Canción #42:

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Ella se encontraba en uno de los pasillos más recóndito de su secundaria. Con su espalda apoyada en la puerta del último salón analizaba qué hacer, si correr a los brazos del chico que complementa su infinito o simplemente quedarse allí tirada y convirtiéndose en una mota de polvo más en aquel, desolado y silencioco, salón de clases abandonado. Sin previo aviso, como mandada por el mismísimo Ser todopoderoso, llegó su respuesta; una voz dulce y angelical acompañado de un delicado y étero rasgueo de guitarra acarició sus oídos y la sedujo tan líricamente hacia la puerta trasera, y sin darse cuenta se dejó llevar por el viento del destino hacia un patio abierto, infestado de personas, donde sobresalía un escenario y sobre este, mirando hacia su dirección, el objeto de su sonrisa y su evocación más deseada; al verla una curva perfecta se formó en su rostro y rompió por completo la inseguridad que la invadía, dejándose arrastrar por aquella hermosa melodía, acompañada con la historia de ellos dos, hacia aquel que le rogaba a gritos, a través de su ojos, que simplemente viniera a él.

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Éste y el próximo son los dos últimos capítulos. Lamento la tardaza. Tenía, y aún tengo, algunos problemas y por eso tardo en actualizar...

El chico de la guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora