Capítulo 8: Haredark Road

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La emoción reinaba en mi casa, hasta mi madre y mi tía Druella habían llegado desde la cocina a observar, mi padre que estaba sentado en el sofá color negro al pie de la chimenea bajó su edición semanal de El Profeta asomando la vista hacia donde estaba Scarlett a la altura del niño de 1 año y dos meses más bello del mundo; Altair daba sus primeros pasos, y yo lo esperaba a una distancia prudente con los brazos abiertos. El bebé, con ayuda de Scar, daba unos cuantos pasos sonriendo y emitiendo unos bellos sonidos que me parecían como el canto de un ángel, hasta incluso parecía que quería volar, ya que movía los brazos de arriba a abajo como si de un ave se tratara. Cuando llegaba hasta donde estaba yo agachado, lo tomaba entre mis brazos y lo levantaba en el aire provocando la risa más dulce que había escuchado en mi vida. Scar aplaudía y hasta mi madre y mi tía se veían contentas. Mi padre se había rendido ante la belleza de mi menor hijo y había dejado de lado su lectura para concentrarse en él. Lo mantuve en mis brazos observándolo por un momento, sus ojos azules idénticos a los de su madre parecían atravesarme el alma. Estaba admirando a mi hijo cuando de repente, abrió la boca y dijo algo irrepetible, me reí mirando a su madre y cuando se lo iba a entregar para que lo sostenga, lo escuché decir claramente: "papá". Todos en la sala ahogaron un suspiro, se me llenaron los ojos de lágrimas y abracé nuevamente a mi hijo, Scar permanecía allí de pie con las manos tapando su boca de la impresión. La escuché decir que no era justo ya que aún a ella no le había dicho mamá, pero estaba tan feliz en ese momento que no pensaba en nada más que en la primera palabra que pronunció mi hijo: papá. Scar se unió al abrazo y la rodee con mi brazo libre acercándola más a mí.

Decidimos salir a dar un paseo; Altair se había portado muy bien, así que un paseo no le vendría mal.

Salimos de casa, y como llevábamos al bebé, no podíamos aparecernos, así que caminamos hasta un parque y nos sentamos en una banca, mi suegro nos había regalado algo que llamaban cochecito y allí colocamos a Altair para que duerma un poco mientras conversábamos.

- ¿cuando ibas a decirme? - pregunto Scar mirándome a los ojos, al notar mi silencio exigió acercando su rostro al mío - ¿eh?

- ¿el qué? - pregunté desconcertado.

- que eres mortifago - su mirada seguía clavada en mis ojos, habló con tanta seguridad que no podía negarlo.

- ¿desde cuándo lo sabes? - intenté tomar su mano que estaba sobre su pierna pero la quitó.

- desde hace mucho - dijo desviando la mirada - estaba esperando a que me lo contaras.

- eso te molesta - pregunté mediante una afirmación.

- me molesta que no me hayas tenido la confianza suficiente - se encogió de hombros - la verdad me da igual

No supe cómo interpretar eso, a pesar de que estaba molesta se veía hermosa, me acerqué y tomándole el rostro le di un beso.

- lo siento, lo siento en serio - la miré a los ojos - no sabía cómo reaccionarias.

- ¿es así como piensas que olvidaré todo esto? - hablaba en serio, se cruzó de brazos y miró para otro lado.

- Scar, por favor, no quiero pelear ahora - busque su mirada, y cuando la encontré sonreí - Altair me llamó papá y no quiero que se me quite lo feliz.

- que insinúas - entrecerró los ojos

- nada amor - agache la cabeza - sólo no quiero pelear.

Sonrió y me dio un golpecito en el pecho.

- No me vuelvas a ocultar algo así de importante, de preferencia no me ocultes nada - puso una cara queriendo parecer molesta pero me pareció graciosa - te perdono, sólo por Altair.

Destruyendo la inocencia (Regulus Black)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang