El primer hombre inmortal.

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Dejé de contar el transcurso del reloj hace tanto. El prolongado avance que te empuja hacia el futuro, que te hace crecer, decaer, y por último en tu último respiro, saber que tipo de persona eras. Todo lo que lograste conseguir, lo que pudiste vivir, las personas que conociste, y los recuerdos que te hicieron ser otro humano más. Mas allá de las dificultades, mas allá de tu destino compartido con los demás. Viviste ¿Acaso es eso a lo que las personas se aferran?

¿Vivir? ¿Respirar? ¿Aguantar? ¿Encontrar ese sentido a cada una de sus vidas? ¿Permanecer en constante crecimiento individual y colectivo al que llaman camino hacia el éxito? ¿Felicidad?

Cosas que dejé de entender cuando cumplí 20 años. En ese entonces ya había experimentado dos siglos completamente distintos uno del otro. Mi vida había alcanzado su auge.

Era la edad de oro, donde las personas se convierten en alguien o fracasan. Donde se encuentra la estabilidad emocional y laboral permanente. Sin embargo, aún había algo que debía responder. A pesar de que el siglo XXI estaba lleno de inseguridades, de individualismo, de ciclos repetitivos: donde el futuro existía en el ayer.

Traté con mucha gente, he perdido muchas personas, he aprendido valores, me he perdido a mí mismo, he cambiado muchas veces, he llegado a conclusiones, he perdido recuerdos importantes, esos que no se deben olvidar. He encontrado la paz, el amor, la felicidad, la lujuria, la derrota, las victorias, el odio, la oscuridad y la luz, el cielo, infierno, el nacimiento, y el adiós que solo se escucha una vez.

Y solo hay una sola cosa, una sola pregunta, una sola respuesta que aferrarse. Tan solo ese algo que se necesita, que las personas mortales ignoran porque no viven lo suficiente como para adquirir ese saber empírico. Ni pueden lograrlo a través de la sabiduría, ya que solo permanecen en pleno individualismo que los aparta. Donde no consiguen abrir los ojos, o no quieren, donde ignoran algo tan simple, algo tan apreciado que llevo buscando durante tanto tiempo. Algo que por fin encontré. Que estaba frente a mis ojos listo para ser robado, para adueñarmelo, hacerlo mío y no compartirlo.

Sin embargo no pude, no era el momento ni el lugar, debía esperar. Y en esa corta espera, (para alguien que es inmortal) lidié cara a cara con ella.


(Breeeeeeeeeeve introducción a otro cuento que di comienzo, es completamente distinto al de la primer página)

Otro día más en este mundo.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang