II

284 55 20
                                    

No sabes cuánto me duele imaginar que estás en otros brazos.
Quizá tú puedas pensar que nunca te amé, o que ya no te amo.
Tan solo te puedo decir que extraño tus besos y abrazos.
Y aunque trate de ocultarlo sé que me delata la mirada.
Aún amo tus ojos, aún amo verlos.
Extraño tus labios, extraño besarlos.
Tu recuerdo me atormenta y me lastima como una espada, una espada de marfil que desgarra mis entrañas sembrando dolor y agonía.
Tal vez ya me olvidaste, o ya no te importo.
Y pensar que un día me amaste así como ahora amas a otro.
No sabes la rabia que me causa, no sabes los motivos que tengo para morir, y es que si tu piel jamás la volveré a sentir, dime tú, ¿para qué vivir?
¿Para qué vivir? ¡Para qué!
Sabiendo que ahora miras a él como un día me miraste a mí. ¿Dime en que fallé? ¿Dime por qué te perdí? Tan sólo dime...
Jamás desearé no haberte conocido, porque después de todo por ti fui feliz, y aunque no recuerdo haberte herido, amarte como te amé, yo pienso, fue un desliz.
Si hubiera sabido que aquella vez sería la última, te hubiera abrazado más fuerte, tan fuerte que se hubieran fundido nuestras almas, y explotando nuestros huesos. Tan fuerte que me hubieras vuelto a amar. Tan fuerte que mi sangre y la tuya fluirían juntas y jamás se fueran a separar.
Quiero que sepas que aún te amo, aún te sueño, aún te pienso, que tu voz diciendo "te amo" aún resuena en mi mente y es un recuerdo tan denso, y permanente, como un pertrecho tan adverso, como un puñal demasiado hiriente.
Te escribo cada noche en hojas arrugadas por mis puños, y húmedas por mis melancolías, en esas que he empezado a tirar a la basura cada día, así como tiraré esta, como tiré la de ayer, y tiraré la de mañana, así como tiraste nuestra relación.

Versos en la luna ☽ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora