𝐏𝐮𝐩𝐩𝐲, 𝐈𝐭'𝐬 𝐓𝐡𝐚𝐭 𝐘𝐨𝐮? • [𝐏.𝐉.𝐌]. 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚

🐕# 8

Literalmente el que haya traído a Ho Seok a casa no resolvió ni 1/4 de los problemas, pero al menos sirvió para que me acompañase a un centro comercial a comprarle alguna ropa a Jimin. No tenía la mínima idea de que debía de comprarle, y al menos mi amigo podía echarme una mano.

Ho Seok no paró de hablar de mi mascota ahora transformada en humano. Que si era lindo, que tenía una mirada muy melosa, que su voz era tierna y melodiosa, que sus cachetitos eran apretables y sus labios besables -Eso me molesto, yo soy la única que puede decir eso- y que tenía unas manitos tan regordetas y perfectas que las besaría.

Solamente me pude limitar a revirar mis ojos y suspirar exasperada. Era celosa, de eso me había dado cuenta. No me gustaba que apreciasen demasiado mis cosas, porque son mías y Jimin es mío.

Incluso se había atrevido a suponer que había sacado a Jimin de una página de reclutar personas bonitas de internet para que fuese mi novio, y que si no mal se acordaba una vez lo intentó y un chico llamado ... había tocado a la puerta de su casa diciendo que le había reclutado para una fingida de pareja en un día. ¿Acaso eso realmente existía?

Entramos al gigantesco establecimiento. Realmente no acostumbraba a meterme en lugares gigantescos y menos a comprar ropa, lo mío eran las tiendas disueltas de por ahí con ropa china justamente de mí estilo. Pero Ho Seok aseguró que esta era la tienda más económica que había conocido de hombres y la ropa era ideal para el físico angelical de mi mascota humana.

Atravesamos las puertas de una de las shopping más profundas del segundo piso. Una variedad de tonos pasteles entre azul, naranja y beige coloreaban las paredes del local. Un sentimiento de acogimiento me abrazó mientras me seguía adentrando pisándole los talones a mi amigo. La dependienta se nos acercó con una sonrisa muy particular.

— ¿En qué los puedo ayudar?

— Oh, pues veníamos a buscar ropa de chico, de más o menos un metro setenta y cinco y delgado.— Ho Seok se encargó de explicarle una medida a la chica y ella asintió llevándonos al fondo de la tienda. Sinceramente, a mi todo me encantaba y si fuera por mí le comprara de todo.

La chica nos enseñó los mostradores de colores de los atuendos y luego se marchó dándonos algo de privacidad.

— Esta tienda es genial, si no fuese chica me compraría la gran mayoría de mi ropa aquí.

— Es mi favorita, y se que a Jimin le asientan mucha de estas cosas. Ahora, si me permites, iré a comprarle alguna de las cosas personales. Si no llego antes de que acabes nos vemos en la cafetería del primer piso que se llama "Family's Pink" estaré con un amigo esperándote.— me guiña un ojo antes de desaparecer de la tienda.

Ok, en el camino hablamos sobre que Jimin era una persona no muy definida de sí misma -quitando el tema de que sea un híbrido como le denoté yo- , es decir, no sabe que son los colores y es como un bebé, al parecer no ha desarrollado demasiado. Es decir, su coeficiente no es muy razonable aún.

Segundo, físicamente se ve muy dulce e inofensivo y le atraen las cosas grandes, y al parecer la ropa no le parece algo selectivo como modo diario así que se le deberían de comprar cosas sedosas, de algodón, delicadas, y no ajustadas. Cosas con colores pasteles que le combinan con su clara piel y ojos, aunque a mi opinión todo se le vería genial. Es decir parece un hermafrodita de lo lindo que está. Tiene rasgos tan delicados como los de una mujer.
Y los zapatos -que por cierto en la tienda también habían- compraría los más cómodos y de colores de múltiple combinación.

Con ese listado establecido decidí comenzar por las poleras, Jimin debía de usar una M de lo tan delgado que fuese desde el punto de vista mío y de Ho Seok, pero para darle más libertad, tomé poleras de una o dos tallas más grandes y colores cálidos. Las abrigos los elegí entre colores más oscuros o vibrantes de las mismas medidas -un XL- y los pantalones ajustados, o algo así creo que quedarían, junto con algunas pantalonetas más sueltas que le servirían de vez en cuando, estos últimos con ayuda de la chica que sabía un poco más de estas cosas.