El primer hombre invisible.

32 2 1
                                    

Le preguntas a alguien: ¿Qué superpoder te gustaría tener? Y te responde: Invisibilidad. Y es ahí cuando te das cuenta quién es. Qué tipo de persona es y como es su postura ante la vida. El tema queda apartado, a otro lado, otra página, otro libro. Llegas a casa y te pones a pensar, porque te reflejas ante él. Sin proyectarte, más bien comparandote y notando esa diferencia. Esa decisión que no tomarías pero te detiene a pensarlo profundamente. A preguntarte el por qué no serías invisible. Y te cuestionas, y reformulas tus pensamientos. El reloj tic-tac inevitable. Pero en realidad el tiempo lo es. Pero no te importa que transcurra, aunque sabes muy bien que en otra ocasión, otro espacio, "otro tiempo", vas a apreciar ese inevitable desperdicio de tiempo.

Ese familiarizado sonido en tu interior ya no se oye. Casi sin respirar, medio dormido pero despierto en tu cama, acostado, sin hambre, madrugada, playa sin agua en los ojos, 5:23 A.M.

El ritual está hecho y los pensamientos también. Parpadeaste, todo vuelve. Retomas tu lugar, tu cama, tu espacio. El reloj marca cinco y treinta minutos. La playa se hinunda de agua y la arena se desvanece en tus sábanas. La mancha se oscurece aún más, húmeda, mojada, luna negra, oscuridad. Y luego vuelve a ser invisible. Otro día más en este mundo.

Cinco y veintitres de la madrugada marca el reloj del día anterior. Tus pensamientos te sumergen a un espacio inexistente pero que existe en tu mente. Tic-tac. Cada segundo es eterno.

Continuará (esto sería el prólogo más o menos, después me centro en la trama principal del hombre invisible).





Otro día más en este mundo.Where stories live. Discover now