Zanarkand

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El tren en dirección a Zanarkand ya había comenzado su trayectoria.
El cielo estaba nublado, cayendo de vez en cuando pequeñas gotas, que chocaban en las ventanas del tren.

Miriam estaba muy nerviosa, era la primera vez que iba a ir a un internado. No estaba muy conforme con la idea, pues el haber tenido que cambiar de instituto a mitad de curso significó el tener que despedirse de sus amigxs.
Había oído hablar muy bien del centro, que lxs alumnxs salían muy bien preparadxs de allí.
Estaba algo cansada del viaje, pues antes tuvo que subir a un avión para después coger un autobús para llegar a la estación de tren. Cerró los ojos, aún quedaba una hora y media en llegar a su destino.

Se despertó a escasos minutos de que llegaran a la estación, así que preparó sus maletas para salir de allí.
El internado estaba muy cerca de allí, tan solo tendría que caminar un rato, guiándose por el mapa.
Salió de la estación de tren, y vio no muy lejos de ella su destino, así que guardó el mapa y empezó a caminar. Casi llegando, pudo apreciar que el internado parecía mucho más grande que en las fotos de la página web.
Finalmente llegó.
"Hola. ¿Eres la nueva alumna?" Dijo el de seguridad, que se encontraba justo en frente de la puerta del centro.
"Sí, soy yo." Éste sonrió y abrió la puerta.
"Bien, entra. Ahora llamaré a la directora para que te enseñe el recinto."
"Gracias." Pasó por la puerta, llegando a los jardines. Era precioso, estaba lleno de todo tipo de flores. También había muchas zonas con césped. Esperó unos pocos minutos, hasta que la directora apareció, ofreciéndole la mano.
"Bienvenida, Miriam. Soy la directora Alycia, encantada de conocerte." Le estrechó la mano.
"El placer es mío." Dijo sonriente.
"¿Quieres que te enseñe tu habitación, para que dejes tus maletas, y de ahí te muestro el internado?"
"Me parece una muy buena idea."
"Sígueme." Entraron al interior del edificio. Todo estaba muy bien decorado, con sus lámparas gigantes en el techo, cuadros realizados por lxs mejores alumnxs de arte... era enorme el lugar.
Subieron las escaleras del hall, tirando después a las de la derecha, llegando a la sala de habitaciones de las chicas. Los cuartos eran individuales. Llegaron a la suya, la 145. Abrió la puerta, indicando que entrara primero la alumna. Miriam entró, dejando las maletas nada más entrar a la derecha. "Espero que te sientas cómoda aquí."
"Estoy segura de que sí." Salieron de allí y fueron a ver las demás salas. Fueron a la planta principal, donde estaban las aulas de música, arte y ciencias, las cuales podías entrar siempre que quisieras y estuvieras inspirada.
Salieron al exterior, dirigiéndose al otro edificio, en el que se encontraban el gimnasio y las aulas de clase.
"Ahora están en clase, te ruego que hables en un tono de voz bajo." Asintió con la cabeza. En el gimnasio estaban lxs alumnxs practicando esgrima y tiro con arco, los deportes favoritos de la protagonista.
'Qué bien, me haría mucha ilusión hacer esos deportes.' Pensó. Fueron ahora a la parte del edificio donde están las clases.
"Ahora vamos a tu clase, para que te presentes." Fueron al segundo piso, al aula 26. Llamaron a la puerta y entraron, poniéndose enfrente de los alumnxs. "Hola a todxs, os presento a vuestra nueva compañera. Adelante, preséntate." Se puso algo sonrojada, odiaba hablar enfrente de mucha gente.
"Hola, me llamo Miriam, tengo 19 años. Vengo de Duscae, y bueno, espero que nos llevemos bien." Al rato salieron de allí, dirigiéndose a la sala de profesores, donde ahí acababa el tour del centro. Habían varios profesores allí, adelantando trabajo. Volvió a presentarse y salió de allí.
"Bien, pues con eso ya hemos acabado. ¿Alguna duda?"
"No. Gracias por haberme enseñado El Centro." Alycia acarició su mejilla.
"Es mi trabajo. Cualquier duda estoy ahí." Le señaló la sala al lado de la sala de profesores. "Ahí está mi despacho, ven cuando quieras. Por cierto, en tu habitación ya estará todo el material que necesitas para las clases: libros, folios, bolígrafos y lápices, los uniformes..."
"Perfecto."
"Y una última cosa que se me había olvidado decirte. En el primer edificio están la biblioteca y el comedor, ¿vale?"
"De acuerdo."
"Pues ya nos veremos, ven a verme cuando quieras." Le guiñó el ojo y se fue. Miriam soltó un suspiro, ya había pasado lo peor. Volvió a su habitación, para ver cómo serían las asignaturas.

Llamaron a su puerta, así que dejó de leer los libros y fue a ver quién era. Eran unas pocas chicas, sonrientes.
"¡Hola!" Dijeron todas a la vez.
"H-hola."
"Somos tus compañeras de clase, y hemos venido a saludar y a conocernos un poco."
"Pues perfecto, pasad." Dejó que entraran a su habitación, cerrando después la puerta. Se sentaron por toda la habitación.
"Esta noche haremos una pequeña fiesta de pijama en mi habitación, ¿quieres venir?"
"Por supuesto. ¿En qué habitación será?"
"La 130. Por cierto, nos llamamos Zelena, Lunafreya, Regina y Freya."
"Un placer conoceros."

Llegó la noche, y, con cuidado de no hacer ruido, salieron casi todas las chicas y fueron a la habitación de Regina. Todas estaban con su pijama.
"Gracias por venir. Hoy tenemos a una nueva chica, así que a portarse bien con ella." Empezaron a hablar un poco de todo, presentándose cada una para que Miriam fuera conociéndolas.
A la hora llamaron a la puerta. Al abrir Regina, se apartó para que entrara la profesora, y ahí fue cuando Miriam quedó boquiabierta. Le pareció una chica preciosísima. Era de pelo oscuro, morena de piel y tenía unos ojos verdes preciosos. La profesora no pudo evitar mirar a la chica, sonriendo de lado.
"Chicas, mañana hay clase, a dormir." Todas suspiraron y se despidieron. Al salir de la habitación notó cómo alguien puso una mano en su hombro.
"Debes de ser la nueva, ¿verdad? No olvidaría una cara tan bonita." Se sonrojó a más no poder y apartó la mirada, sin saber cómo reaccionar.
"S-sí." La profesora hizo que la mirara a los ojos, alzando con sus dedos su barbilla.
"No seas tímida, no voy a morderte, aún. Me llamo Lauren, y tu nombre era... Miriam, ¿verdad?" Asintió con la cabeza. "Te dejo tranquila, ya nos veremos." Besó su mano y se fue de allí. La alumna soltó un suspiro y fue a su habitación, con el corazón a cien.

A la mañana siguiente madrugó un poco, no quería llegar tarde su primer día de clase. Cogió el uniforme y ropa interior limpia, yéndose después a las duchas, que estaban al final del pasillo. No había nadie, así que aprovechó y se desnudó rápidamente. Fue a las duchas y empezó a ducharse, cantando por lo bajo.
En acabar se puso la ropa y volvió a su habitación, preparando la mochila. Se la puso a sus espaldas y bajó al comedor, para desayunar. Al poco se unió a ella sus compañeras de clase y algunos chicos, muy majos todos.
"¡Buenos días!" Dijeron todxs a la vez. Mientras que desayunaban iban hablando de la fiesta de ayer, se lo habían pasado genial.
Fueron a clase, algo rápidas porque se les había hecho algo tarde. Miriam no miraba por dónde iba, y eso provocó que chocase con alguien, haciendo que sus libros cayesen al suelo.
"¡L-lo siento!" Se agachó y empezó a recogerlos. Pero la mano de la otra persona cogió la mano de la chica, dándole después un beso.
"No te preocupes, no ha sido nada." Miriam reconoció su voz enseguida, y no pudo evitar sonrojarse de nuevo. Recogió los libros, dándoselos a Lauren. "Luego ven a mi departamento a la hora del patio, que está al girar a la izquierda. Ahora vayamos a clase, que nos toca juntas."

Enamorada de mi profesora.Where stories live. Discover now