Besos Dulces

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El rubor de las mejillas del contrario le daba un toque inocente e infantil que a él le gustaba. Sus ojos verdes que lo miraban con vergüenza y sus manos inquietas le hicieron poner nervioso.

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Desde hace más de un mes Midoriya y él comenzaron a salir a secreto de todos, habían tenido citas en diferentes lugares pero lo único intimo que llegaban a hacer consistían en abrazos, ligeros besos en la mejilla y toques suaves en sus manos.

Ciertamente no le disgustaban el ver que cuando rosaba su mano en la cafetería de la escuela, en los entrenamientos o en el dormitorio frente a todos sus amigos (sin que estos lo notaran) el sonrojo y lo nervioso que se ponía su pareja le daban un sensación reconfortante en su pecho, pero él quería más.

Era fin de semana, el ansiado y bendito fin de semana. Todos partieron a sus casas y él no era la excepción aunque no fuera de su agrado, su hermana era suficiente motivo para estar en su dichoso hogar.

Esa tarde un pecoso con el cabello alborotado llego de improvisto a su humilde hogar, siendo este recibido en la entrada por su hermana fuyumi.

Su visita fue inesperada pero no incomoda, su tarde fue animada y como adolescentes normales jugaron videojuegos hasta el anochecer. Sus ojos heterocromaticos viajaron hacia aquella melena verde que se encontraba centrado en el juego de la consola, una sonrisa adorno su rostro, se encontraba feliz.

Cuando Midoriya le pregunto si se podía quedar a dormir. Se sorprendió, no se esperaba ni mucho menos imaginaba que el menor quisiera quedarse esa noche, así como tampoco pensó lo que aquel peliverde la tenía preparado.

Seguía sorprendido por aquella repentina pregunta sin embargo sus pensamientos fueron interrumpidos por su hermana mayor que avisaba su salida. Su padre no vendría a casa esa noche y fuyumi se quedaría a dormir en casa de una amiga, sus hermanos no estaban y él se quedaría solo.

Acepto.

Salieron de su habitación y se dirigieron al comedor, agradecía internamente a su hermana por dejarle cena para ambos. Sirvió en dos platos su cena y uno le paso al peliverde quien agradeció con un avergonzado 'gracias'.

Al terminar de comer regresaron a su habitación y le cedió el paso al pecoso de bañarse en su baño personal mientras él tomaba el baño general.

Se relajó con el agua tibia al recorrer su espalda, llevaba quince minutos en la bañera tranquilo y relajado. Se sobresaltó al escuchar unos pequeños toques en la puerta del baño y la voz suave de Midoriya avisarle que ya había salido de la ducha y preguntarle si estaba bien ya que no se escuchaba el ruido de la regadera a lo que él le contesto amablemente que estaba bien y que en un momento saldría.

Apresuro sus manos para terminar de bañarse apropiadamente antes de salir y no hacer esperar al pecoso, un nerviosismo lo invadió sin saber el porqué de ello, sus mejilla calientes le avisaban que estaba sonrojado pero él no entendía la razón de su reacción.

Al salir de la ducha se dirigió a su habitación encontrándose con un Midoriya a horcadas intentando alcanzar el control sin moverse de su posición, su vestimenta consistía en un pequeño short ajustado que le quedaban hasta sus muslos y una camisa manga larga que le pertenecía a él, podía ver parte de su hombro y dorso ya que esta le quedaba algo grande.

Su cara se sintió caliente y su estómago se revolvió.

Al cerrar la puerta el pecoso se sobresaltó al no percatarse de que su acompañante había vuelto.

Se sentó al lado de su compañero de clases y pareja, así que decidieron ver una película, la cual él no le prestaba la mas mínima atención, su mente estaba en otro lugar, más en concreto en Midoriya, cuál era la razón de esta repentina visita y cuál era su objetivo vistiendo así, de alguna forma se reclamaba por excitarse de ver al pecoso de esa forma y pensar en diferentes maneras de tenerlo debajo de él.

Sus pensamientos fueron parados al sentir la mano del pecoso sobre la de él, sus ojos se posaron en el rostro de su pareja; sus mejillas pintadas de un ligero carmín y la vergüenza palpada en sus esmeraldas le hicieron sentir nervioso e impaciente.

Su mente se quedó en blanco cuando escucho la petición de Midoriya salir de aquellos labios. Él quería que lo besara.

Su estómago se revolvió y pensó si lo que había cenado saldría por su boca tarde o temprano, no sabía qué hacer, la vergüenza le inundo, sus manos comenzaron a sudar y su cerebro se debatía si hacerlo o no.

El rostro del pecoso le mostró que él no era el único nervioso, Midoriya temblaba ligeramente, su cara podía competir con un tomate y la de él con su cabello, mando a su cerebro y sus decisiones a volar por un rato.

Llevo sus manos hacia la cintura del contrario haciendo sobresaltar a este al sentir su tacto, se acercó poco a poco al rostro del peliverde haciendo que el pecoso cerrara sus ojos, no era el único que moría de vergüenza en esos momentos.

Sus labios se rosaron con los de su pareja, pequeñas descargas pasaron por su columna haciendo erizar sus bellos, se lamio sus labios y una sensación dulce recorrió sus papilas gustativas, solo había bastado un rose para encender su interior.

Dirigió una de sus manos al cuello del peliverde juntando sus labios moviéndolos ligeramente y despacio, sintió como unas manos se deslizaron lentamente hasta llegar a su cuello enredando los dedos del contrario en su cabello.

El peliverde correspondió al beso moviendo tímidamente sus labios.

Sin separar sus labios lo fue recostando poco a poco hasta tocar el suelo de su habitación, un gemido ahogado se escapó de los labios del peliverde al separarse por falta de aire.

Un sensación de calor inundo su pecho y su piel se erizo, sus sentimientos resguardados salían a flote sin que él pudiera controlarla.

Aquel peliverde que en aquellos momentos se encontraba debajo de el con un bonito decorado carmín en sus pecosas mejillas, sus ojos entrecerrados y una pequeña línea de saliva que se escurría de la comisura de su labio.

Era excitante. Algo en él se calentó.

Los labios del pecoso sabían dulces. Sus manos no se habían movido de su lugar y los besos no se hicieron esperar, cortos y dulces, llenos de amor profesaban cada uno de sus besos.

Pero, él quería más.

Se separó un poco de los labios de su pareja permitiéndole respirar, para luego volverlos a tomar sin pudor; lento pero constante. Introdujo su lengua en la cavidad contraria degustando cada rincón de esta, el peliverde tímido pero seguro correspondía a la danza que se llevaba en sus húmedas lenguas. Los gemidos ahogados que salían de la boca del peliverde eran música de dioses.

Se separó por la falta de oxígeno que en aquellos momentos maldecía su existencia. Su nombre fue susurrado en un tono ronco y sensual.

Sus ojos de distintos colores se dirigieron a aquellos verdes, la presión ejercida en su espalda le decía que tal vez y solo un tal vez aquella noche no sería para nada aburrida. 

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no soy buena escribiendo, sin embargo este one shot la escribí especialmente para una amiga, la cual me dijo que la subiera.

y aquí esta.

no doy el amor del mundo por esta pareja de boku no hero, pero es tan cute que no reclame cuando mi amiga me dijo si podía escribir de ellos.

queria llegar mas lejos en este one shot, como ponerle lemon (>///<), pero me dije nah..... pa' que hacerlo.... (diosito no quiso)

espero sea de su agrado y gracias por leer un homunculo hecho por mi. 

<3

BESOS DULCES [TODODEKU]Where stories live. Discover now