Capítulo 4

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                              Todo ese largo rato, Lilibeth se torturo así misma.

      Escuchaba los besos, los jadeos. Escuchaba las palabras bonitas salir de Craig.

                     Fue incapaz de moverse de su escondite cuando todo acabo.

                                Su hermana la descubrió. Pero no le importo.

Con una sonrisa de victoria, le miro y simplemente comento: ―Buenas noches.

                Sosteniéndose de la pared, Lilibeth se llevó una mano al corazón.

                     Dolía y mucho, que la persona que amas, no te amé a ti.


(...)


Eran aproximadamente las nueve de la noche. Era más que pasada la hora de dormir en la casa de los Aldrich. Pero por esa ocasión, se desvelaron por su invitado especial. Cuando Michael dio el anuncio de su retirada, los duques no dudaron en adular al Marqués. Diciendo cosas como que estaba invitado a todos los bailes que se celebraran en la propiedad Aldrich, que era libre de venir a visitarlos cuando el deseara. También sabiendo que el marqués ya era amigo de una de sus hijas, le dieron el permiso para que invite a  Lilibeth de paseo cuando él quisiera, sin compañía alguna completamente solos los dos. Frunciendo el ceño, Lilibeth no era tan tonta y se dio cuenta en los inútiles intentos de sus padres en intentar que el Marques se fijara en ella. Elizabeth desde que sucedió aquello en el salón de invitados, no había dicho ni una sola palabra.

Uno por uno se fue despidiendo. Michael no tuvo una especial despedida con las demás personas de la cena, con Elizabeth fue solo un; "―Buenas noches mi lady" Con el marqués de Bradbury  un apretón de manos. Y con los Duques un educado: "―Fue una maravilla venir a cenar, esta noche. Espero se repita"

Al momento de despedirse con la menor de las hermanas Aldrich, delante de todos y sin inmiscuirse, cortés mente Michael beso la mano de Lilibeth comentando; ―La espero a las ocho de la mañana en el palacio real my lady. Sería muy grato desayunar con usted.

―Para mí sería un honor— Lilibeth no podría negarse ni ser grosera.

En el rostro del Marques se reflejo una sonrisa de victoria, Lilibeth se dio cuenta que cada vez que el conseguía lo que quería sonreía de esa manera. Eso la hizo pensar en algo muy descabellado.―"¿Eso significa que me quiere a mi?"

―Buenas noches, Lili.

Dejo de pensar en esas cosas como esas sabiendo que era una locura y se precipito en contestar.

―Buenas noches, Michael.

Duro un largo tiempo en darse la vuelta y marcharse o ha Lilibeth le pareció así. Porque se quedo mirándola por unos segundos que parecieron años. El tuvo que inclinarse una ultima vez hacia ella como despedida porque se había tornado incomodo que los demás mirasen esa escena en silencio. Se dio la vuelta y de inmediato Lilibeth, extraño el color de sus ojos. 

Las cuatro personas observaron cómo se marchaba el carruaje del marqués Michael. Al estar nuevamente dentro del castillo, Craig Marqués de Bradbury, dio el anuncio de sentirse exhausto; Elizabeth seguido de él, también se disculpó y se marchó a su habitación. Por su parte, Lilibeth tenía una tarea que hacer, ayudar a dejar impecable la cocina. Le dio las buenas noches a sus padres y giro sobre sus talones para ir a su labor. Pero su madre le freno.

Las Hermanas de Plata Saga Eternidad IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora