Invisible solo para ti

Parte 3 Invisible solo para Ti

Me sonríes, a mí, a este maldito que dejo que sintieras que no eras lo suficientemente bueno, a este bastardo que se creyó tan superior que creía merecer no solo tu cuerpo, sino tu alma.

-No te equivoques Tsukki- Jajá, sabía que era demasiado bueno. Esta es mi realidad.

-Te vuelvo a preguntar, ¿qué vas a hacer? ¿De verdad me dejaras libre? ¿Si te digo que te vayas, te iras? Y si te dijera que estoy por experimentar lo que es entrar en un cuerpo bastante dispuesto a entregarse a mí ¿Qué harías?

Eres diabólico. ¿Puedo contestar esas preguntas sin ponerme a gritar?, no, mejor dejo que siga hablando.

-¿Por qué no dices nada?, ¿es acaso que no te importa? ¿Ni siquiera preguntaras de quien hablo?- Estas molesto. ¿Me dices esto para darme una lección? ¿Qué es lo que quieres, que te suplique que no lo hagas, que no dejes que él o ella toquen la piel que solo yo he podido saborear?

Suplicar, creo que me la he pasado todo el día suplicando a el creador porque esto se acabe. No sé cómo responderte, no sé si mis Te amo sean la respuesta que quieres escuchar. No sé si quieres ver que inclino la cabeza e imploro clemencia. O es que acaso tu....?

-¿Quieres hacerme el amor?- Tu rostro es una obra de arte en estos momentos, no sé si acerté o si te desconcertó mi estúpida pregunta. Pero si eso es lo que quieres, dejare que uses mi cuerpo a placer. No me quejare, aunque nunca he sido yo quien recibe.

-¡¡¡¡Por supuesto que no!!!!- Ouch! Eso dolió. No pensé que te repugnara tanto.

-Bien, si no es eso lo que quieres, dime ¿qué es?- Empiezo a desesperarme, mis malos hábitos regresan y me vuelvo impaciente. Sé que merezco todo lo que me está pasando, pero me gustaría que redujeras mi agonía un poco.

-No creo que sea bueno para ninguno de los dos prolongar esto. Estoy dispuesto a hacer lo que me pidas, a humillarme, a rebajarme. Pero necesito una guía a seguir. Dime lo que quieres, seré tu esclavo, me...-

-¡¡¡¡Basta!!!!!, ¿quién demonios eres?¿Quién diablos crees que soy? ¿Me conoces tan poco como para creer que esto me hará feliz? ¿Me crees tan mezquino?- ¡Carajo! Qué diablos hice mal esta vez. Estoy cansado, tan cansado.

Lloras, una vez más, lloras, y yo soy el causante. Tal parece que mi veneno seguirá matándote aun cuando quiero hacer las cosas bien para ti. No, no te mereces esto, y aunque suene un poco cínico, yo tampoco lo merezco. Creo que estamos bastante aporreados los dos. Tal vez lo mejor es que dejemos que las cosas se enfríen un poco, que el corazón duela menos.

Además, debo empezar a acostúmbrame a mi cama vacía, así que decido emprender la retirada. Te observo un momento, gravo en mis retinas tu figura, aquella figura que tantas veces sostuve y acaricie a placer. Veo tu cabello, ese hermoso cabello que se pegaba a tu frente cuando todo se volvíamás intenso. Cuento por última vez tus linda pecas y admiro tus hermosas manos. Te empujo ligeramente hacia dentro de tu casa, cierro la puerta sin dejar que digas nada y me voy tan rápido como me es posible. Si el enano me viera, me diría "cobarde" mil veces más.

Otra vez a caminar sin rumbo. Aun no me apetece llegar a casa, y la tranquilidad de la noche me ayuda a pensar. Todo fue de mal en peor. Mis buenas intenciones, solo traen más problemas.Soy patético, cobarde y porque no aceptarlo? Un llorón.

Aunque para mi desgracia, no puedo derramar lagrimas, no salen. Aun cuando mi corazón se está desmoronando, aun cuando siento que quiero arrancarme la piel a tiras para alejarme de tu delicioso olor, el cual parece estar impregnado muy profundo dentro de mí. Ni siquiera tengo la indulgencia de caer rendido y dormir para olvidar todo por un rato. No pensé que pagaría tan caro mi propia estupidez. Me hundo, y esta vez no creo que ningún sol pueda ayudarme, ningún Rey será lo suficientemente fuerte como para sacarme del lugar al que me dirijo.