Capítulo 18

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*Escuchen la música cuando aparezca en la historia* :3

Abrí mis ojos lentamente, pestañee varias veces para enfocar mi visión, miré alrededo y me di cuenta de que estaba en el hospital, recordé lo que había pasado y de inmediato sentí una enorme tristeza, mire mis manos notando que tenía una intravenosa.

Un cansancio enorme se apoderó de mí, normalmente me canso mucho, pero esto era algo extremo. Mi cabeza palpitaba debido al dolor, el fuerte dolor en mi espalda no me permitía sentarme,se sentía como si una estampida hubiera cruzado encima de mi, el dolor me llevaba al punto de querer llorar.

El cuarto en el que estaba era pequeño, escuché la puerta abrirse, giré mi cabeza hacia la puerta  y mis ojos se llenaron de lágrimas al ver entrar a Alejandro, su rostro mostraba tristeza, llevaba la misma ropa y estaba algo desgreñado, caminó con pesadez hacia mi y de inmediato sentí ese nudo en la garganta, nunca lo había visto asi, bajo sus ojos se encontraban unas grandes ojeras.

—Hola —contuve las lágrimas que amenazaban con salir pronto.

—Hola —dijo como si cada letra de  la palabra doliera.

—¿Cómo e-están mis padres y Natalia? —necesitaba saberlo.

—Natalia está digiriendo la noticia, los médicos tuvieron que aplicarle un tranquilizante, lleva horas dormida y tus padres estuvieron aquí pero estabas dormida, pensé que lo estarías ahora que entré.

Me dolía tanto escuchar esto, era justamente lo que quería evitar, aunque después de todo no pude hacerlo.

—¿Q-que hora es? —pregunté conteniéndome.

—Las 8:00 AM.

—Deberías estar en la universidad —necesitaba estar sola, necesitaba desahogarme.

Sin previo aviso, tomó mi cabeza con una mano y puso la otra debajo de mis piernas, me movió un poco dejando un espacio  considerable de sobra.

Con cuidado subió a la camilla y se recostó en el espacio sobrante.

—Éste será mi lugar, y nadie, ni siquiera tú, podrá moverme —plantó un beso en mi frente.

Una lágrima rodó por mi mejilla, cada palabra que salía de la boca de Alejandro me llenaba de esperanza, mil emociones se despertaban en mí.

—No te permito que llores —secó la lágrima que caía por mi mejilla— escucha, tienes que luchar... vamos a luchar, no permitiré que ahora que estamos juntos esta enfermedad acabe con todo lo bueno ¡Significas mucho para mi! ¿No lo ves? — sus ojos se llenaron de  lágrimas —tú te has vuelto más importante de lo que creí que serías,no te permitiré que me abandones ahora ¿Entiendes? voy a luchar contigo a cada momento porque tu...—no pudo seguir hablando y lágrimas  empezaron a caer de sus ojos haciendo que mi corazón se quebrara.

—No te permito que llores— sequé la lágrima que caía por mi mejilla— te prometo que lucharé— dije para calmarlo.

—¿Lucharé? ¿¡Lucharé!? —tomó mi barbilla —Tamara, mirame... lucharemos —dijo con sus grandes ojos bien abiertos y mirándome directo a los míos haciendo que un sin número de emociones volvieran a surgir.

—Entonces... lucharemos —sonreí.

Lentamente Alejandro se acercó, cerré mis ojos ante las miles de sensaciones que él provocaba en mí, nuestros labios moviéndose al compás, unidos en un suave beso que por un segundo me hizo olvidar el dolor en mi cuerpo.

—Alejandro Smith, no hay mejor morfina que tu —dije mientras nos despegábamos.

—Me alegra saberlo —sonrió.

La lista de Tamara WilsonWhere stories live. Discover now