17.- Los Juegos: El Vencedor

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Hubo una época en la vida de Viktor, mucho antes de ser seleccionado y que se ofrecieran en su lugar, y antes de que sus padres murieran, que se planteó cómo sería ganar los Juegos del Hambre.

Cada cierto tiempo, principalmente antes de que iniciara una nueva emisión, como si se tratara de una especie de preparación, transmitían reportajes especiales de los vencedores. Éstos incluían una breve reseña de su triunfo y lo que era de su maravillosa vida en ese momento. Todos sin falta, eran dueños de una enorme y magnífica casa, una gran mansión asignada especialmente por el Capitolio y a juzgar por su apariencia, bien arreglados y vistiendo ropas caras, el hambre no era un problema. Gozaban de una considerable fortuna y popularidad, volviendo innecesario que tuvieran que trabajar, aunque muchos desempeñaban alguna actividad o talento en particular por el mero gusto de lucirse.

Para un niño con su día a día repleto de carencias, verlos significaba soñar con cómo sería tener la vida entera resuelta y que su padre no tuviera que trabajar exponiéndose a sufrir de accidentes o enfermedades en las minas, ni su madre destrozarse las manos cociendo y lavando ajeno. La despensa estaría llena y no tendrían que volver a preocuparse por la comida nunca jamás.

Ahora, años después, estaba muy cerca de repetir la gran hazaña de su mentor al convertirse en el nuevo vencedor del Distrito 12 y ser el igual de Yuuri en términos de riqueza y prestigio. Para lograrlo, solamente debía eliminar al único competidor restante: su aliado y amigo, Christophe Giacometti.

Los cuerpos de Georgi y Anya continuaban tendidos en el suelo, con la cabeza de la chica apoyada sobre el hombro de su fiel enamorado. Extrañamente y a pesar de todo lo ocurrido, la expresión de ambos reflejaba paz.

"Quizás es lo que pasa cuando mueres al lado de tu ser amado" reflexionó Viktor, planteándose que Anya pudo tener al final un cambio de corazón.

Tanto Christophe como él permanecieron inmóviles sin atreverse a mirarse siquiera, conocedores de que pronto tendrían que librar su última pelea, y sólo uno de ellos sobreviviría. Los Vigilantes debían estar pensando lo mismo.

"¡Felicidades a los tributos finalistas!" exclamó fuerte y claro una voz que Viktor fue capaz de escuchar a pesar del persistente zumbido en sus oídos "Queremos expresarles lo complacidos que estamos con su entereza y valentía..."

"Sí, claro. Apuesto a que en realidad les decepciona que Georgi y Anya no nos eliminaran" rebatió sarcástico desde sus pensamientos.

"Sin embargo, resta aún una última prueba..."

-¿Qué?-cuestiona alguien en voz alta, Viktor no supo si fue él mismo o Christophe.

"Como bien deben recordar, hay un artículo que cada uno de ustedes necesita desesperadamente. Se ha colocado un mecanismo especial, para que en el instante en que uno de los valiosos objetos sea tomado, el otro se destruya automáticamente"

Viktor palideció y sintió que las fuerzas lo abandonaban al comprender las implicaciones de aquello. Al salvarse uno, el otro estaría condenado.

Se dio cuenta que a pesar de que Christophe movía los labios, no conseguía oírlo, lo que no fue necesario puesto que la pregunta era más que obvia: "¿Qué vamos a hacer?" y realmente, no existía una respuesta correcta. De todas las posibilidades, esta era la peor y el anuncio de los vigilantes le indicaba que su propósito era obligarlos a pelear entre ellos.

Se permitió realizar una rápida evaluación: los dos estaban agotados luego del combate anterior con Georgi y Anya. Christophe llevaba consigo su última arma, un cuchillo de caza, en tanto que Viktor usaba la armadura de Pierre, además de que se sentía enfermo por lo que fuera que lo había envenenado. Le faltaba fuerza en los brazos y la vista se le nublaba de a ratos, sin mencionar el insistente zumbido. Christophe no estaba en un mejor estado, la infección de su herida mermó su condición notablemente; estaba pálido y respiraba con evidente dificultad. No resistiría mucho sin la medicina.

Everything remains as it never wasWhere stories live. Discover now