Hoy era lunes, el primer lunes del mes. Todos estábamos enterados de lo que pasaría hoy.
Hoy, nos cambiaban de habitación, lo hacían así todos los meses por "una mejor convivencia", y a decir verdad nadie se sabia los nombres ni de la mitad de las personas de la universidad, ni tampoco queríamos hacerlo, si, me incluyo.
Según lo que nos habían dicho el director entraría en la cafetería cuando estemos almorzando así hacía el sorteo correspondiente que designaría nuestras nuevas habitaciones. No quiero cambiarme, no quiero irme de esta habitación, por primera vez en mis 3 años aquí me había tocado con mi mejor amigo y hasta ya me estaba acostumbrando a sus ronquidos.
Estábamos todos en la cafetería, era el receso. Todo el mundo estaba callado mientras comían, yo no era la excepción.
En ese momento se oyó la puerta de la cafetería abrirse, todos voltearon su vista hacia esta...
En ese momento me quede completamente sorda, escuché todas las chicas comenzar a gritar con su voz chillona junto con algunos suspiros de pesadez provenientes de la mayoría de los chicos que se encontraban allí. Yo solo miré a mi mejor amigo el cual en ese momento apartó los ojos de su plato para mirarme los mios y enseguida los devolvió a su plato.
Dirigí mi mirada hacia la puerta y vi lo que me imaginaba, un montón de chicas acorralaron a la persona que había entrado en la sala.
Se trataba de un chico que ingresó hace unos meses a la universidad, se llamaba Bambam. Todas lo amaban porque su familia tenia mucho dinero además de ser un modelo muy reconocido en todo el país.
-Ya, dejenlo vivir- susurré con un tono de asco mientras revolvía mi comida con el tenedor.
Jungkook me miró y rió.
-¿Porque tu no eres como ellas T/N? -me preguntó con sarcasmo.
-Esta mal no ser así?
-Buen punto -dijo para seguido meterse un sándwich a la boca.
Él era mi mejor amigo, Jeon Jungkook, el cual era de mi misma edad y el hermano que nunca tuve.
Un portazo me hizo salir de mis pensamientos, todos volteamos rápidamente hacia la otra entrada de la cafetería. Enseguida se pudo visualizar la desagradable cara del director el cual entraba con una bolsa llena de papeles blancos, detrás de el venía Ara, la secretaria personal del director quien traía consigo una carpeta de color negro y un micrófono. Enseguida lo conectaron a los parlantes de la sala y el director aclaró su voz:
-Buenos días alumnos- se detuvo- Emmm, disculpen señoritas pero tengo que realizar el sorteo- miro a el montón que estaba junto a Bambam ya sea abrazandolo o simplemente paradas a su lado. -Por favor Bambam, ve a sentarte.
Este asintió rápidamente y fue hacia una mesa seguido de todas las zorras falda floja que se babeaban por él.
-Esta bien, comenzaré- dijo el director sonriendo. El sabia completamente que todos odiabamos este día, bueno, todos excepto Tifanny, ella realmente disfrutaba acostarse con todo chico con el cual compartía habitación. Si, las habitaciones eran de a dos, y obligatoriamente un chico y una chica debían compartirla.
-Yo quiero ir con Bambam!- Se escuchó el grito de Tifanny desde el otro lado de la sala.
La odiaba, enserio, no solamente por su desagradable personalidad si no que también porque cuando tenia la oportunidad me humillaba delante de todo el mundo, realmente desesperante, yo nunca en mi vida le hice o dije algo para que me odiara, simplemente no la entendía.
El director le dedicó una mirada fría a lo cual ella respondió sentándose avergonzada en su asiento.
Ay por favor, se hace la niña buena cuando le conviene.
