Sakura

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Cómo solía ser costumbre, Naruto, Yume y yo salimos a caminar.

El cálido sol arropaba a nuestra pequeña hija entre mis brazos.
Ambos la mirábamos tomar una siesta.
-Es preciosa- dijo Naruto
-Lo es...-Contesté sin despegar la mirada de ella

Exhalé profundamente.

-¿Pasó algo?-me preguntó
-Solo me pregunto, donde estarán todos ¿Recuerdas esos días de academia?-
Naruto me miró mal
-Como no olvidarme de ellos, te la pasabas gritando "Sasuke"-exclamó con voz chillona
-No me digas que aún estás celoso-
-Talvez lo entenderías mejor si yo hubiese tenido un montón de chicas detrás de mí, pero para tu suerte nadie se fijaba en mi-puso una cara de un niño molesto, era tan tierno
-no exageres, claro que le gustabas a las chicas; es solo que nunca te diste cuenta-
-¿a sí? Nombra una- tras meditar unos segundos pensé en Hinata, la cual desapareció sin dejar rastro
-¿Y bien? Sigo esperando-dijo Naruto
-No éstoy obligada a contestarte-
-¡Vamos me come la duda!-exclamó con voz fuerte y aquello bastó para despertar a Yume
-¡Vaya que eres torpe!¡La has despertado!-
-¡¿Qué?!¡Pero si yo no quería...!-Naruto intentó acercarse a la bebé para cargarla pero yo se lo impedi
-¡Aléjate ya has hecho bastante!- exclamé

Y de pronto la expresión de Naruto cambio de una juguetona a una sería.

-Sakura-dijo en voz baja-llévate a Yume-
Lo miré expectante y la sensación en mi cuerpo me paralizó. Yo conocía ese chakra a la perfección.
-Sasuke...-susurre

Naruto se veía alarmado

-No puedo asegurarlo, pero sea lo que sea no salgas de casa-

Asentí insegura y partí rápidamente.

El viento soplaba fuerte y la brisa era helada, una tormenta se avecinaba.

Al llegar a casa arrope a la niña y la coloqué en su cuna mientras aguardaba el regreso de Naruto. Tomé una tetera y calenté un poco de agua.
Poco a poco las gotas de agua fueron callendo por las ventanas hasta convertirse en una tormenta.
Cada segundo que pasaba la duda me carcomía.
Sasuke, el chico frío y cool que solía gustarme. Aquel que dejó de lado su aldea, familia y principios por una mera venganza.
Aquél que dejó la última vez a Naruto mal herido y al borde de la muerte.

Miré a mi hija profundamente dormida en su cuna.
-Espero que papá vuelva pronto a casa, pero hasta entonces mamá cuidará de tí- dije con una sonrisa en la cara

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