Capítulo treinta y tres.

12K 861 222
                                    


Empujo a Ryan en la cama y él cae sentado, me mira con una ceja arqueada y yo le sonrío.

Llevo mis manos hasta mi cuello para desprender el prendedor del vestido y dejar que este se deslice por mi cuerpo, la tela me causa cosquillas cuando cae por mi cuerpo pero soy incapaz de reír cuando Ryan me mira de esa manera tan penetrante.

Como no tenía sujetador mis pechos quedan libres y la vista de él va a esa zona, intenta tomarme de la cintura pero yo doy un paso atrás saliendo de mi vestido por completo.

Gruñe para sí mismo y yo lo miro divertida.

—Parece que alguien está ansioso.

—Cuando se trata de ti desnuda frente a mí ¿Qué crees?

Ruedo los ojos mientras me arrodillo en la cama frente a Ryan, que está sentado a los pies, observándome. Extiendo los brazos en dirección a su pecho, anhelando sentir su calor. Mis manos recorren su pecho sin miedo, sin vacilaciones. Poso mi mano en su corazón y sonrío al sentir sus latidos acelerados.

Lo empujo con suavidad haciendo que se tumbe en la cama, yo quedo a horcajadas sobre él, mis rodillas quedan a los costados de su cintura. Beso sus labios con pasión, tal vez con algo de amor... solo quiero que Ryan sepa lo importante que es para mí.

Él coloca sus manos en mi cintura apretándola con fuerza mientras yo me restriego por sobre su pantalón, justo en la zona donde un bulto comienza a crecer.

—Quiero que disfrutes —Digo quitando sus manos de mi cintura—. Así que no toques.

—Micha... yo disfruto tocándote... nada me da más placer que verte deshacerte de placer en mis brazos.

—Entonces puedes tocarme Doctorcito —Le sonrío—. Puedes hacerme lo que quieras, no tengo miedo de ti.

En un simple movimiento las cosas cambian y ahora es él quien está sobre mí besándome con urgencia. Maldice cuando tiene que desabotonar su camisa y yo para acelerar las cosas la estiro con fuerza haciendo que los botones vuelen por cualquier parte.

— ¿Sabes cuánto me costó está camisa? —Pregunta divertido, se levanta para quitarse los pantalones junto con el bóxer dándome una gran vista de su miembro. Yo no me quedo atrás y me deshago de mi braga, para quedar totalmente expuesta frente a él.

—No me importa, me estaba estorbando así que no siento remordimiento.

Suelta una carcajada que se ve ahogada cuando sube nuevamente sobre mí y nuestros sexos se rozan, cierro los ojos gimiendo por lo bajo.

— ¿Está mal que quiera hacerte mía sin juegos previos? —Pregunta volviendo a rozar nuestros sexos—. Porque en serio Micha... quiero follarte hasta cansarme.

—Hazlo, tenemos toda una noche por delante.

Solo le faltó eso para penetrarme de una estocada, suelto un grito de puro placer y Ryan cierra los ojos con fuerza mientras se mueve con rapidez busco sus labios de manera desesperada abrumada por los sentimientos que quieren salir de mí.

Ryan me agarra de las piernas levantándolas y follandome con la violencia con las que él quería hacerlo desde que nos vimos en el departamento de Lena.

Cuando llego a mi orgasmo grito su nombre como tres veces por la manera en la cual arraso conmigo. Ryan por otro lado tomo un respiro y luego volvió a besarme... así continuamos toda la noche sin cansarnos... sin poder tener demasiado del otro.

Despierto por el sonido de mi celular, está al lado de la mesita de noche dentro de mi bolso. Me estiro para tomarlo y es Lena preguntándome que tal todo, y que paso con la torta.

La Pasión Por EL Chocolate #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora