Cap. 10 | Metida de pata.

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Aoi miró el piso como perrito regañado y su sonrisa triunfadora que tenía cuando se acercó a nosotros desapareció para no volver en todo lo que quedaba de la fiesta navideña.

~•~

*Pov's Izumi*

Pasaron unas semanas desde aquella fiesta escolar y Aoi insistió que fuéramos al hospital para visitar a su amigo el afeminado.

Él decidió que nos fuéramos en coche, ya que el frío que había se calculaba bajo cero.

– ¿Y por qué tengo que venir yo? – pregunté confundida y molesta.

– Porque te amo – reí ante su respuesta y me limité mirar la nieve lo que quedaba del camino.

Cuando ya habíamos llegado, Aoi estaciona el coche, sale primero y me abre la puerta como todo un caballero. Salí de este y caminé tomada de la mano con él hasta llegar a la entrada de urgencias.

– Izumi, te prometo que no tardaré – me dió un beso en la mejilla y entró como un rayo a urgencias.

Me quedé en la entrada y me senté en una pequeña barda donde estaban otras personas desayunando café y pan. Yo solo veía a las demás personas llorar, reír e incluso gritar, ya sea por pérdida de algún familiar o por bromas de algún acompañante, lo que me hizo sentir que si a el chico le pasaba algo malo, Yuu estaría en esas condiciones.

Después de haberme estado un rato observando a la gente, me digné a dar una vuelta por las afueras del hospital.

Caminaba lentamente mirando a todos y por parte de ellos solo recibía dos reacciones: Una era un rostro disgustado, a lo mejor pensaban que yo pasaba por allí con ella intención de escuchar sobre qué hablaban y la otra era ignorancia, puesto a que me ignoraban o no me daban tanta importancia.

Y entonces vi un letrero:

¡Estudios de sangre gratis!

No tengo ni la menor idea de para que eran esos estudios pero sabía que Aoi tardaría mucho en salir de visitar a su amigo, así que me formé para no sé...matar la espera.

Estuve parada por una larga hora hasta que fue mi turno. De la sala salían varias personas con rostros alegres, tristes y normales.

– ¿Su nombre? – preguntó una enfermera antes de meterme al estudio.

– Izumi Nakamura – dije neutral y ella anotó mi nombre.

– Pase – fue lo último que dijo antes de que yo entrara por mi propia cuenta sin que me diera la indicación, por lo que al escucharla me sentí totalmente avergonzada.

Un doctor estaba acomodando sus cosas al verme entrar y me dió una indicación con su rostro para que me sentara.

– Bueno Señorita, no tardaremos nada – agregó él y acercó a mí una jeringa.

– ¡¡No, no, espere!! – Ya me había metido tremenda cosota en el brazo sin siquiera escucharme.– Dios...– susurré por último.

– Lo siento, pero lo hago rápido por las personas que le tienen fobia a las inyecciones, ahora, espere, su sangre será examinada para determinar su salud, ¿Está bien? – Aún me dolía el brazo y sentía ganas de llorar cuando dijo esto.– Señorita, ¿Está bien?

– Si, estoy bien, puede ir a...– mi voz se cortó por las lágrimas – A eso...

El doctor se fue y yo me quedé viendo unas revistas que estaban por ahí hasta que él llegó con un rostro preocupado.

– Señorita...¿Nakamura? – miré su rostro y me asusté un poco al no saber que me iba a decir – ¿Puedo preguntarle su edad?

Asentí moviendo mi cabeza mientras me imaginaba miles de cosas negativas.

– Tengo...16...– no sé porque pero siento que algo malo viene.– ¿Pasa algo doctor?

Él me miró decepcionado y me entrego los papeles que tenían mis resultados.

– Con toda la pena le diré que usted, Señorita Nakamura, está embarazada.– Mis ojos se comenzaron a llenar de lágrimas en cuestión de sorprendentes segundos.– Ahora, por favor, retirese para que otro paciente pueda entrar...

Asentí y salí de aquella sala en shock, no sabía que había pasado, si era realidad o estaba soñando, estaba soñando y teniendo una horrible pesadilla.

– ¡¡Izumi, amor!! – escuché como Aoi me llamaba y mis lágrimas se convirtieron en odio – ¿Hola, Izumi? – esto último lo dijo chasqueando sus dedos.

– ¡¡Imbécil!! – grité enojada y las demás personas se me quedaron viendo – ¡¡ERES UN MALDITO IMBÉCIL!!

No pude más y me dejé ir en llanto, aún con un odio inexplicable hacia Aoi, pero lloraba a todo pulmón llamando la atención de los demás pacientes e incluso de los enfermeros.

– Izumi, por favor...– dijo él y me tomó de la mano para sacarme de ese lugar.– ¿Que tienes? ¿Por qué lloras? – preguntó una vez que salimos.

– Patán...– dije en voz baja – ¡¡Estoy embarazada!! – esto último lo grité y él se quedó pasmado por la noticia.

– ¿Es...enserio? – su voz estaba temblorosa – Izumi, dime que juegas...

– ¡¡No juego!! – grité una vez más y él me tranquilizó con un abrazo, dejándome llorar ampliamente en su pecho.

– ¿Qué haremos? – preguntó Aoi asustado.

– No lo sé Yuu...– dije llorando en su pecho.

Sin duda alguna no quería tener el bebé junto a este inútil, pero tampoco quería criarlo yo sola. Debo de encontrar una salida a esto, algo que puedo hacer.

Me metí con la persona equivocada y ahora espero un bebé por parte de este idiota. No creo que una chica de 16 años y un chico de 18 puedan criar a un niño adecuadamente. ¿Dejarán que chicas de mi edad aborten?

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¡Hola inútiles! ♡~

No sé porque pero me dió por escribirle un capítulo a la Suripanta :v
Pero este es más pequeño que los demás capítulos, así que puedo suponer que no le di tanta importancia (?)

Y como un pequeño spoiler les diré que los capítulos donde son pubertos han acabado para Aoi, Uruha y Reita.
Kai y Ruki todavía tienen unos más.

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Aparte de que es increíble que mi depresión de escritora no ha vuelto, pues normalmente llega cuando publico una nueva historia y termino eliminándola alv.

Canción del día:
Rage - Dogma.

Se despide:

~MelaniePilot

Heterosexual [Aoiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora