Complete

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Ash se levantó con el resplandor de los rayos del sol que se colaban por la ventana. Se estiró y restregó sus manos con sus ojos, para después darse una vuelta en la cama, comprobado que estaba vacía.

¿Dónde se encontraba Serena? ¿Ya se habría levantado? Miró el despertado de la mesita, que marcaba que eran las siete y media de la mañana. ¡Las siete y media! Y él tenía un combate de un aspirante a las ocho y media de la mañana.

Debía darse prisa si no, llegaría tarde. Pero ¿por qué Serena no lo despertó?

Se incorporó rápidamente en la cama, haciendo que el cobertor medio cayera al suelo, dejando ver una pequeña nota de papel color azul, que se mantenía escondida entre las sábanas.

—Será de Serena, habrá tenido que salir temprano —dijo cogiendo la notita para leerla.

<<Sé que te gusta dormir mucho, pero algo me dice que más de una noche te desvelarás... Perdóname>>>

La releyó varias veces, pero por más que la leía, no conseguía entender nada. ¿Por qué le decía eso Serena? Se rascó la nuca mientras la ponía de todas las maneras posibles en su mano. Definitivamente no conseguía descifrarla.

Su vista se fijó nuevamente en el despertador, viendo que cada vez tenía menos tiempo para partir. A toda prisa, se vistió y preparó, hizo la cama y cogió la notita, guardándola en su cartera.

Salió de la habitación, llegando hasta la sala de estar, completamente vacía. Fue a la cocina, dónde tampoco encontró a Serena, pero sí un rico desayuno preparado por ella. Se sentó en la mesa de la cocina, se sirvió el jugo de naranja y cogió de una torre de tres tostadas, una de ellas para untarle mermelada, cuando entre dos tostadas encontró otra notita, esta vez de color rosa.

<<Los desayunos contigo son una delicia, los dos solos comiendo en silencio mientras no paramos de mirarnos, pero... ¿te importaría mucho si dentro de poco se vuelve una odisea?>>

Nuevamente otra nota de la que no entendía absolutamente nada. ¿A qué estaba jugando Serena con tanta notita extraña? Confuso, la guardó junto a la otra, y terminó de desayunar. Recogió todo y se acercó a una cajita azul de plástico, dónde había tres Pokelitos y, para su sorpresa, otra nota, ahora de color amarillo.

<<Sé que te gustan mucho los Pokelitos que preparo, pero... ¿te molestaría tener que compartirlos con alguien más?>>

Compartir sus Pokelitos, esos tan deliciosos que Serena le prepara con tanto cariño... ¿Compartirlos con alguien más? No es que fuera egoísta con la comida, por muy glotón que fuera, pero si se trataba de la comida que le preparaba Serena, quería que ella sólo le prepara Pokelitos a él, sólo él quería compartir ese momento con ella.

Cerró la cajita de plástico con los Pokelitos y la guardó cuidadosamente en su mochila, mientras que con la notita hacía exactamente lo mismo que con las otras dos.

Se acercó a su cinturón, dónde estaban sus seis Pokéballs, una de ellas siempre vacía, para colocárselo y marcharse a su trabajo, cuando vio ahora una notita color verde, que decía:

<<Los Pokémon y las batallas siempre han ocupado gran parte de tu mente, teniendo que competir con ellos, pero... Ahora vas a tener que compartir con alguien más tu pasión por los Pokémon>>

¿Compartir su pasión por los Pokémon? Ya la compartía con todo el mundo a quién le fascinaban los Pokémon. ¿Se referirá a que cada vez tenía más retos por el puesto de Campeón y por tanto llegaban a retarle más entrenadores y aspirantes? ¿Era una manera de darle ánimos antes de su batalla?

Complete (One-Shot)Where stories live. Discover now