agarré de la ropa, pegando su cara a las rejas. Metí mi mano libre en mi bóxer y saqué de él una horquilla pelada que le había robado a Astrid hace tiempo cuando ella me ayudaba con mis tics, y que con la fuerza necesaria, en ciertos lugares, podría causar daño. La puse a escazos milímetros de su ojo, mientras ella me miraba aterrorizada. Mierda, extrañaba tanto esto.

-Escuchame bien, linda, porque te lo voy a decir una sola vez. Quiero que te alejes de Astrid. Ella está para mí. Tengo contactos fuera de aquí, y créeme, te puedo hacer sufrir sin siquiera salir de ésta habitación. ¿Entendiste? -amenacé acercando más la horquilla a su ojo.-

-S-Sí.-balbuceó en un susurro con la respiración agitada, al borde del llanto.-

-Me parece excelente que nos vayamos entendiendo. -sonreí y la solté. Reí levemente al ver cómo caminaba a paso apresurado por el pasillo, alejándose lo más rápido posible de mí. Guardé una vez más la horquilla en mi pantalón, y escuché la voz de Astrid preguntándole a si estaba bien. Rápidamente, caminé hasta mi cama y me acosté, mirando el techo.

Segundos después escuché cómo le sacaba la traba a la puerta y la abría, para así entrar.-

-¿Vamos? -preguntó desde la puerta, esperando a que me levantara.-