Capítulo XVI |nueva versión|

2.7K 175 41
                                    

Hoy también habrá dos capítulos. Pero el segundo(el capítulo XVII) será mucho más corto y será narrado por Gonzalo

CAPÍTULO XVI

Ya ni sé cuándo fue la última vez que cené con Natalia, pero, lo que sí me consta es que no estaba nervioso. Es que puede que mi amigo tenga razón, puede que ya esté cayendo, que ella esté haciendo un estupendo trabajo al tratar de... Por otro lado, no puedo evitar hacer esto. Quiero estar aquí con ella, quiero ver cómo irá todo.

Me veo obligado a repasar el menú por tercera vez, ya que las primeras mi mente estaba en otro lado; y ahora sí espero poder elegir algo. Ni debería costarme trabajo, se trata de comida italiana, mi favorita.

Minutos más tarde, cuando ya no podemos pretender que estamos ocupados con leer la generosa lista que nos ofrece el restaurante, nuestras miradas vuelven a cruzar. Se ve hermosa.

—Deja de hacer eso... —la oigo pedir y alzo las cejas— Mirarme... —explica ante mi reacción— Me voy a sonrojar. Además me siento como una adolescente en su primera cita. ¡No es que esto sea una cita! Pero... ¿Ya ves? Ya ni puedo expresar mis ideas... y termino diciendo estupideces.

Si esto fuera una cita, le diría que me encanta que se ponga como un tomate. Que me encantan sus torpes intentos de ser cuidadosa y no decir o hacer algo que pueda molestarme o que pueda arruinar el momento. Me encanta que en este mismo instante se esté mordiendo el labio inferior, pensando que acaba de meter la pata.

—Cierto, no es una cita —mi respuesta parece afligirla—. Yo también trato de averiguar qué es y cómo actuar.

—Lo estamos echando todo a perder al hablar de ello. —opina

—Parece que no podemos portarnos como si nada.

—Además este lugar trae recuerdos...

Finalmente termina agachando la cabeza y una servilleta gana casi toda su atención.

Es verdad que este restaurante trae recuerdos, pues lo visitábamos a menudo cuando formábamos una pareja. Supongo que lo eligió pensando en que aquí sirven mi comida favorita y no tomó en cuenta el otro aspecto. O quizá lo escogió a propósito.

Me apoyo en el respaldo de mi asiento y dejo que mi mente viaje al pasado y lo compare con el presente. Es inevitable. Porque el antes es mejor que el después. Y como me encantaría que todo fuera como antes... Mi corazón se encoje, recordándome que está hundido. Ese mismo corazón que aun late por ella...

—Jorge, yo... —tarda en continuar— No, nada.

—Dime.

En vez de hacerme caso, solo me vuelve a mirar. Por tiempo indefinido. Pero no hago más que esperar paciente, aunque tarde o más temprano voy a insistir hasta que me lo diga. Es que es evidente que tiene algo por decirme.

—No es el momento. De hecho, jamás sabré cuándo será el momento...

Si al reunirnos pensé que yo era el que estaba nervioso, ahora me doy cuenta que Natalia está peor. A ella no suele costarle tanto trabajo sacar lo que lleva dentro. Por desgracia, ni cuando se trata de ofensas... El punto es que actúa extraño.

Sus labios se apartan y supongo que está a punto de añadir algo. Pero llega el mesero con la comida, interrumpiendo el momento. Más bien, estropeándolo todo porque su partida dejará atrás un incómodo silencio. Nada de confesiones. Natalia habrá perdido la valentía.

Si eliges creerle © |COMPLETA| |nueva versión de La última vez|Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt