Internal struggle. Lucha interna. [LOSS II] (Cancelada)

Capítulo 3. "Algo más"

Sacudo la mano una vez más antes de perder de vista -una vez mas- mi distrito. Después de haberme acostumbrado de nuevo a estar de vuelta con mi familia, la brisa en el bosque, el olor a tierra y madera... duele volver a separarme de ellos.

Cuando solo veo un aburrido desierto árido, me aparto de la ventana y me siento en una de las elegantes butacas que hay al otro lado de la habitación.

No sé como voy a llevar la Gira de la Victoria. No lo sé, sabiendo que haga lo que haga depende de como será mi próximo encuentro con el Presidente Snow.

Últimamente, desde mi encuentro con Howard Brown, he tenido mucho en lo que pensar. Mi odio hacia Snow y el Capitolio ha aumentado de forma considerable con las historias que me contó Howard. Cada una peor que la anterior. con el odio también se ha incrementado mi esperanza. La rebelión por un Panem libre no puede haber muerto. Imposible.

Mi mayor problema ahora es que no sé como ni dónde encontrar a Katniss Everdeen. No tengo ni una pista, ni indicios, ni rumores. No tengo nada. Y no sé por donde empezar.

- Vaya, Deanne - Sly entra por la puerta y me sonríe-.

- Oh. Hola, Sly.

- ¿Qué hacías? -Dice frunciendo el ceño.

- Nada... -Suspiro.

Aún no le he contado nada de lo que me contó Howard a Sly. No sé por qué, la verdad. Me gustaría poder contarle todo ahora, pero es un lugar poco -nada- apropiado para hablarle de un secreto que podría costarnos la vida.

- ¿Pasa algo? -Arquea las cejas.

- No, ¿qué va a pasar?

Pero asiento. Es apenas un movimiento milimétrico. Le miro significativamente.

> Me gustaría decirle.

- Está bien.

Coge una servilleta y saca un bolígrafo de su bota. Hace años que no veo uno de esos. Empieza a deslizar la punta por la servilleta.

No sé escribir. Y la mayoría de la población tampoco. Desde la Rebelión del Sinsajo, no sé qué hizo el Capitolio pero les borró a todos de la memoria varias cosas, entre ellas escribir. En mi familia solo Bran sabe escribir a mano. Es un caso excepcional, pero en su Test de Aptitud le indicó un trabajo en el que lo necesitaría. Claro está, tiene terminantemente prohibido enseñarle a alguien. Por suerte para él, siempre ha seguido las normas al pie de la letra y, si sigue haciéndolo, sobrevivirá.

Sly me pasa la servilleta escrita y leo con letras separadas e irregulares:

Has hablado con Howard Brown, ¿verdad?

Asiento. ¿Cómo lo sabe?

Debo de tener cara de confusión porque Sly se explica:

- Fuimos muy amigos. Ambos éramos dos antiguos vencedores de antes de la rebelión pero se empezó a encerrar en su casa, no hablaba con nadie -Susurra tan bajo que hasta a mí me cuesta entenderle-. Se volvió loco.

- No está loco - Replico. Aunque no sé si es él el que tiene razón o yo-.

- No me digas que te lo crees - Sonríe con amargura-.

- Pero...

- Sh - Me corta en seco y mira hacia los lados-. Ya hablaremos.

Se da la vuelta y se por una de las puertas, seguramente a su habitación.

Me quedo sola observando la monótona tapicería de los sillones. Está atardeciendo y la luz que entra por la ventana es escasa. Cuerpos desangrándose aparecen tras mis párpados e intento concentrarme en mi respiración.