Introducción

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-Un día cualquiera, en una ciudad cualquiera-


El color blanco reluce como plata, un ambiente agradable con el que se había decorado la iglesia para la ocasión. De repente la música comenzó a entonar, armoniosa, y el novio se dio vuelta al escuchar tal melodía y contempló, extasiado, el largo velo donde se escondía su novia.

La jovencita avanzó aferrándose con fuerza al brazo de su hermano para no caer, estaba sumamente nerviosa y sintió cómo unas lágrimas de alegría le resbalaban por las mejillas.

El pastor comenzó a hablar, pero la chica apenas alcanzó a tomar con fuerza la mano de su novio, y otra lágrima se le resbaló.

-Niña...- Susurró su amado, casi sin ser oído -No llores-

¡Niña, no llores! [Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora