Poema de amor

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Nada más irse su profesora favorita, no pudo evitar tirarse a la cama de cabeza, soltando después un suspiro. Había pasado el mejor día de lo que llevaba de año. No podía quitarse de la cara esa sonrisita que tenía. Ocultó la cara en su almohada y la abrazó con fuerza, ¿por qué tenía el corazón tan acelerado? Tan solo habían pasado el día juntas, nada más, pero aún así...

Llamaron a la puerta, así que se levantó de la cama, respiró profundamente y fue a abrir la puerta. Se trataban de sus amigas.
"Pasad pasad." Dijo susurrando, porque dentro de poco ya deberían de estar durmiendo. Cuando entraron todas cerró la puerta.
"¿Cómo te fue el día con Lauren?" Dijeron las cuatro a la vez.
"Muy bien, la verdad." Les contó lo que hicieron todo el día.
"Que bonito todo..." Dijo Ingrid. "¿Sabes? Ha cambiado desde que supo que ibas a venir."
"Sí, tienes razón." Dijeron las tres a la vez. Miriam alzó una ceja, no entendía a que se referían con eso.
"¿Cómo que ha cambiado?"
"Escucha. Ella antes solía flirtear con muchas alumnas a la vez, pero en saber que ibas a venir, dejó de hacerlo."
"Pero... ¿por qué? No lo entiendo." Abrieron la puerta, se trataba de la directora.
"Chicas, es muy tarde, dejadla descansar." Se despidieron con un abrazo y las cuatro se fueron de la habitación, quedándose ellas dos a solas. La más mayor se sentó a su lado, apoyando la espalda contra la pared. "Por la cara que tienes parece que lo habéis pasado bien"
"Sí..." Dijo la alumna, algo sonrojada. Alycia hizo que la joven estuviera en su regazo.
"Mañana me gustaría ver cómo son tus dotes en gimnasia, ya que tus antiguos profesores me han comentado que se te dan muy bien y que podrían darte una beca de deportista para la universidad."
"Claro, sin problemas."
"Ven a buscarme a las 11:00 de la mañana a mi despacho, se puntual." Le besó en la mejilla y se fue de allí, para dejarla descansar. La chica cerró la puerta, se puso el pijama y fue a la cama de cabeza, estaba completamente agotada, no podía con su alma.

A la mañana siguiente, después de haber desayunado y de haber pasado por el despacho de la directora, fueron al gimnasio, con el material necesario.
"Muy bien, querida, empezaremos con el tiro con arco. Tienes el tuyo en la taquilla del vestuario de las chicas, la número 62 y 63." Le dio otra llave. Fue allí y al abrirla, se encontró con un trozo de papel, con algo escrito, así que lo cogió y se puso a leerlo:

L is for 'laughter' we had along the way.
O is for 'optimism' you gave me every day.
V is for 'value' of being my best friend.
E is for 'eternity,' a love that has no end.

Cuando acabó de leerlo no pudo evitar estar lo más roja posible, le encantaba la poesía, y que le dedicasen uno... significaba mucho para ella. Lo guardó y cogió el arco, las flechas y el material de protección.
Volvió con la directora. "¿Pasa algo? Has tardado algo en venir y estás muy sonrojada..." Se acercó a Miriam, empezando a acariciar su mejilla.
"E-eh... no, no ha pasado nada."
"Pues entonces demuéstrame cuan especial eres."

Lauren se puso la alarma a las 07:45 de la mañana, para hacer todo el trabajo pronto y poder disfrutar el resto del domingo con su alumna favorita.
Hizo el desayuno y la ducha muy rápida, para así no entretenerse tanto. Le apetecía mucho irse a un claro del bosque en compañía de Miriam, quería pasar todos los días con ella, le hace tan feliz... Suspiró, le había pillado mucho cariño a ella en tan poco tiempo.
Acabó todo el trabajo que tenía, y aún quedaba gran parte de la mañana, así que ordenó su habitación y salió en busca de lo que ella considera por ahora su amiga.
Respiró profundamente y llamó a la puerta. Al ver que nadie le abría, volvió a llamar, pero pasó lo mismo. Soltó un suspiro y decidió ir a la biblioteca, deseando encontrarla allí. Por el camino se encontró a Regina, así que decidió preguntarle.
"Hola, buenos días profesora Lauren." Dijo con una sonrisita.
"Hola, buenos días. ¿Sabes dónde está Miriam?" A lo que asintió con la cabeza.
"La vi hace un buen rato en el gimnasio con la directora." La profesora frunció el ceño, eso de que estuviera con la directora... algo había ahí que la ponía celosa.
"Gracias, que pases un Buen Día." Se despidió de ella y se fue de allí, a paso acelerado.

Estuvieron como hora y media en el gimnasio, la directora asombrada al ver cómo su alumna era tan buena en cuanto a este deporte. En ver que ya era suficiente, comenzó a aplaudir.
"Sin duda alguna eres merecedora de la mejor beca deportista." Se acercó a ella y le cogió las manos, comenzando a acariciárselas. Fue en ese momento cuando Lauren llegó al gimnasio, y al ver a esas dos tan de cerca, sus celos aumentaron a más no poder, viendo las intenciones de Alycia. Miriam oyó los pasos de alguien, así que al girarse y ver a su profesora favorita no pudo evitar sonreír a más no poder.
"Siento molestar, os dejo a solas. Miriam, cuando acabes me gustaría que vinieras a verme."
"Vale, luego te veo." Se despidieron con la mano y se fue de allí.
"Ya eres libre, pero puedes quedarte conmigo un rato si quieres..." La mayor rodeó a la joven por la cintura e hizo que la mirara a los ojos.
"S-seguro que tienes mejores cosas que hacer."
"Angelito, que inocente eres..." Comenzó a acariciarle la mejilla. "Te dejaré ir, ya nos veremos." Besó su frente y se fue de allí. Miriam soltó un suspiro y fue a guardar las cosas a la taquilla. Después fue a su habitación, cogió ropa limpia y fue a darse una ducha, para ponerse guapa para Lauren.

Enamorada de mi profesora.Onde histórias criam vida. Descubra agora