One shots (newtmas & dylmas)

Lullaby (Dylmas)

Para una mejor experiencia, reproducir la canción a partir cuando les aparezca: ✨✨✨

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Abatido y arrastrando los pies, se dejó caer en la cama, sin importarle el que no se hubiese despojado de su ropa o que su posición no fuese la correcta para dormir. Sólo quería cerrar sus ojos y despertar hasta la semana siguiente.

Y en ese momento justo, cuando Dylan estaba a punto de caer en un profundo sueño, fueron esos berridos del cuarto consiguiente los que lo obligaron a abrir sus ojos de inmediato.

No puede ser. Lloriqueó en sus pensamientos. No puede mantenerse dormido por 10 minutos ¿Qué le pasa?

Con pereza y desgano, se levantó y llevó su cansado cuerpo a la cuna del pequeño Stuart, quien no paraba de llorar de manera desconsolada.

–¿Qué tienes, campeón?–interrogó mientras tomaba al pequeño entre sus brazos y lo mecía. Los llantos no cesaban. Dylan ya estaba desesperado.

¿Qué hubiera hecho Britt en ese caso?

Casi se odió por pensar en su difunta esposa. Él era el culpable de todo lo que pasaba, por su culpa había perdido el amor de las dos personas que más amaba...

–¿Sigue sin dormir?

Una voz proveniente de la puerta lo sacó de su ensimismamiento, se volteó sabiendo quién era el dueño de esa voz inglesa: Thomas.

Siguió meciendo al pequeño bulto entre sus brazos mientras daba unas palmaditas en su pequeña espalda. Observó a Thomas: éste solamente portaba una camisa gris -la cual le quedaba algo grande debido a que Dylan se la había prestado- así como un pantalón de chandal. Su cabello se veía alborotado y estaba somnoliento, señal de que se había despertado por el escándalo.

–Lamento si Stuart te despertó.

–No importa.–se acercó Thomas hacia él, ofreciéndose para cargar al niño. Dylan accedió, entregándole al bebé con cuidado, quien comenzaba a calmarse, soltando sollozos de repente.– ¿Ya le diste su fórmula?

Dylan chasqueó la lengua.

–No. Lo olvidé por completo.

–Iré por ella.

–No. Iré yo, ya te he molestado bastante.

–Dyl, estamos en ésto juntos. Somos pareja y pase lo que pase, yo estaré contigo, gustoso de apoyarte. Y sí, estoy muy molesto contigo por lo de Britt, pero créeme que jamás te voy a abandonar. Porque te amo.

–Y yo a ti, Tommy, te amo tanto que hasta duele. Gracias por estar aquí.

Thomas sonrió, cambiando al bebé a una posición más cómoda. Dylan no pudo evitar pensar que la paternidad no le sentaba nada mal a su pareja. Alzó una comisura de sus labios ante tal pensamiento.

–¿Qué tanto estás mirando? Anda, ve por la fórmula.

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Al haberle dado el suministro adecuado al pequeño, Dylan no pudo evitar sentirse frustrado ante el hecho de que Stuart parecía estar más despierto que dormido. Thomas sólo pudo reír por la reacción de su pareja.

–Mamá solía cantarme una canción de cuna cuando no quería dormir.–recordó Thomas.

–Perfecto.–farfulló Dylan.–Me voy a poner a cantar a las dos de la mañana con mi voz angelical, por supuesto.