Capítulo 4

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Cuando  sonó  el   timbre  que  indicaba  el   final   de  la  clase  de  Historia  avanzada,  intenté  hablar  con Logan.  No  para  comentar  lo  sucedido  con  Alex,  ni   para  acompañarlo  por  el pasillo,  sino  a  causa  del estúpido  examen de prueba  del   señor  Helm.  Lo  había  puesto,  en  teoría,  para  que  supiéramos si estábamos  preparados  para  los  exámenes  de  selectividad.  Si   a  Logan  le  había  ido  bien,  no  tendría que preocuparme  de  que  Chelsea  usurpase  nuestra  próxima  sesión  de  estudio.  En  cambio,  si   había suspendido, debería pensar una solución, y cuanto antes.

Logan caminaba mucho más deprisa que yo,  seguramente porque no  era desgarbado, ni tan patoso, ni iba  siempre  por  ahí   cargado  con  un  montón  de  libros  de  texto.  En  realidad, casi   nunca  llevaba mochila,  solo  una  libreta  con  el   boligrafo   encajado  en  la  espiral.  De  vez  en  cuando  el   boligrafo   se  le  caía  y  tenía que  pedir  uno  prestado,  lo  que  seguramente  inspiraba  muchas  entradas  en  los  diarios  de  las marginadas.  Es  probable  que  dedicaran  toda  una  página  a  escribir:   «¡Oh,  Dios  mío!  ¡Le  he  tocado! ¡Nuestras manos se han rozado!».

Qué cutre.

Sea  como  sea,  él   ya  se  alejaba  por  el   atestado  pasillo  cuando  yo  salí   de  clase, de  modo  que  tuve que gritar para llamar su atención.

—¡Oye! 

Quizás debería haber sido más específica, porque una docena de chicos y chicas se dieron la vuelta para mi rarme, pero ninguno era Logan.

—Esto  ¡Logan! —volví a  probar .  Él   se  crispó  al  oír  mi  voz,  como  si   se  estuviera  alejando   a  toda prisa para evitarme. Como os podéis imaginar, me sentí  de maravilla. Ja.

—Oye —dije como una boba cuando llegué a su altura—. Esto, bueno, ¿qué tal te ha ido el  exámen de prueba? —mi  presión sanguínea aumentó cuando noté las miradas de los demás alumnos puestas en mí—.  Me  ha  parecido  bastante  difícil.  Sobre  todo  la  parte tipo test.  Menos  mal   que  aún  falta  bastante para la selectividad porque...

Sí , ya lo sé. Tiendo a desvariar. Estoy intentando corregirlo. Logan, sin embargo,  no me  interrumpió. Se  diría  que mi   parloteo  le  hacía  gracia,  como  si   yo  fuera un experimento científico andante que tratara de controlar sus propias funciones motoras. Me callé.

—Entonces, ejem, ¿qué tal  te ha ido el  exámen? —repetí incómoda.

Él  se encogió de hombros y echó a andar otra vez por el  pasillo.

—¡Espera! ¿Eso significa que te ha ido bien? ¿Por eso te has encogido de hombros?

No lo pensaba en realidad, pero preguntar nunca está de más.

—Es un examen de prueba. Ya tengo el  resultado.

—Ya, pero yo necesito verlo.

Logan señaló con un gesto el  aula vacía.

—El señor Helm nos ha dicho que no nos sintamos obligados a revelar la nota a los compañeros.

Lo dijo en un tono de fingida solemnidad.

—Sí.  A  los  compañeros.  Pero  yo  soy  tu  profesora  particular . Y   forma  parte  de  mi   trabajo  conocer los resul tados. ¿Qué te parece si  me enseñas el  examen?

No quería formular la frase en tono de pregunta, pero darle órdenes a Logan Beckett  no es algo que yo haga con naturalidad. Otra cosa que debo corregir. Logan  mantuvo  el   examen  fuera  de  mi alcance.  Soy  alta  para  ser  una  chica,  pero  aun  así   él  me aventaja en varios centímetros y varios músculos. No tenía modo de ver su examen a no ser que me  lo tendiese  o  le  diera  un  puntapié  en  la  espinilla.  Y   me  pareció  preferible  reservar  aquella  medida extrema para algo más importante que un examen de prueba.

Un desafortunado Pero Maravilloso Incidenteحيث تعيش القصص. اكتشف الآن