Shinobi

Sasuke

En una de las tantas casas abandonadas por la guerra instaure mi base. Sigilosa, Hinata me seguía de cerca.

Al llegar ambos incómodos nos miramos.
-Puedes ocupar la habitación del fondo- dije, ella asintió cabizbaja
Suspiré...

"Esto irá mal" pensé tras darme cuenta que no despegaba la mirada de ella ni un segundo.

Me recargue en una pared dándole la espalda para aclarar mis ideas.

"¿Porque la tenía cerca?"

No quería admitirlo pero yo...  Estaba preocupado y aún más que eso, la extrañaba.

Me senté en el sillón frente a la chimenea y la prendí, esa noche prometía caer una helada.

Tras unos momentos en silencio ella apareció con un gran camisón que resaltaba su figura.

Avergonzado miré hacia otro lado. Hinata se sentó aún lado de mí y ambos nos miramos a los ojos.

-Gracias por la invitación- dijo tímida, yo asentí con la cabeza

Paso un rato y no lograba relajarme, mi cabeza divagaba con mi  compañera y mi cerebro se fugó con mi auto control.

"Esto fue una mala idea"

-Hinata, a tí... ¿Te sigue gustando..? Lo que quiero decir es que...-frustrado bufé-no es nada-

-Oh...-ella agacho la cabeza

Era un cobarde, no podía ser que temiera tanto al rechazo de una mujer. Pero  no me atrevía a arruinar aquello que nunca había tenido antes.

-Sasuke...- me llamo-¿Puedo usar tu baño?-me levanté y la llevé al cuarto de baño, una vez allí regrese a mí lugar en el sillón

"¿Cómo lo digo?" "¿Y si lo arruinó?"
Seguí dándole vueltas hasta que ella volvió.

Otra vez silencio.

Decidí mirarla y nuestros ojos coincidieron. No aparte la mirada y me acerqué.

Todas mis neuronas murieron.

Miré sus labios y cerré los ojos.

(...)